Capítulo 15

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Amor completo - Mon Laferte

Omnisciente Pov

Camila sostenía a Lauren de las piernas mientras que besaba su cuello. Por primera vez en años los besos en esa zona no significaban algo malo. La morena dejaba algunas mordidas en la suave piel de la que ya era su novia. Movió sus manos hacia su culo y lo apretó. Eso envió una descarga electrica hacia su centro.

Camz...

Shh, los vecinos de abajo escuchan todo—Depositó a Lauren sobre el borde de la cama. Pegó sus labios a los suyos lo más delicadamente posible—Voy a hacer que te corras hasta que te quedes seca.

—Dios mío, dime que no estoy soñando.—La morena sonrió y luego se quitó la playera enorme que llevaba puesta. Dejó al descubierto su sostén, cosa que exitó a la menor. Era negro y con encaje. Estiró sus manos y bajó sus leggings, encontrandose con la ropa interior que hacía conjunto. Para no sentirse fuera de lugar, se apresuró a quedar en igualdad de condiciones. La ropa interior blanca y con transparencias la estaba volviendo loca. Podía ver sus pezones a travéz de ella.

Acuestate en el centro.—Obedeció. Comenzó a besar sus clavículas mientras que acariciaba sus caderas. La menor estaba tan mojada que había arruinado su ropa interior. Bajó sus besos hasta el centro de su pecho, su abdomen, y terminó en el borde de su ropa interior—Avisame si quieres que pare en algún momento.Antes de que pudiera continuar, pasó la lengua por la extensión de su sexo, por encima de la ropa interior. Lauren jadeó. Tiró de ella casi rompiendo el pedazo de tela. Observó su centro unos segundos, desde la última vez que la había visto desnuda, ahora tenía permisos que antes no. Con sus dedos separó sus pliegues, pasó su lengua por ellos haciéndola gemir.

Camz...comenzó a estimular su clítoris haciéndola gemir. Lauren se sentía en el paraiso, jamas se le hubiera ocurrido la mínima posibilidad de que alguien pudiera consentirla de esa manera. Llevó sus manos a su cabello y la acercó más hacia su sexo. Camila era delicada, la acariciaba con su lengua, cada vez ejercía más presión en ella, pero sin dejar de ser cuidadosa. Lauren sentía su primer orgasmo formarse en su vientre bajo—Camila... ¡Ah!, para.—La morena obedeció.

¿Qué sucede?

Tengo ganas de ir al baño.

No las tienes, estás por tener un orgasmoEnterró su lengua en su centro nuevamente. Lauren sentía esa presión en su vientre bajo cada vez más fuerte, pero confiaba en Camila. Con los minutos, cada vez se acercaba más, hasta que en un momento no aguantó y explotó en un orgasmo con un grito ahogado. La morena succionó todo, probando hasta la última gota, mientras iba dejando algunos besos por su sexo. Estaba maravillada con su sabor, ahora que lo había probado, sabía que se volvería adicta a él.

Eso fue increible, ¿Podemos repetirlo?

Claro.

Mañana lo volvemos a hacerCamila la miró confundida.

¿Estás cansada, Lern?

No.

¿Quieres seguir?

¿Se puede seguir?Una de las cosas que volvían a sorprender eran esas. La normativa que Lauren tenía grabada en la cabeza sobre cómo debían o no ser las cosas. Camila gateó hasta ella y se sentó a su lado. La ojiverde tomó iniciativa y se sentó sobre su regazo. La morena lamió la extensión de su cuello, haciandola jadear. Sabía cómo calentarla en minutos. Bajó sus besos hasta sus pechos y comenzó a lamer sus pezones.

Podía perderse horas en el escote de la ojiverde, tal vez no tenía los pechos más grandes, pero eran más que suficiente para ella. La tomó de la espalda mientras la acariciaba, mientras que rodeaba su pezón derecho con la lengua. Con su mano libre masajeaba el izquierdo, mientras aplicaba cierta presión. Cuando se aburrió comenzó a tironear de ellos despacio.

Como si su cuerpo lo pidiera, comenzó a frotar sus caderas en la mayor. La fricción de su clítoris con el su abdomen la estaba volviendo loca. Camila era simplemente un mar, pero ese día quería concentrarse en su ahora novia. Ya tendría tiempo para enseñarle lo que debía saber. Lauren gemía por cada acción que tenía consecuencia directa sobre su cuerpo.

Metió dos dedos en su boca, mojandolos. Los llevó a su centro y comenzó a estimularla. Desde esa posición la sensación era completamente distinta, más placentera, se sentía más vulnerable. Sentía que en cualquier momento iba a desvaneceerse. La ojiverde atacó sus labios, y tomó el control. Le gustaba ser la que estaba al mando, así que introdujo dos dedos sin previo aviso. Un gemido ahogado inundó la habitación. No le dió mucho tiempo para acostumbrarse.

Camila...Curvó sus dedos, tocándo su punto G y volvió a gemir.

Con su pulgar comenzó a estimular su clítoris, mientras que empezaba un lento vaivén y hacía círculos sobre su punto "G" de vez en cuando. Algo que Lauren había disfrutado era el hecho de que con ella no existía el dolor, no había un sentimiento de rechazo de por medio. En cambio, cada vez se sentía más adicta a sus acciones. Añadió un tercer dedo, la habitación estaba inundada de gemidos por parte de la ojiverde. Luego de unos minutos volvió a correrse. Camila sacó sus dedos y los acercó a su boca.

Chúpalos.Lauren sonrió e introdujo uno a uno sus dedos en su boca mientras que miraba fijamente a la morena a los ojos. Esa sola mirada bastó para que Camila se corriera, pero no se lo dijo. Duraron teniendo sexo hasta por lo menos el amanecer, hasta que ambas cayeron finalmente dormidas.

Camila abrió los ojos ya que la luz, que a penas entraba por la ventana de su cuarto, le molestaba. Lauren había quedado tan agotada que se durmió antes de que pudiera acomodarse en su pecho. Observó su espalda desnuda, lunar por lunar, jamás había notado que tenía tantos. Con su dedo comenzó a conectarlos en una linea imaginaria. Las sábanas hasta su cintura no le permitían ver bien el lunar que estaban en su nalga izquierda.

Cruzó su brazos por su cintura y comenzó a besar su espalda con calma. Entre sueños, la castaña tomó su mano y la enrredó con la suya, para luego llevarla a su pecho. Camila estaba feliz de poder tener el privilegio de ser una vez más la que dormía con ella. Sobre todo por el calor que su cuerpo emanaba. Se alegraba de haberla conocido. Dejó un último beso en su espalda para luego cerrar los ojos y volver a quedarse dormida.

Secretos que no deben guardarse [CAMREN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora