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Me acababa de despertar e igual me sentía cansada como si no hubiera dormido. Salí de mi habitación y me dirigí a la cocina de mi casa, donde mi padre estaba sacando algo del horno. 

-Buenos días. -Expresé para que notara mi presencia.

-¡Al fin! -Respondió mi padre, mientras dejaba la fuente de lasagna sobre la isla que estaba en medio de la cocina. 

-Voy a desayunar. -Dije moviéndome lentamente hacia las tazas con la intención de tomar una. 

-¿Desayunar? Tu hermana ya está poniendo la mesa para almorzar. -Dijo mi padre confundido. 

-¿Tan tarde es? -Expresé aún aturdida por estar recién levantada y mi padre se rio de mí. 

-Ayudame y lleva la lasagna al comedor. -Me dijo lanzándome un par de guantes de cocina para agarrar la fuente caliente recién salida del horno. 

Entré al comedor, y Camila y mi madre estaban sentadas en la mesa mientras conversaban con una copa de vino.

-A qué se debe que nadie me despertó. -Reclamé algo confundida, interrumpiendo en su conversación. Mi madre me miró de pies a cabeza, tal vez porque aún traía mi pijama puesta, y luego regresó su vista a mi rostro con una sonrisa fingida dibujada en ella. 

-Camila me dijo que ayer la pasaron realmente bien, así que quise darte unas horas extras de sueño. -Dijo con un tono amable. 

-¿Quién eres? ¿Y qué hiciste con mi madre? -Dije sorprendida por su respuesta, y luego las tres reímos.

-Está bien, ya regresé, ¡A comer! -Exclamó mi padre anunciando su entrada al comedor. 

No había notado que estaba tan hambrienta hasta que terminé de comer mi almuerzo. Me levanté de la mesa y me dirigí a la cocina para lavar los platos. 

-Camila ¿puedes traerme mi teléfono de mi habitación? Quiero poner música. -Le dije a mi hermana.

Camila regresó enseguida con mi teléfono y lo dejó en un costado del lavaplatos para luego volver a irse. Con un plato en una mano y con la otra liberada del guante, desbloqueé mi teléfono con dificultad y automáticamente una notificación saltó en mi pantalla. 

Número desconocido: 

"Te estuve llamando, pero tal vez no me atiendes por que no tienes registrado mi número. Solo quería preguntarte algo, regrésame el mensaje a penas puedas".

"Ah, por cierto, soy Harry"

El plato que tenía se me resbaló de las manos e hizo un gran ruido al chocar con el fregadero, no se rompió pero mi madre igual me miró con una expresión de pocos amigos desde la otra esquina de la cocina.

-Deja que yo termine, antes que rompas todos mis cubiertos. -Me ofreció de mala gana y la verdad que no me pareció una mala oferta.

Escribí rápidamente en el mi teléfono mientras caminaba hacia mi cuarto. Ni siquiera sabía cómo había conseguido mi número.

"Hola, lo siento por tardar, estaba durmiendo"

"¿Querías preguntarme algo?"

Entré a mi habitación y tomé una toalla para luego entrar al baño a darme una ducha. Dejé mi teléfono sobre el lavamanos, asegurándome de dejarlo lo suficientemente lejos para que no se vuelva a mojar. 

Apenas habían pasado unos segundos de que entré a la ducha y el tono de sonido de mi teléfono vuelve a notificarme un mensaje. Froté mi rostro con mis manos, intentando inútilmente secar mis ojos con mis manos que también estaban mojadas. Saqué mi cabeza por la cortina de la ducha y miré la pantalla de mi celular. 

She [H.S.] (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora