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La luz del sol entraba por el balcón que me olvidé de cerrar anoche. Parecía una linda mañana. Demasiado pacífica para ser real.

-Buenos días. -Escuché la voz de Harry seguido del sonido de la puerta cerrarse. Ni siquiera me había percatado de que ya no estaba pegado a mi espalda abrazándome.

-Buen día. -Dije con la voz ronca.

Me tapé la cara con ambas manos porque sabía que en las mañanas siempre me veía horrible. Mis ojos estaban hinchados y mi aliento seguía teniendo algo de alcohol.

-Traje el desayuno. -Dijo rodeando la cama y acercándose a mí con varias bolsas de papel y una caja con dos vasos de café.

Me senté en la cama y doble mis piernas para acomodarme mejor. Recogí mi pelo en una coleta con la goma de pelo que tenía en mi brazo y mientras tanto Harry también se había sentado en la cama frente a mí.

-¿Qué trajiste? -Pregunté curiosa. Tomé la bolsa que me pasó y la abrí con dificultad. -Mmm donas. -Dije emocionada y le di un mordisco a una de ellas.

Estaba tratando con todas mis fuerzas de actuar normal y no parecer incómoda, pero la verdad era que no lo estaba logrando. Me costaba demasiado estar frente a Harry y aparentar que no tenía ganas de arrancarle la ropa ahí mismo y terminar con lo que habíamos comenzado anoche.

-Y un café super fuerte. Para comenzar bien tu día.

Enarqué una ceja ante aquel comentario mientras intentaba descifrar que había querido decir. Tomé el vaso que me estaba pasando y le di un sorbo a mi café. El ambiente no podía estar más tenso.

Estaba tan ocupada tratando de controlar mis acciones que no había notado que Harry no estaba comiendo nada, solo tomaba del otro vaso que trajo.

-Aquí hay otra dona -Le dije pasándole la bolsa.

-No gracias, las dos son para ti.

Volví a mirarlo extrañada. No sé si era solo producto de mi paranoia, pero sentía que estaba actuando extraño.

-¿Porqué me estás alimentando así? -Le dije analizando todas las bolsas que trajo.

-Porque hoy será un gran día.

Se levantó de la cama y puso sus manos en su bolsillo. Seguía sin entender nada. Entonces me dedicó una sonrisita traviesa y mi expresión confundida cambió a una seria. Eso solo hizo que Harry se ría más y luego se volteó para caminar hacia la puerta.

-¡Harry! ¡¿Porqué hoy será un gran día?! -Le grité firmemente para llamar su atención.

-No sé Joey ¿Porqué crees? -Levantó las cejas sin dejar de sonreír. Estaba jugando conmigo.

-Eh... -Mascullé, pero no se me ocurrieron palabras para responderle.

Harry explotó finalmente en su típica risa mirando al suelo y regresó hasta mí.

-¿Ya miraste la otra bolsa? -Señaló con su cabeza en dirección a una bolsa que seguía cerrada al costado de la cama.

Dudé, pero terminé agachándome para alcanzar la bolsa. Tenía algo escrito en japonés así que no me daba una pista de lo que podía haber adentro. Mi corazón latía a mil, mis mejillas se pusieron rojas. No se atrevería.

Abrí la bolsa de una vez por todas y miré adentro.

-¿Leotardo y medias? -Dije con la voz temblorosa y respirando aliviada.

-Sí tonta, ¿Qué pensaste que sería?- Me volví a sonrojar.

-¿Para qué son?

-Me contaste que bailabas ballet.

She [H.S.] (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora