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P.O.V. Joey

Parpadeé varias veces tratando de abrir mis ojos completamente. La luz del día se colaba por el balcón que se quedó abierto. Y por más de que mi cerebro le enviaba órdenes a mi cuerpo para que se moviera, éste no respondía.

Volví a cerrar mis ojos rendida con intenciones de seguir durmiendo, cuando escucho un jadeo a mis espaldas.

Mi cuerpo reaccionó e intente voltearme rápidamente, y así descubrí que estaba inmovilizada por el peso de unos brazos fuertes rodeando mi cintura.

Me quedé muy quieta y en silencio, mi corazón empezó a latir rápidamente y cerré los ojos con fuerza intentado controlar mis pensamientos.

Apoyé mi mano sobre el brazo que me estaba rodeando y recorrí su suave piel con delicadeza hasta llegar a su mano.

Estaba esperando que se despertara y me dejara salir, pero para mi sorpresa, su mano reaccionó a mi tacto reforzando su agarre y atrayéndome más hacia su cálido cuerpo.

Tragué saliva y giré lentamente hasta quedarme de frente a un Harry durmiente y con el ceño fruncido.

-Harry... -Susurré, pero no se movió. -¡Harry! -Dije fuerte y finalmente abrió sus ojos con dificultad.

-No grites. -Se quejó y me acurruco en su pecho para seguir durmiendo.

Respiré hondo para calmar mis pensamientos  y su perfume llegó como una bala en mi nariz.

-Harry me quiero levantar. -Dije casi rogando.

Harry alzó su brazo con pereza para dejarme salir y luego se volvió a acomodar para seguir durmiendo.

Rodé los ojos y caminé hasta el baño, me cepillé los dientes y me coloqué una de las batas de seda del hotel que estaban en el tocador.

Salí del baño y Harry seguía en la misma posición que antes. Salí al balcón y arrugue los ojos para que mi vista se acomodara a la luz del día.

-Japón. -Susurré para mí misma mientras admiraba la vista. Era cerca del medio día y las calles estaban llenas de autos y las veredas llenas de personas caminando hacia todos lados.

-Buenos días... -Habló una voz ronca a mis espaldas e hizo que se me pusieran los pelos de punta.

-Buenos días dormilón. -Dije con gracia, Harry me miró con dificultad debido a que sus ojos aún no se acostumbraban a la luz, y luego aprecio la vista a su alrededor.

-No sé cómo terminé durmiendo aquí. -Dijo recostándose por la barandilla junto a mí.

-Yo menos, estaba drogada. -Me reí para que el ambiente no sea tan tenso y para mí alivio él también lo hizo.

-¿Quieres desayunar? -Me invitó.

-Quiero un café.

-Me iré a cambiar y luego vuelvo.

Harry salió de mi habitación y yo aproveché para darme una ducha rápida. Me vestí normal y al rato Harry regresó para irnos.

Caminamos por ajetreadas calles hasta que encontramos una tienda de café para llevar.

Me daba vergüenza hablar así que dejé que Harry pidiera mi café, la mujer que nos atendió preparó el café rápidamente y nos lo entregó con una sonrisa. Escuché que Harry dijo una palabra en japonés pero no tenía idea de qué significaba.

-¿Gokigen'yō? -Pregunté una vez que salimos de la tienda.

-Que tengas un buen día. -Dijo y yo la miré esperando que siguiera hablando. -Eso significa. -Rió.

-¿Dónde aprendiste japonés? -También me reí.

-Solo de unas cuantas oraciones que nos enseñaron la primera vez que vinimos.

-¿Vinimos?

-Sí, ya sabes, con One Direction. -Me sonrojé al escuchar ese nombre y no sé porqué, cada vez que me acordaba de que estaba hablando con Harry Styles era como un balde de agua fría.

-Ah, ya. -Dije incómoda y acerqué mi vaso de café para beber tratando de disimular mis cachetes rojos.

-¡No bebas! -Dijo Harry casi saltando.

-¿Qué? ¿Porqué? -Pregunté asustada.

-Porque para los japoneses no es bien visto comer y beber en las calles.

-Lo siento... -Me enrojecí más. Mala idea.

-Descuida, yo tampoco sabía la primera vez que vine, me enteré por las malas. -Lo miré esperando que me cuente la historia y leyó mi mente. -Tuvimos un día libre y salí solo a recorrer con una mascarilla para que no me reconocieran, compré una comida de un carrito y le di un mordisco mientras seguí caminando, un señor se me acercó a regañarme y no le entendí nada pero cuando llegué al hotel Niall me dijo que le pasó lo mismo.

Caminamos en silencio por unos segundos, aunque en mi cabeza no había silencio. No dejaba de pensar en todas esas veces que mis amigas de la secundaria y yo nos volvíamos locas contando chismes de One Direction, y ahora nada más estaba caminado por las calles de Japón con uno de ellos.

-¿Qué te sucede? -Preguntó extrañado, tal vez porque el silencio fue más raro de lo normal.

-Nada solo... -Pensé un momento-. Solo pensaba en lo mucho que has viajado, a los lugares que has ido, las cosas que has hecho... Has vivido muchísimo para la edad que tienes. -Obviamente mentí, no estaba pensando en eso. Pero no le iba a contar que estaba recordando como Stacey de la secundaria festejó su cumpleaños número 16 y jugamos a besar el póster de one direction con los ojos vendados.

-Sí, creo que así es. -Habló con un tono de voz desganado y eso me llamo la atención lo suficiente para arrancarme de mis pensamientos bizarros.

-¿Porqué "creo"?

-No me puedo quejar, he vivido cosas grandes y estoy muy agradecido por eso. Pero el hecho de que las personas sepan eso y cada vez esperen algo más grande de mí me... me aterra. -Su voz al hablar sonaba tan quebrada que hizo que me sintiera mal por lo que le dije.

-Lo siento, no quería que te sientas así, yo solo pensé en que si yo hubiera vivido por lo menos la mitad de lo que tú has vivido, estaría muy feliz conmigo misma.

-Y yo lo estoy. -Dijo inmediatamente casi indignado.

-No lo sé, ¿lo estás? -Solo estaba repitiendo un ejercicio de confianza que habíamos hecho una vez en el ballet, pero a él parecía estar tocándole de más.

-Lo estoy... -Dijo otra vez pero con la voz más dudosa.

-Entonces por qué dudas.

Harry no volvió a responderme, simplemente clavó su vista en el suelo y siguió caminado como si estuviera solo. Parecía enojado, y eso me asustó, mi intención no era hacer que se enfadara conmigo.

-¿Harry? -Dije con una voz suave pero él seguía sin reaccionar. -Lo siento. -Tartamudeé.

-Lo siento yo. -Habló por fin y eso me alivió, aunque después me volví a preocupar porque noté algo extraño en la expresión de Harry. -Creo que... -Se volvió a quedar callado, estaba pensando.

-Déjalo así, no tenemos porque seguir hablando de esto. -No quería que se quedara así el resto de la tarde, no vinimos a Tokio para estar tristes.

Harry me miró y sonrió agradecido y yo le respondí también con una sonrisa. En eso llegamos de nuevo a la puerta de nuestro hotel.

-¿Entramos? -Pregunté cuando nos detuvimos en frente.

-Tengo una mejor idea.

She [H.S.] (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora