----------------------------------------------------------------------------------
Hoy os dejo dos capitulos ya que ayer no pude subir "Las sombras que hacen de mi mitad, una tragedia más" Estamos a un día del cumpleaños de May, ¿Qué ha comprado o conseguido Mario? Gracias por vuestra lectura a todas/os. Este capítulo va por vosotras/os. Comentar, compartir, disfrutar :P
---------------------------------------------------------------------------------
La tarde en el centro comercial pasó en menos que se dice "Quidditch" y horas después me encontré en casa, provándome lo que mi hermano consideraba: "La mancha negra de la familia Fernández Loya" esa camiseta rojiblanca, con "May" y el número 7058 a la espalda. Mi orgullo madridista, hizo que la camiseta no durase más de veinte minutos puesta, pero, hoy es el momento de llevarla durante toda la tarde, hoy, mirando el techo oscuro de la habitación tras haber escuchado el que hoy es, agradable sonido del despertador, llevaré esa camiseta volviéndole a ver.
Me levanto de la cama de un salto. Estaba de muy buen humor. Decido tomarme varios segundos para ponerme mi acostumbrada bata y abrir la ventana después de subir la persiana. Hoy es Martes, por lo que mi madre se ha ido más temprano junto a mi padre, sólo quedamos en casa Mario y yo, es decir, sólo quedo yo. Mi hermano ha acabado acostumbrándose a levantarse a altas horas de la mañana por lo que tengo la casa, relativamente, para mí. Repito el proceso de todas las mañanas, cojo el móvil y le enciendo a la vez que salgo de mi cuarto comenzando a bajar las escaleras hasta el oscuro salón. A aquellas horas de la mañana, parecía vivir en la película de los vampiros "Crepúsculo", se basaron en mi casa para poder filmar de ese modo. Bastantes notificaciones saltan en mi móvil, sobretodo, mensajes de voz de Iria, que está incluso más emocionada que yo. Decido leer los mensajes mientras desayuno, así que, abro uno de los pequeños armarios adheridos a la pared y cojo dos paquetes de galletas, a continuación, sirbo un vaso de leche y tras ponerlo en la mesa, disfruto de un buen desayuno galletil mientras leo los mensajes de mis amigos.
"MAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAY" 1º Nota de voz
"MAAAAAAAAAAY QUE ES HOOOOOOOY" 1º Nota de voz.
Puta, no me habías dicho que tenías una mención de tu Danielo :"( LLOROOOOO
Este mensaje es el más reciente, por lo que decido escribir mientras mastico aquella deliciosa galleta.
No habrías respondido. Estarías ocupada.
Respondo con un emoticono de cara "pervertida". Y obtengo la respuesta al instante al ver a la chica en línea.
No tiene gracia. Tenía las manos libres.
Aquel mensaje me causa bastante risa, por lo que bebo un poco de leche para poder bajar la galleta atravesada en mi garganta. Era cierto, no recordaba aquella mención y tampoco el numerito de twitter de aquella chica. La noche dio para pensar en que, él era un ídolo, mí ídolo, y jamás podría estar tan cerca de él cómo me gustaría, a mí, y al noventa por cierto de las Bluehearts. Así que, esa regla, es aplicable a la mayoría de las fans. Incluida una chica, dos años menor que yo, sobretodo, incluida a ella.
Termino el desayuno sin ninguna prisa, iba bastante bien de hora. Tras recoger la pequeña taza y tirar a la basura los plásticos de los paquetes de galletas, me encamino a mi habitación para poder vestirme. Dejando mi móvil en la cocina que había recibido una notificación, una notificación de... correo electrónico. Una vez en mi habitación, sin haber hecho demasiado ruido para no despertar a Mario, cojo unas mayas negras cuya goma había que doblar ligeramente para que me quedasen bien y la camiseta nueva, del Atleti. Me miro en el espejo sin poder parar de reír. Educación física sería más divertido que ningún otro día. Me calzo las deportivas que quedan a la perfección y tras una vuelta sobre mi misma, me encamino al baño para poder arreglarme. Rímel, raya y una coleta perfectamente hecha.
ESTÁS LEYENDO
(Des)Aparecer - Dani Auryn
FanfictionFanfic. ¿Que harías si aquella persona que tan lejana parece... apareciese en tu camino, en tu vida? Amaya, una Auryner de 17 años, jamás pensó que todo aquello fuese a ocurrir. De hecho, en ningún momento llegó a pensar, que su historia fuese real...