Capítulo 2: Tenía que ser él...

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La llegada al instituto transcurrió de la misma manera de todos los días. Música, asiento libre al lado de la ventana y conversación junto con algunos tweets dedicados a quienes vería en menos de 24 horas. Iria me esperaba justo en la puerta del edificio con los brazos en alto cómo señal de alabanza a mi llegada.

-Joder Amaya. Encima de Alzheimer, impuntual. Si es que te pilla todo. -Dice a modo de broma mientras varios chicos de cursos inferiores suben las escaleras hacia clase mirándonos cómo extraterrestres por las voces que estaba dando mi amiga a esas horas de la mañana.

-En mi defensa diré, que he dormido muy poco por el trabajo de Biología. -Argumento mientras retiro uno de los cascos de mis orejas, ya que, la canción más reproducida en el móvil, sonaba en esos momentos.

-Échale la culpa a la genética. -Entre risas. -¿Has visto a Irene? 

Niego con la cabeza ya que estaba demasiado ensimismada en la canción que sonaba desde hace varios minutos en mis oídos. Al notar mi ausencia, Iria, coge uno de los cascos y escucha el final de la canción conmigo. "I miss our pillow talk..." ¿Cómo puede ser tan sumamente perfecta una canción? Es la pregunta que ahora mismo se formula mi mente. Sin respuesta. 

-Buenos días. -Una voz conocida hace que ambas volvamos al mundo real, en el que los cascos, ya deberían estar guardados y los pies, caminando hacia clase. 

-Buenos días Irene. -Dice Iria antes que yo, ya que estaba doblando los cascos para que cupiesen en el bolsillo de los... Joder, he escogido el mejor día para ponerme falda, Tras resoplar, cargo la mochila hacia adelante y guardo estos en el bolsillo de fuera mientras dedico una sonrisa a mi amiga recién llegada.

-Hola Irene. 

Las tres comenzamos a subir las escaleras, rumbo a clase. En la puerta encontramos a varios compañeros. Raúl, es quien se interpone en la puerta para no dejarnos pasar. Solía hacer ese tipo de bromas, y mientras Irene consigue pasar con facilidad por debajo de su brazo, Iria y yo no lo tenemos tan fácil. La situación es muy cómica, lo que provoca una carcajada en mí.

-¡Quita coño! -Le digo entre risas mientras varios profesores pasan por el pasillo pidiendo madurez por parte de Raúl.

-Es culpa de la genética. -Responde el chico con voz cansada, casi, incluso más que la mía.

-¿Ves, Iria? Algunos preferimos echarle la culpa a la genética. 

Tras esa frase hacia mi amiga, Raúl me permite paso mientras deja a Iria fuera. Ambos se miran durante unos segundos y el chico acaba retirándose del marco de la puerta mientras le oigo susurrar:

-Me da igual cuál sea la excusa de hoy. Tenemos que hablar.

Al parecer, la pareja había discutido. Bueno, no era nada nuevo. No hacían más que discutir desde hace unas cuantas semanas. El estrés de los estudios, y la nueva afición de Raúl por el tabaco, habían hecho que Iria se distanciase del chico por unos días. Excusas y excusas que parecían buscadas de YahooRespuestas era lo único que Raúl recibía, y tanto a Irene cómo a mí, no nos parecía justo.

-Raúl, ya lo hablamos ayer.  La selectividad es en... pocos días, y no tengo tiempo para andar por ahí de fiesta. Hay tiempo para todo.

-Ambos sabemos que eso no es todo. Dime lo que te molesta Iria. ¡Tengo derecho a saberlo! 

Me dirijo al sitio de Irene, que esta hablando con Lucas, un chaval nuevo que llegó hace tan sólo unos meses. Decido sentarme en la mesa de enfrente a ambos para poder iniciar una conversación, sin perder de vista claro, a Iria. Cuando se enfada, es cómo una granada.

(Des)Aparecer - Dani AurynDonde viven las historias. Descúbrelo ahora