Capítulo 17: Noche para recordar...

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Mis pasos se apresuran a entrar en el aula, tanto incluso que doy varios traspiés mientras subo los escalones hasta la tercera y penúltima planta del edificio. Mi rostro quedó desencajado desde el minuto uno en que aquella chica había empezado a hablar. Todas las increíbles sensaciones vividas hasta hace a penas unos minutos, se vieron retocadas por un maquillaje duro de retirar. Mis apresurados pasos, no son lo suficientemente rápidos para ser alcanzados por mi amiga, que con tono preocupado se acerca todo lo que puede hacia mi persona.

-May, May... Para un momento. -Dice suplicante a la vez que trato de ocultar los globos de agua que explotarán en cualquier momento

"¡Ni se te ocurra llorar" me digo a mi misma una y otra vez, una y otra vez, llegando a auto convencerme de que así no lo haría. No podía derramar lágrimas por un simple comentario que no se sabía a ciencia cierta que era cierto. La única persona que de aquel tema podía tratar, era Dani, única y exclusivamente él, por lo que, hasta que el chico no desmintiera o afirmara aquel extraño encuentro, nada ni nadie podría darme falsas esperanzas. Ceso mis pasos tras tan interesante reflexión y observo el rostro de mi amiga, detenido frente a mi, con rasgos propios de una preocupación en demasía notable. Acto seguido y tras mirarnos durante algunos segundos, extiende sus brazos hacia mí recibiendo el mayor de los abrazos.

-No te preocupes, ¿vale? Pero deberías comentárselo a Dani.

-Lo haré, no podría estar así mucho tiempo más.

-Se objetiva cuanto menos... Si la historieta resulta ser cierta, recuerda simplemente que ya pasó. Pasado.

El móvil comenzó a vibrar varias veces en el bolsillo llamando mi atención, y por lo tanto, también la de Iria. Dani mandaba varias fotos del palacio de los deportes vacío, pero, a la vez tan... lleno. Era increíble la visión de aquel lugar desierto, impresionaba incluso más de lo que se podría llegar a imaginar.

"Aunque sólo vinieses tú, esto ya estaría lleno. Te quiero."

Mis pensamientos negativos, así cómo tristes, llegan a un millón de callejones con su millón de salidas, tomar una de ellas era la más absoluta de mis decisiones, nadie más podría hacerlo por mí. Ese mensaje hacía que pudiese caminar hacia cualquier salida, mi pensamiento era el acertado, aquello era real y un pasado, quizá irreal no debía interferir en algo tan increíble cómo lo que ahora poseía, no podía arruinarlo...

-OHHHHHH... -Suelta Iria alargando dicha vocal realizando la forma de un corazón en el aire.

-¡Tira para dentro, tira para dentro! -Le digo mientras empujo ligeramente a mi amiga hacia el interior de la clase.

Mi sonrisa se hace más notable al visualizar la gran clase prácticamente vacía. Mis dedos tratan de desbloquear el móvil una y otra vez, demasiado distraída cómo para teclear bien el PIN...

-Buenos días morena.- Me dice una voz masculina a mis espaldas mientras me tiende una bolsa de un color rojizo.

Mi estómago realiza un nudo marinero con todos y cada uno de los órganos de mi cuerpo.

-Sergio... Hola. -Le digo tratando de ocultar el nerviosismo que había provocado su presencia ante el extraño sueño.

-Puesto que ayer fuiste una cabrona y no me dejaste invitarte a una copa... no pude darte esto. Aunque no creo que lo pasaras mal...

La frase queda en el aire. ¿Sabrá algo? ¿Habrá visto el twitter de los chicos? Imposible.

-Muchas gracias... pero no tenías que haber comprado nada. -Mi nerviosismo se disipa hasta volver a recordar aquel endemoniado sueño. Parezco estar en continua tensión.

(Des)Aparecer - Dani AurynDonde viven las historias. Descúbrelo ahora