Cap.1 No fuiste un error.

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En un mundo en el cual toda la mayoría de la población humana es una mezcla híbrida de gente lobuna e especies peculiares. Estaba en una casa de 10 personas un chico de 10
Años llamado Toshinori Yagi. Su destino no estaba haciéndose de la forma idónea para un niño de su edad. Puesto que había nacido bajo la cuna de una familia pobre pero oportunista.

Aquel día en el que nació su propia madre deseaba que llegasen sus 10 años para saber si este chico era de una especie pasiva. Pero al darse cuenta en el día de su cumpleaños que esto no era así, lo empezaron a tratar demasiado mal.

"Este chico no me sirve para nada" dijo la madre del chico.

"Podríamos hacerlo trabajar ya que no tiene oportunidad de poder trabajar en el prostíbulo como sus 8 hermanos, es una mierda el que dos de nuestros hijos sean unos malditos dominantes" dijo el padre.

Desde ese entonces mandaron a Toshinori a trabajar en las construcciones de casas que hacia su padre, aunque este era demasiado maltratado por ambos. Sin contar el que lo amenazaban psicológicamente para que nunca le dijese a nadie. Aunque ha decir verdad la gente en la ciudad no se metía con él, no querían meterse ya que conocían la familia y lo capaces que eran de hacer.

Aunque los golpes cada vez más eran constantes, Toshinori no podía jugar nunca como un niño normal, quería irse pero ya sabía lo dura que era la vida a su corta edad.
Soñaba con comer cosas deliciosas, tener su propia casa, aunque esos no eran sueños que un niño pequeño tuviese que pensar. También quería conocer lo que era el amor, tanto familiar como a alguien a quien querer.

"¡Maldito Niño! ¡Nunca sirves!" Otro golpe y arañazos por parte de su madre.

"¡Si no estás a gusto deberías de irte y dejarnos", ¡sin ti tendríamos más dinero inútil" Un último grito por parte de su padre.

Fue el impulso que necesitaba finalmente para dejar aquella casa, de todos modos no tenía nada que perder. No agarro nada, ya que con la ropa que tenia puesta era suficiente.

Pasaron meses en los cuales sufrió, constantemente solo en las calles, pasó el verano y el otoño, pero ahora más que nunca sufría, ya que el invierno no perdonaba, arropado con cajas de cartón y con demasiada hambre caía inconsciente. Pensaba que moriría hasta qué pasó una mujer con su paraguas. Esta mujer era hermosa, la mujer más bella que había visto en su vida, aunque tenía tanto miedo de la gente que apenas ella intentó interactuar con él, él se alejó completamente.

Nana: ¡Pequeño! Ven aquí un momento, no te escondas.
Toshinori: ¡Señora por favor no se acerque a mi!
Nana: No te haré nada malo, ven aquí puedes confiar en mi, mira tengo comida si quieres.
Toshinori: ¿Comida?
Nana: Vengo del trabajo y pase a comprar cosas para mi hijo y esposo. ¿Quieres comer conmigo?
Toshinori: No puedo... tengo que irme a casa antes de que caiga la noche.
Nana: ¿Porque tu mamá te deja estar en estas condiciones? Pequeño estás hasta herido. Dime la verdad prometo no hacer nada.
Toshinori: Me echaron de casa... llevo un tiempo viviendo en la calle. Suelo pelear con adultos por comida.
Nana: Ven aquí conmigo. Por favor vamos a mi casa, no puedes estar más en la calle con este frío y menos sin comida.
Toshinori: E-Está bien.

Nana se llevó al chico finalmente, fueron tomados de la mano, en cuanto llegaron a la casa de la señora, Toshinori fue observado por gran Torino, un hombre en muy buen estado físico y de cabellos blancos. Luego fue visto por Kotaro él único hijo de Nana y del hombre. Tenía menos que Toshinori, 5 años para ser exactos.

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