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Jin no sabía qué había hecho mal, pero podía sentir la distancia que JungKook había tomado con él.

Y es que el mayor simplemente había dejado de asistir a sus visitas con excusas como: "He de entrenar" "Estoy muy agotado, príncipe" "La señora Choi me ha dado órdenes y debo cumplirlas" y muchas más, que SeokJin sentía que no eran del todo ciertas.

Por eso mismo estaba triste e inseguro, porque solo podía pensar en JungKook y este parecía querer alejarse él.

—¿Qué he hecho para merecer su rechazo? ¿A caso habrá encontrado a alguien mejor para pasar sus tardes? —le habló a la nada.

Solía hablar solo la mayoría de las veces, si es verdad que Momo y JiMin eran sus amigos, no podían estar todo el tiempo junto a él, y por eso mismo el príncipe cuando tenía sus horas libres, se pasaba la mayor parte del tiempo sin compañía, conversando consigo mismo, imaginando, estudiando, escribiendo o tocando.

Con un suspiro se levantó de su cómoda cama y fue directo a su violín. Quizá tocar un poco despejaría su nublosa mente.

Sin embargo, las notas se volvían tristes y dolorosas. Jin podía sentir su dolor a través de ella.

Soltó un bufido ahora algo más molesto.

No quería sentir esos sentimientos tan negativos para su ser, pero ahí se albergaban, y lo consumían por dentro, sintiéndose de una forma enferma y bipolar. Por una parte, se decía que quizá era mejor, de esta forma se enfocaría en su compromiso con NamJoon y con el paso dejaría de sentir cosas por Jeon, pero por otro lado, otra parte de él le decía que tragase su orgulloso y fuera donde JungKook para pedirle un misero abrazo, ya que lo extrañaba.

De alguna forma se sentía patético y tonto al no poder controlar sus emociones.

—¡Ahg! —gruñó enojado. Se estaba molestando consigo mismo por todo el lio que se estaba dando—. Soy un pequeño desastre...

Y mientras más pensaba, seguía sin entender el extraño comportamiento de JungKook. Entonces hizo una recopilación de sus recuerdos, tratando de encontrar en qué momento se había dado el quiebre. Y ese fue el día en el que JungKook le preguntó cómo se sentía respecto a su compromiso.

Los ojos de SeokJin se expandieron mostrando su sorpresa.

—¿Será que le ha afectado mi respuesta? —farfulló perdido en sus pensamientos.

Entonces su rostro se iluminó, era mucho mejor creer que era eso a que había cometido algún error a algo por el estilo. Esta tarde lo buscaría.

—Uh! ¿pero qué le diré? Un: "Hey, JungKook, a decir verdad, usted me gusta en demasía, sin embargo, me voy a casar, aunque podemos pasar el tiempo juntos antes de que aquello suceda." —bufó molesto.

Y con una mueca decidió que por el momento era dejar las cosas así y no forzarlas, si hoy día se llegaba a pillar a Jeon por los pasillos le hablaría.

[...]

Cuando JiMin vio la lejana silueta de NanJoon se sintió nervioso.

Había tomado la decisión de hablar con él, pero los nervios le tenían hecho un desastre. Se encontraba petrificado, pensando en cómo podría acercarse a hablarle.

—¿JiMin? —la varonil voz de NamJoon lo sacó de sus pensamientos. Y es que Kim había visto a JiMin que se encontraba parado quietamente mientras farfullaba una cosa tras otra, y le había preocupado, pensando que quizá le había pasado algo grave al joven sirviente—. ¿Está bien?

—Uh y-yo sí, e-estoy bien... ¿y usted, señor?

—He estado bien —murmuró controlándose para no soltar un "le extraño" puesto que las tardes sin el joven rubio se habían vuelto demasiados aburridas y monótonas. Extrañaba la risa de JiMin, sus ocurrencias fugaces y alocadas, sus quejas, sus sueños y mucho más. Simplemente extrañaba la presencia de JiMin.

Traición y venganza ㅡ KookJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora