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—JungKook —llamó la señora Yi interrumpiendo a JungKook que se encontraba cargando los sacos de harina.

—¿Si?

—Necesito hablar contigo.

—¿Pasó algo? –preguntó confuso y preocupado ante la extraña actitud de la señora Yi.

—No, por lo menos nada malo. Te darán días libre.

—¿Eh? Pero todavía no me tocan —comentó confundido.

—Lo sé, pero ha sido una orden. Es algo extraño –dijo pensativa.

—Sí...

—No me quiero ni imaginar cómo se pondrá Tae al saber que te iras por una semana –comentó suspirando al imaginar los berrinches de su hijo.

—Lo más probable es que haga un escándalo porque querrá ir conmigo.

—Sí, pero la orden solo ha sido que le avisaran a Jeon JungKook que tendrá una semana y tres días libres.

—Comprendo, ¿cuándo partiré?

—En un par de días.

—Podré ver a mis hermanitos después de tanto tiempo.

—Es maravilloso. Cuando regreses pídele que TaeMin que me mande una carta y avísame si ha estado comiendo bien —pidió algo melancólica.

—Lo haré.

—Ahora yo estaría arreglando mis cosas desde ya –aconsejó.

[...]

JungKook caminaba por el jardín hasta llegar a su pequeño lugar secreto, observó la perfecta figura de SeokJin, que yacía recostado en el pasto.

—Príncipe ¿ha sido usted verdad? —preguntó para sentarse a su lado.

—¿Uhm? —expresó Jin al no entender a lo que Jeon se refería.

—¿Fue usted quien dio la orden de darme una semana libre?

SeokJin sonrío, y JungKook quedó prendido anta la hermosa vista. SeokJin sonriendo era algo tan precioso. Un tesoro. Como si fuera un ser mágico o celestial.

—He sido yo... perdón si no le avisé, pero quería que fuera una sorpresa para usted. Me había comentado que tenía ganas de estar con sus hermanos para su cumpleaños, sé han pasado días desde su cumpleaños, pero que lo celebre un poco tardío no estaría mal, con que esté con su familia.

—Príncipe usted...

—No digas nada, por favor. Sólo disfruta de este tiempo que le he regalado —pidió—. Sólo disfrute con sus hermanos.

—Usted es muy amable, su majestad.

—Para nada, sólo quería darte un buen regalo de cumpleaños.

—Ya me ha dado otro obsequio. Sigo creyendo que la cadena ha sido demasiado. Usted es muy bondadoso.

—Claro que no —rió feliz—. También les tengo unos regalos a sus hermanos. Sé que no los conozco, pero algún día me gustaría hacerlo.

—Eso ya ha sobrepasado los limites su majestad, ya no es correcto aceptar tanto.

—No pienses así, no hay nada de malo en regalar algo. Son un par de prendas y dulces, no es la gran cosa.

—Quizá para usted al ser príncipe no lo sea, pero para un simple pueblerino como yo y mis hermanos es demasiado.

SeokJin mostró una cara avergonzada y de arrepentimiento.

Traición y venganza ㅡ KookJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora