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ᴰᴵˢᶜᵁᴸᴾᴱᴺ ᴸᴼˢ ᴱᴿᴿᴼᴿᴱˢ

—Entonces, lo dejaste escapar.

—No señor, yo no lo dejé escapar, hice todo lo posible para impedirlo.

—No me jodas Lhong—Mew soltó un suspiro mientras acariciaba el tabique de su nariz, buscando tranquilidad —¿como escapó?

—Lo soltamos porque debíamos trasladarlo al sótano y supongo que vio la oportunidad al notar el cuchillo que Bright llevaba en su pantalón, ahí le corto el brazo, lo apuñale y cayó al suelo, me devolví a mirar a Bright y este corrió, lo busque después pero no estaba.

—Bien... necesito saber donde esta ese hijo de puta, no se saldrá con la suya si es lo que cree, manda a todos los que creas necesarios, pero encuentralo.

—Si señor.

—Puedes irte.

Lhong salió rápidamente de aquella ostentosa oficina, tenía la gran suerte de que el jefe fuera su amigo desde pequeño, si no, ya tendría la cabeza dentro de un inodoro luchando por respirar.

—¿Estas bien?—Lhong se dio vuelta un poco alterado.

—Me asustaste... estoy bien, es bueno ser amigo del jefe, ¿no?—Lhong levanto una ceja y mostró una sonrisa ladina.

—Ya lo creo, si lo hubiera hecho yo estaría muerto... así que, ¿que mierda harás para encontrarlo?

—Mandar a que revisen en cada hospital si alguien llegó con daño por arma blanca, no ha de ser tan difícil.

—¿De verdad crees que se fue a meter a un hospital? Solo un idiota lo haría.

—Tay, ¿subestimas su idiotez?, le robó al jefe y no abrío el hocico durante todo el tiempo que lo torturamos.

—Morirá de todas formas... no sólo el jefe lo tiene amenazado.

—Pero él lo quiere muerto a su nombre y lo que manda el rey, es ley, lo sabes.

—Sí... vale me debo ir, si me necesitas solo avísame.

—Lo haré...—Lhong emprendió camino hacia la pandilla, debía comenzar a trabajar y asesinar a Chalongrat, era su única salida.

Mientras tanto Mew, más conocido como "el jefe Suppasit", revolvía sus cabellos con frustración a la par que mantenía una caminata de una esquina de la oficina hacia el otro extremo.

—Eres un maldito hijo de puta, First...—continuaba maldiciendo para si mismo cuando su celular comenzó a sonar, contestó sin mirar quien llamaba —¿qué?

—Parece que alguien no está teniendo un muy buen día.

—Algo así, ¿qué pasa?

—Ya llegó todo, ¿vendrás tú o lo envío?

—No, yo iré, ya no puedo confiar en cualquiera.

—¿Qué carajos pasó?

—Voy en camino, allá te cuento.

Now or Never |ᴹᴱᵂᴳᵁᴸᶠDonde viven las historias. Descúbrelo ahora