Parte 23

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(Doble actualización) :)


—Él está aquí-anunció su rubio padre a Ryunosuke al entrar a la habitación donde descansaba.

El seño del joven azabache se frunció y miró molesto al de ojos azules.

—Te dije que no quería verlo. ¿Por qué le dijiste?

—Sabes por qué, Ryu. Es tu padre-se acercó a la camilla.

El ojinegro bajó la mirada y apretó la cobija que lo arropaba con fuerza.

—Tú eres mi padre-susurró.

—Ryu...

—No me quiere, me abandonó por su trabajo y abandonó a Gaara e hizo de su vida una miseria. No merece vivir. Ojala muriese de una puta vez.

—¡YA BASTA!

Tembló ante el grito de furia de Naruto. Levantó la mirada y observó la tristeza en sus bellos ojos.

—Jamás vuelvas a decir algo como eso, Ryu, es horrible. No le desees la muerte a una persona y menos a tu propio padre. Tal vez haya sido malo en el pasado, pero no podemos juzgarlo nosotros, solo Dios puede. Ryu...-tomó sus mejillas con cariño e hizo que le mirara fijamente-Sabes que te quiero y tu padre también, solo que lo hace a su propio modo. Entiéndelo por favor. Da lo mejor de sí en la empresa que perteneció a su familia por años, da lo mejor para asegurarte un futuro-le sonrió.

Las mejillas del azabache se cubrieron de un tono carmín y desvió la mirada. El rubio le miraba con cariño y lo soltó.

—Bien lo haré pasar.

—Quédate-pidió.

—¿Eh?-se volteó a verlo antes de salir por la puerta.

—Cuando entre, quédate también. No quiero estar solo con él.

Naruto asintió con una pequeña sonrisa.

Cuando salió de la habitación vio al mayor parado contra la pared al frente de él.

—Puedes pasar, Sasuke. Ah, tu hermano volvió sabes-le recordó-Esta al fondo acompañando a los amigos de Ryu, ellos también recibieron daño aunque fue leve.

—Ya veo. Lo saludaré cuando lo vea-se había quitado la corbata que le molestaba y la había guardado en uno de sus bolsillos del saco negro. Se mostraba con los botones de la camisa desprendida y podía apreciarse su blanca piel sin problema.

El rubio entrecerró los ojos. Ya sabía porque lo hacía. Desvió la mirada de su perfecto pecho y volvió a entrar a la habitación siendo seguido por el azabache que sonreía de medio lado al ver los ojos azules escaneando su cuerpo.

—Hola, hijo-se acercó a la camilla y observó su abdomen cubierto por vendas-¿Cómo te sientes?

—Bien...-contestó serio.

Naruto los miraba apoyado en la puerta ya cerrada. Había mucha tensión entre ellos.

—Perdóname.

Ryu lo miró impresionado por aquella palabra. Naruto sonrió.

—Rompí mi promesa de llevarte al instituto. La verdad es que...-se rascó la nuca con nerviosismo-me perdí tanto en el trabajo que lo olvidé completamente. Fui irresponsable, lo siento hijo.

—Ya...-bajó la mirada-No importa-cerró sus ojos. Sasuke siempre lo dejaba con la mente en blanco para responder.

—¿Te duele mucho?

El camino de lágrimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora