Parte 15

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—¿Lo ves?

Sai, Gaara y Shikamaru esperaban impacientes la llegada de su amigo tras haber pasado un año y medio fuera de su país natal. Estaban dentro del establecimiento frente a una enorme entrada de puertas de vidrio que se abrían automáticamente. Por ella entraban los pasajeros que acabasen de descender del avión.

Cuando vieron bajar uno de ellos del lado de afuera y comenzaban a bajar, la gente se reunía en la entrada emocionada de recibir sus parientes, entre ellos, estaba el trio siendo aplastados por una multitud.

Fueron empujados y casi desterrados hasta el fondo.

—¡Joder!

—No te alteres, Nara. Naruto vendrá por sí mismo a nuestro encuentro-comentó el pálido pelinegro.

Pasaron cinco minutos y la gente iba disminuyendo. La cantidad de pasajeros en ese avión era inmensa. La multitud comenzaba a disiparse con sus familiares recogidos, Gaara estaba dudando de que viniera en ese vuelo.

—¿Y si es el siguiente?

—El siguiente es en unas ocho horas, Gaara-respondió, Sai-Hablé con él esta mañana, me confirmó que tomaría el vuelo de la mañana.

—¿Y a donde mierda, está?

Sai no sabía dónde mirar exactamente. El de coleta estaba molesto por haberse levantado tan temprano y Gaara estaba desesperado por ver al rubio.

—¡Chicos!

Sus miradas buscaron la voz del joven ojiazul emocionados, lo detectaron al fondo luchando con las cuatro maletas.

—¡Naruto!

—¡Deja que te ayudemos!

Antes de tomar las maletas que reposaban en el suelo, Shikamaru y Sai le dieron un gran abrazo a su compañero, el pelirrojo se sentía sumamente incómodo con la escena, pues él y el rubio no eran muy unidos antes.

—¡Los extrañe!-el rubio abrió los ojos sintiéndose rodeado de aquella amistad que sus amigos le profesaban. Sin embargo... su sonrisa se volvió una fina línea cuando vio por el hombro de Sai a la pareja de Sasuke.

—Hola...-sintió muchos nervios al ver la dura mirada del rubio hacia él.

Se separó de Sai y se mantuvo mirándolo de pies a cabeza y luego se detuvo en su rostro.

—Hola-respondió de manera seria. No sabía que estaba haciendo aquella persona allí.

Sai sintió la enorme tensión.

—Naruto, Gaara necesita hablar contigo de algo muy importante.

—¿Eso es verdad?-miró al pelirrojo.

—Sí.

—Antes que nada, necesito instalarme en mi antiguo departamento-tomó una maleta siendo que en su espalda llevaba una mochila enorme.

Sai tomó una seguido de Gaara y Shikamaru. Llegaron al pequeño departamento en el vehículo del moreno. Naruto sonrió con nostalgia admirando el sitio donde había pasado noches increíbles con Sasuke, pero eso ya era parte de su doloroso pasado. Cuando ingresaron vieron que el rubio no se había llevado ninguna de sus cosas a excepción de la ropa.

—Ha permanecido limpio, es asombroso.

—Je, je... Shikamaru, he contratado alguien para que me lo cuidara en mi ausencia.

—Ya veo. Pues se ve muy bien.

—No tienes nada de comida en la lacena-Sai revisaba puerta por puerta y luego abrió el pequeño refrigerador-Por tu regreso debemos festejar en grande-fue camino a la puerta.

El camino de lágrimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora