Jeongguk siempre supo que la magia era real, nunca había dudado de su existencia y de niño siempre estaba en busca de ella en todo momento.
- ¡mamá mira, un arcoíris! -señaló al cielo pero su madre lo detuvo en el proceso dejándolo confundido-
- no debes señalar un arcoíris mi amor o la magia se esfumara -dijo con una cálida sonrisa-
-¡¿ enserio ¡? - la vio asentir y hizo puchero- no voy a hacerlo nunca más, o si no ¿quien podrá encontrar el camino hasta el otro lado del arcoíris?
Su madre solto una carcajada divertida y despejó la frente del niño de su rebelde cabello azabache recibiendo una sonrisa de conejito que le enternecio el corazón. Jeongguk también amaba la magia que hacía su madre cuendo cocinaba esas pequeñas y suaves galletas de mantequilla, cuando apagaba la luz de su habitación y lo hacía ver el universo lleno de estrellas estampado en el techo de su recámara (tal vez eran sólo stickers pero para el eran mucho más que eso) y sobre todo las historias fantásticas que le contaba.
La llegada de su hermano fue magia y no sólo por el hecho de que no entendía del todo como había crecido en el estómago de su mami pero ese no era el asunto, aquel pequeño bebito silencioso y dormilón con las mejillas regordetas que descansaba en sus brazos tranquilamente, era mágico, era como el en miniatura...o bueno, eso pensaba. A medida fue creciendo y empezó a alcanzar las estanterías de su madre descubrió algo muy interesante, la colección de piedras brillantes de su madre, sus tintas magicas y muchos diarios de notas que ansiaba leer, su madre no quería revelarle el secreto de estos objetos sagrados, ni si quiera su padre queria darle respuestas cada que lo veía (no muy amenudo a decir verdad) y el era muy curioso y cuendo empezó a tener la fuerza suficiente para mover un banquito para alcanzar los estantes era difícil mantenerlo lejos de aquellos objetos.
En una ocasión entro al estudio de su madre en busca de algo de pintura sin decirle nada para terminar su dibujo, un dibujo de un gato muy regordete y tierno. Con cuidado se puso de puntitas en el banquillo y alcanzó las pinturas de su madre aunque en el proceso hizo caer un rollo de cinta adhesiva brillante al suelo, el pequeño se agachó con el dibujo en manos y se dio cuenta que un pedazo de este se adhirió a su papel, sin cuidado tiro de el pero en lugar de romper su dibujo, muchas chispitas y brillos de colores salieron del papel dejándolo ciego por unos segundos, asustado callo sentado en el suelo y grito pidiendo por su madre. La mujer en la cocina escuchó aquel ruido en la planta de arriba y corrió a ver que sucedía.
Ese fue el verdadero momento en que Jeongguk descubrió que la magia era más real de lo que pensaba. Al mirar al tierno y regordete gato que estaba frente a el y a la página en blanco que ahora tenía en su mano, su madre miró la escena sorprendida, su hijo había activado uno de sus objetos mágicos y no tenía ni la mayor idea de cómo explicarle eso a un niño de cinco años.
...
- ¡¿estonces yo traje a bolita aqui!? - el niño abrió sus ojos en grande cuando terminó de oir la explicación de su madre mientras se aferraba a la criatura peluda en sus manos-
- si mi pequeño, pero lo que quiero explicarte es esto -dijo la mujer con paciencia- la magia y los deseos son cosas muy poderosas en este mundo, son bellas y todo eso pero también peligrosas, no se deben tomar a la ligera.
- entonces, ¿puede ser peligroso aveces? -el niño era bastante listo y entendió la advertencia de su madre enseguida- ¿entonces porque tienes tantos objetos mágicos tu?
- bueno...eso es porque ya soy mayor -dijo riendo- no es que poder usar magia sea malo, el problema es que podemos hacer tonterías en el proceso.
Su madre sabia muy bien de lo que hablaba.
-¿entonces debo esperar para ser mayor para usarla? -pregunto confundido-
-algo así, este tipo de cosas requieren de responsabilidad -dijo su madre dándole una mirada tranquilizadora aunque por dentro aun estaba aterrada por lo ocurrido- ese pequeño gato es una gran responsabilidad.
Jeongguk miró al gato curioso.
- ya que por tus actos y travesuras ese pequeño animalito está aquí, debes hacerte responsable de el -dijo su madre frunciendo el ceño- aún no he olvidado que no pediste permiso antes de tomar mis cosas, sabes que mamá tiene cosas de trabajo muy importantes ahí y que hay que respetar la privacidad de las personas.
- lo lamento- dijo el pequeño apenado, pero al sentir una suave caricia de su madre sobre su cabeza se tranquilizo-
- puedes ir a jugar, yo limpiarse este desastre -dijo su madre empezando a recoger muchas páginas que estaban en el suelo- ¡ah! una cosa más antes de que te vayas.
El infante volvió a asomar la cabeza por la puerta y asintió.
- ¿podrías guardar este secreto entre los dos?, no debes decírselo ni a Soobin - la mujer soltó una risita nerviosa-
El nene asintió a pesar de no haber entendido del todo- está bien, de todas maneras Soobin es un bebé no me entenderia- sonrio y corrió escaleras abajo junto al gato.
Luego de eso pasaron tantas cosas en la vida de los Choi que se olvidó por completo de su promesa de mantener en secreto la magia para proteger a su hermano, pero al olvidarla también la cumplió sin darse cuenta. Por años jamás le hablo a soobin de esos pequeños incidentes mágicos en los que su mamá usaba pequeños trucos para hacer cosas fantásticas para ellos, mantuvo aquello en secreto y ahora estaba en aprietos porque tal vez si no hubiera obedecido y le hubiera contado todo a soobin hace años no estarían en su situación actual, aún no sabía porque su madre había querido que su hijo menor nunca supiera de eso pero ahora era necesario sacar a relucir cosas del pasado y también de encontrar respuestas sobre cosas que jamás se le fueron reveladas antes.
Ahora estaba otra vez como hace años, tratando de manejar la responsabilidad de sus actos y los de su hermano a diferencia que ahora no se trataba de un gato, estaban hablando de un chico, una persona atrapada en un lugar extraño.
-¿porque no me deshize de ti antes? -pregunto tomando la cinta en sus manos y mirando la pila de papeles de investigación que tenia- voy a lograrlo, voy a regresar las cosas a su orden natural aunque me lleve una eternidad.
Mientras abría un libro y le daba un sorbo a su café negro para hacer desaparecer su pereza recordó las palabras de su madre.
"la magia y el fuego son muy similares, no se debes jugar con ninguno de las dos"
¿y si la verdadera respuesta a su acertijo era descubrir como jugar con ella?
Tal vez estaba apunto de hacer la mayor estupidez de su vida, pero, ¿como sabrás que algo no funciona si no lo pruebas?
ya se, ya se, no subí capítulo en varios días jsjsjsjs, me disculpo por eso enserio, pero quería tomarme mi tiempo para pensar en cómo debería seguir la historia para no perder el hilo central en esta, si bien me centre sólo en los recuerdos de jeongguk que bueno, viene siendo un personaje secundario (no tan secundario) en esta historia tienen un aporte muy importante para el misterio de cómo diablos fue que soobin abrió el portal que trajo a yeonjun y porque una simple cinta adeshiva tiene ridículamente todo este poder, el punto es que espero que no les moleste este tipo de capítulos en donde se ve nula interacción entre los protagonistas principales porque tal vez hare esto de vez en cuendo :')
sólo era eso, gracias por leer, espero les haya gustado, cuidense mucho y hasta luego ^^

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curiosité
Hayran KurguSoobin es un amante de la lectura, la ciencias ficción y las novelas gráficas, su hermano el cual estudia animación está trabajando en un proyecto del que este tiene mucha curiosidad por lo que se mete a su estudio para saber que de trata. pero no c...