curiosité

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¿Problemas para adaptarse? Yeonjun no sabía que significaba eso.

Había pasado un mes desde que el príncipe de cabellos rubios había llegado al mundo fuera de su historia y no parecía que fuera así, al menos no tanto.

Yeonjun era un chico listo, sabía como usar la tv, los números de emergencias, había dominado las variantes en el idioma, se había acostumbrado a la ropa, la comida y mil cosas más sin problema alguno, incluso estaba interesado en leer cada libro que encontraba en la habitación de Soobin, oh! olvidaba al pelinegro, este estaba tan ocupado buscando una manera de ayudar a su hermano a volver a abrir el portal que no tenía tiempo para salir con Taehyun y Beomgyu a ningún sitio, estaba sacrificando sus vacaciones por el rubio pero tampoco la estaba pasando mal.

-¡VAMOOOO! - el más bajo se puso de pie y levantó las manos en señal de victoria- ¡gané otra vez bin!

- tramposo...-por otro lado el más alto bufo y dejó caer el mando de la consola en el sofá viendo celebrar al otro, era mal perdedor-

-¡una más! -dijo el chico entusiasmado mientra se inclinaba sobre Soobin para llamar su atención hacia ese desafío-

Desafío que el pelinegro no aceptó, estaba cansado de que el príncipe le ganará siempre, no era justo, se supone que el era el verdadero adolescente moderno, se suponía que los videojuego eran su vida y que Yeonjun había aprendido como se usaban apenas tres semanas atrás. Pero en cuanto a su convivencia, la misión "amigar con el dibujito en 3D" iba por buen camino, parecían conocerse de mucho tiempo atrás, el carisma del rubio causo que el pelinegro no pudiera negarse, si bien sus personalidades no eran las más compatibles ellos sabían como sacarle provecho.

Jeongguk se sentía como si ahora tuviera un hermanito más que cuidar y esque bueno, digamos que Yeonjun se había convertido en una especie de miembro de la familia en tan poco tiempo, incluso bolita estaba aceptando su presencia, la bola de pelos gris no se despegaba del rubio en ningún momento, era un gato traicionero.

-¡deja eso, devuelvemelo! -el rubio se estiraba para lograr alcanzar en mando en las manos de Soobin, el alto no quería devolverselo porque no podía volver a perder contra el, tenía dignidad de jugador- ¡vamos, deja de jugar!

-¿no dijiste que querías jugar? - sonrió burlón mientras miraba la "intimidante" expresión del chico frente a el que más bien era tierna-

- Soobin deja de molestar a Jun - la voz del mayor resono desde la cocina- vengan a comer ya.

Yeonjun lo miro burlón y le sacó la lengua susurrando un "me quiere más a mi" que fue contestado con una mueca de desacuerdo y un pequeño empujón por parte del alto, como estaba diciendo, parecían dos pequeños caprichosos y juguetones.

- Soobin, sin teléfonos en la cena -dijo su hermano mayor mirándolo serio-

- si bin, es de mala educación- dijo el rubio comiendo un bocado de su ensalada-

- lo dices porque tu no tienes uno -dijo el de hoyuelos rodando los ojos y dejando su móvil a un lado- en fin, ¿desde cuándo Choi Jeongguk es tan responsable?

- desde que tenemos un miembro más en este humilde hogar -dijo riendo un poco- por cierto, había pensado en compar un teléfono para Yeonjun, creo que lo necesitará.

-¿lo necesitará? -pregunto el pelinegro confundido-

-¿lo necesitaré? -pregunto el rubio-

- pongámoslo así, no creo que pueda regresar el otro mes a su universo y al ser menor de edad debe estudiar como todos los demás y bueno nosotros también lo hacemos así que necesita esa cajita mágica para ayudarlo -dijo encogiendose de brazos-