29 de abril de 2010
Ya son dos semanas de la muerte de mamá, fue algo muy inesperado, mi padrastro volvió a las drogas, no puedo dejarlo acercarse a mi pequeña hermana, así que tomo una decisión bastante difícil.
En una semana nos vamos a mi ciudad natal, ahí podre cuidar a Julie, es lo único que me queda.
Stephanie, mi mejor amiga me saca de mis pensamientos, ella tiene tres meses viviendo conmigo.
— Sia, ya no estés así, pronto todo mejorara. – Me asegura ella con una sonrisa, usando el apodo que mamá me puso de pequeña.
A pesar de no ser tan apegada a mí madre, y a veces odiarla, era mi madre en fin, la amo, y sí, me dolió bastante su ida.
— Lose, y yo me asegurare de eso. — le contesto más para mí que para ella.
— ¿Cómo? – Me pregunta levantando una ceja.
— Nos vamos a Minnesota. – le aseguro yo.
— ¿De qué me he perdido? ¿Volverás a Minnesota? – Me pregunta sorprendida.
— Si, pero esta vez tu estarás conmigo y nadie sabrá que estoy ahí.
La pequeña Julie se acerca a nosotros, es muy pequeña para esto, a sus cortos casi siete años perdió a su mamá y junto a ella a su padre. Ella ahora depende de mí, y con el seguro que nos ha dejado mamá me asegurare de darle lo mejor.
— Hermana, ¿Dónde está papá? – Me pregunta la pequeña con sus ojitos adormilados, obviamente no puedo decirle la verdad.
— Él fue a trabajar princesa, ahora ve a ver tv necesito hablar con Steph.— Le digo sonriendo y una vez que sale me dirijo a mi amiga.— Hay que preparar todo, nos vamos en una semana.
Ella solo asiente y comienza a buscar lo necesario para nuestra nueva vida.
***
Tras varias llamadas encuentro un buen apartamento, a buen precio y con comodidades cerca del centro de la ciudad, ya tengo seis entrevistas de trabajo, pues aunque tengo diecinueve, gracias a mi hermanastro tengo una seria afición por la fotografía, la cual desde los catorce años he practicado, y no es por presumir pero hasta el momento soy bastante reconocida en Seattle, ciudad a la que me mude con mamá a los cuatro años.
El seguro de mamá es bastante alto, por lo tanto podríamos vivir de él varios meses, pero prefiero invertir y asegurarle un futuro a mi hermana.
***
6 de mayo de 2010
Hoy nos vamos, todo está listo. Stephanie y Julie están en el supermercado comprando chucherías para el vuelo y yo solo comencé a caminar fuera de casa hasta el punto de sentarme en la acera y comencé a llorar; desde que ella se fue no he llorado, necesitaba parecer fuerte para la niña y ahora que por un momento no está puedo llorarle a mamá y a mi nueva vida.
No sé cuánto llevo llorando, pero, siento unos pasos acercarse a mí, mas sin embargo, nunca levanto la cabeza, escucho como se sienta a mi lado y puedo sentir su aroma, tabaco y menta, es Aleksys.
Aleksys, ese el chico del que he estado enamorada desde secundaria, quien jugo conmigo un tiempo, pero en fin, solo quería sexo, claro, no lo consiguió, y hacía dos años que no lo veía.
— Supe lo de tu madre.— Me dice en un susurro y me abraza sin previo aviso, dejo que su aroma me tranquilice y poco a poco dejo de sollozar, levanto la cabeza y está ahí, viéndome con una media sonrisa y mirada un tanto perdida.
— ¿Qué haces aquí, Aleksys? – le pregunto bastante fría, más de lo que quería, soy la única que le dice por su nombre, todos le dicen solo Aleky.
— Pues como ya dije, supe lo de tu madre y escuche los rumores de tu padrastro, así que solo quería ver cómo estaban tú y la pequeña. – Había olvidado que él y Lie se amaban, ellos si se habían visto desde que todo termino.
A él siempre le tuve una gran confianza, a pesar de todo lo que paso entre nosotros, sé que puedo confiar en él y viceversa, así que sin más, comienzo a contarle.
— Lie está bien, asimilo todo muy rápido, solo le han quedado unas pocas pesadillas por las noches, pero duerme conmigo, lo de Mike —mi padrastro— es cierto, y yo no estoy del todo bien, no he podido dormir, ya sabes, nuevas responsabilidades, básicamente soy la madre de mi hermana, mi madre me dejo como su tutora y aun no tengo 21. — Le relato un poco – bastante – rápido, mientras las lágrimas caen por mis mejillas.— ¿Quieres pasar? – Le pregunto y al instante me arrepiento pero el asiente y entramos a mi casa.
— ¿Por qué están todas estas maletas aquí? – Me pregunta alzando una ceja y mirando a todos lados.
— Oh, es que en unas horas nos vamos de la ciudad, ya ves, necesito a alejar a Lie de su padre y de los problemas de aquí. — Le respondo restándole importancia.
El solo asiente lentamente mientras se sienta en el sofá. Entre Steph y yo decidimos dejar los muebles y todo, solo nos llevaríamos ropa y lo indispensable.
Me siento a su lado y toma mi mano al tiempo que yo levanto la mirada y me quedo viendo sus lindos ojos grises azulado.
— Siento mucho todo lo que paso, como termino todo. — Me dice sin quitar sus ojos de los míos, y se a lo que se refiere, a como terminamos nosotros.
— No te preocupes. — Le digo sonriendo. — Eso ya está superado.— Miento un poco.
— Eso era lo que temía. — Contesta bajado la mirada. — Por que espero que sepas que yo si te quería, y por raro que parezca, aun te quiero.— Y tras eso toma mi mano y vuelve a clavar su vista en mí, y me es imposible no sonrojarme.
— Lo siento, Aleksys. – le respondo cerrando los ojos ante su declaración y justo cuando voy a seguir hablando siento sus labios presionando los míos.
Extrañaba sus besos.
Su lengua recorre mi labio inferior y yo los separo un poco permitiendo así que un juego de lenguas comience, su mano viaja de mi mejilla a mi cintura y entra en mi blusa subiendo por mi abdomen, su roce hace que un escalofrió recorra mi cuerpo y me es imposible no soltar un pequeño jadeo.
Quiero alejarlo, sé que esto no es correcto, solo se intenta aprovechar de la situación, pero simplemente no puedo. Lo quiero, quiero sentirlo mío solo una vez; en fin, no nos volveremos a ver nunca, así que solo me dejo llevar.
Mis manos recorren su espalda mientras las suyas juguetean con mi sostén, de pronto siento una de sus manos en mi espalda y la otra en la parte interna de mis rodillas y de un segundo a otro me está cargando por las escaleras hasta mi habitación, al llegar a esta me tiende sobre mi cama y se pone sobre mi justo antes de volver a atacar mis labios.
Nuestra ropa comienza a desaparecer mágicamente, con el muchas veces tuve momentos calientes, pero jamás llegamos a hacerlo, pero, creo que este día será la excepción pues ahí, justo el día que dejaba mi anterior vida para comenzar una nueva, cometí mi más hermosa estupidez, tener mi – básicamente – primera vez con Aleksys, el chico que solo había jugado conmigo para conseguir exactamente eso.
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¡Gracias por leer!
- A.Z.Madisson.
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Mi hermosa estupidez. #1
RomanceAlessia McFare a sus cortos 19 años cree haber cometido la peor estupidez de su vida ¿Sera esto cierto? Tras alejarse del lugar que la vio crecer y volver a su ciudad natal, cree tener por fin un poco de estabilidad para su hermana, para ella y s...