celos

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Mamá aún no llegan, ¿habrá pasado algo?.– dijo en voz baja.

No te preocupes, tu padre es el hombre más puntual que conozco.– dijo Segura.

*¿Neji en dónde están?*

(…)

Los hyuga (padre e hija) corrían lo más rápido que podían para llegar a la academia donde se llevaría acabo la graduación para los genin quienes recibieran su banda de la aldea.

No puedo creer que llegaremos tarde la la graduación de ryu.– se quejo la ojiperla.

Los hyuga nunca llegan tarde keiko.– respondió serio.– no tenía previsto que esa jounin de la arena estuviera muy impertinente.

Keiko había acompañado a su padre a entregar un pergamino al kazekage, en la aldea había una mujer que no de despegaba del hyuga y que el solo ignoraba aquella molesta presencia.

Si no fuera porque te llamé padre, ten por seguro que aún estarías ahí.– se burló.

Tienes el humor de tu madre.– rodó los ojos con sarcasmo.

Y Ryu saco el tuyo.– se rieron ambos.

Keiko hyuga, ¿Acaso insinuas que tu padre es aburrido?.–miro a la castaña que levantaba los hombros divertida.–como sea, lleguemos rápido.

(...)

Antes que nada quiero felicitar a los estudiantes que hoy se convierten en honorables ninjas, espero que la academia les haya servido para formarse como tal y que lleven a cabo lo que aprendieron en ella.– hablo el director iruka.– a continuación les entregaremos sus bandas que dan a conocer que oficialmente son ninjas protectores de está aldea.

Tenten miraba a todos lados pero no había rastro alguno de su esposo e hija, Ryu la miraba de vez cuando pero ella solo sonreía para no preocuparlo.

(...)

¿A dónde vas?.– pregunto la castaña quien veía que su padre no iba a la academia.

Necesito entregar mi reporte.– la miro de reojo.

Papá puedes dejar tu reporte para después, es la graduación de ryu.– de nuevo una mirada heredada de la mujer que más amaba.

Esta bien pero si me llaman la atención te acusaré con tu madre.– la señaló con el dedo.

¿Le tienes miedo a mamá?.– fruncio el ceño.

¿Las has visto molesta?.– ella asintió.– ¿De verdad?.

Keiko recuerdo la vez que su madre casi degolla a un tipo en una de sus vacaciones familiares por tocarla, ella trago saliva.

Solo una vez.– dijo nerviosa.– pero se pondrá así si no vas.– neji comenzó a caminar y se arrodilló enfrente de ella.– ¿Papá que haces?.

Dijiste que llegáramos rápido.– la miro de reojo.– anda sube.

Ya no soy una bebé.– se cruzó de brazos.

No te pregunté eso, sube.– ella con un puchero se subió a la espalda de su padre.– no me importa si llegas a tener 20 años, para lo serás has que me demuestres que eres más fuerte que tu madre o incluso más fuerte que yo.

Los vamos a superar.– respondió retadora.

Lo sé.– y sin decir nada más salió corriendo y saltando de techo en techo hasta la academia.

(...)

Su turno casi llegaba, escuchaba a sus compañeros ser felicitados por el director quien los llamaba por orden alfabético y los aplausos de sus familiares quien los acompañaban con una abrazo y sonrisa.

One-shots (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora