Regresaba de trabajar. La noche ya cubría el cielo y pequeños destellos brillaban sobre el, sin duda el ambiente era pacífico. Mire el reloj y marcaba que aún era temprano, así que fui a uno de los bares cercano para beber un poco y quizás así olvidar todo lo ocurrido.
Han pasado ya 3 meses desde que nuestra magnífica historia de amor llegó a su fin,dónde aquellos "te amo" y "te quiero"no son más que ecos que resuenan en mi conciencia quien trata de olvidarlo; o tal vez es la misma quien los provoca.
¿Que le sirvo?.– hablo el hombre que atendía la barra.
Lo que sea.– dijo el sin ganas mientras se sentaba en uno de los bancos.
Miro al hombre asentir y comenzar a preparar la bebida color ámbar.No se en que momento aquella bebida comenzó a tener resultados en mi organismo, pero lo que si se, es que los pequeños vasos de cristal cambiaron a una botella. Me mantenía en silencio mientras el sabor amargo de la soledad y fracaso pasaban por mi garganta quemando.
Joven, creo que debería parar.– dijo preocupado el hombre que anteriormente lo atendió.
No se moleste.– el ojiperla se levantó tambaleándose.– de todas formas ya...ya me iba.–dejo el dinero en la barra.
¿Quiere que llame un taxi?.–pero no recibió respuesta y solo observo a el hombre castaño salir del lugar.
Me encontraba caminando por las solitarias banquetas, los autos pasaban y sus luces me irritaba la visita, no se cuánto tiempo estuve caminando pero mi mente se inundó de recuerdos tuyos, de los felices momentos que pasamos juntos, las veces en las que nuestras manos encajaban a la perfección como si estuvieran hechas para estar juntas.
Cuando tus cálidos labios tatuaban besos en mi rostro, cuando nuestros silencios se llenaban de miradas que decían todo; que de todo no queda nada( si es que hubo algo).
No sabía en donde estaba, o donde me llevaban mis pies; pero logré reconocer algunos árboles pues alguna vez me dijiste que te gustaba vivir en lugares así y fue ahí donde caí en cuenta sobre en donde estaba.
Quizás fue el alcohol pero sentí un impulso que me hizo caminar más rápido y más rápido, y más rápido que ahora estaba trotando.
Me encontraba en tu cuadra y apesar de que eran a más tardar las 10 de la noche solo pensaba en verte, quería verte u decirte la falta que me haces, la falta que tus ojos me hacen, que tus manos, tus labios, tu humor...todo lo que te complementa, todo lo que vive en ti me hacía falta.
Recogí unas flores que había en un jardín cercano, espero la señora de ese lugar no se enojé por mi atrevimiento pero tampoco quería llegar con las manos vacías.
Pero fue entonces que mis ganas y mi valentía por ir y decirte todo se cayeron en un vacío cuando te vi...
Te veías radiante usando 3se vestido blanco, tu cabellos atado en una trenza de lado, esa sonrisa tan espectacular que podría volver loco a cualquiera...y así fue.
Te escuché reír y junto a tu risa otra te acompañaba, te veías muy feliz con su compañía y no quería que la perdieras. Vi tus manos recorrer el rostro de otro individuo, mientras el te tomaba con seguridad de la cintura, aquella que fue mia alguna vez.
Y creerme que fue la peor sensación del mundo cuando vi como lo mirabas, como le hablabas, como le sonreias. Lo hacías como solías hacerlo conmigo, te mostrabas como solías hacerlo conmigo y ¡Joder!...sentí mis esperanzas caer al suelo junto al ramo que recogí para ti
Me di la vuelta para ya no ver más de lo podía soportar, eras feliz con aquel tipo.– o eso parecía.– prometí hacerte feliz aún si esa felicidad no es conmigo.
(...)
Bebo en mi departamento otro trago, el hielo tintinea mientras giró la bebida, hace tiempo que no llevo la cuenta de cuántos tragos me doy a la semana.
No soy un alcoholico, pero a veces el necesario cuando no quiero pensar y eso es justo lo querido ahora:
No pensar en nada.
Ame a una sola mujer y hoy aquel cariño se a quedado en un baúl bajo mi cama, no quiero pensar por qué de ser así, el recuerdo de aquella perfecta deidad mientras me permitía pecar entre las sábanas benditas por su dulce y embriagante aroma me atormenta y me hace sentir un débil mortal que anhela el regreso de algo que no pasará.
El simple hecho de aceptar.– aunque en realidad aún no lo hago.– que aquellas manos, aquellos ojos, aquel seductor y hermoso cuerpo que ya no son míos, son recorridos por alguien más; me quita el sueño y para recuperarlo ahogo aquel amargo sentimiento en un vaso.
No me jueguen, ame y fui destrozado, quise recuperar a la mujer de mi vida demasiado tarde, asi que ni esperen que esté contento y menos que necesite la compañía de alguien.
Porque de ser así, entonces sería la de ella. ¡Oh,es verdad!...eso ya no es posible.
Así que está noche brindaré por el amor de una mujer que no me pertenece y por la cuál rezaré noche tras noche para que sea feliz a lado de quién pueda hacerla sentir así...y le de lo que yo no pude.
Salud.🥃