25. Tunnel of love

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—Hola, Billy —Susan intentó sonreír con dulzura —¿Es un amigo?

Steve se había comido el nerviosismo en un instante, o al menos lo había logrado ocultar en unos cuantos segundos.

Él ya tenía consigo una sonrisa que pretendía calmar tanto a su tembloroso cuerpo como el del tieso rubio a su costado.

La situación había sido sofocante hasta ahora. La pareja de adultos los observó por un buen tiempo, sin nada más que juzgadoras miradas bailando en el encuentro.

El padre de Billy hizo un sonido muy parecido al de una respiración pesada, burlándose de la pregunta y siendo ello la única manifestación expresa que hizo hasta ese momento.

—Así es.

Billy no estaba contento por la falta de tacto, hoy incluso se veía retador, como si el hombre de bigote lacio no podría molerlo a golpes con una visita en casa.

—Soy Steve Harrington —el castaño se apresuró a contestar, salvando la poca calma que reinaba en la tempestad. La mujer pelirroja asintió con un rostro preocupado, uno que no se apartaba del hombre colgando una prenda en el perchero —Mucho gusto.

—Tu apellido es muy conocido por aquí, Señor Harrington —tras un silencio lleno de tensión, Neil al fin habló. Su rostro con desinterés inicial se iluminó cuando sacudió la mano pálida del adolescente.

Su voz era gruesa, con un tono dominante, casi llenando toda la casa solo con sus palabras.

Era escalofriante.

—No lo consideraba así, señor —Steve tenía el carácter ameno otra vez, absorbiendo todo a su alrededor con su sonrisa confiada, absorbiendo incluso al hombre que usaba como bolsa de boxeo a su pareja.

—Chico modesto —Neil rio rasposo, soltando el fuerte agarre y avanzando sin siquiera mirar a Billy en el camino —Tu padre tiene una gran reputación.

Steve claramente fingiría que no lo sabía.

Las relaciones sociales y el dinero de su familia eran una de las principales razones de porqué alguna chica lo veía interesante, parecía que funcionaba con austeros padres también.

Una caliente mano se posó en su hombro y la conocida mirada azulina se empujaba insistentemente hacia la puerta principal, diciéndole que era hora de marcharse. Porque Steve recién fue consciente de cuántos pasos había dado para seguir al adulto en su camino.

—Es un buen hombre —agregó aún siendo escrutado por el Hargrove menor.

—Uno muy caritativo con el directorio de la escuela también —él abrió la nevera mientras lo decía. Levantando las cejas cuando encontró a un pelirroja que intentaba ocultarse de la figura tras la encimera.

—Buenas noches, Neil —el nombrado asintió firme hacia el saludo y solo necesitó mover la cabeza para que Maxine se retirará de la habitación con pasos temblorosos.

A Steve le recordó la forma en la que se relacionaban los soldados de menor jerarquía con los generales inflados en poder.

—Ciertamente lo es —tragó saliva cuando Billy maldijo en voz baja por su persistente estancia.

A Steve le estaba costando encontrar una salida al intercambio de palabras que recién se originaba. El rubio solo le estaba causando aún más presión asfixiante con su mirada asesina.

—Hace unos días tuvimos que acercarnos a la escuela por algunos asuntos sobre el rendimiento escolar de William —Susan colocó su bolso en el descolorido mueble con cuidado, casi temiendo que el ruido enfureciera más el recuerdo —Una llamada interrumpió al director cuando nos mostraba antecedentes en la lista de infracciones... —Neil destapó raudamente las cervezas en sus manos y Steve ni siquiera pudo rechazar la que fue extendida hacia su cuerpo —Era tu padre, hablaron sobre la donación de este año y la organización del baile.

Queers (Harringrove)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora