Hoseok ha vivido toda su vida sumido en la monotonía de la rutina. Con solo un departamento de mala muerte, un empleo de mierda y muchas deudas qué pagar, siente que su vida es un desastre que solo se puede adormecer con alcohol y sexo.
Sin embargo...
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Vivir tres años juntos había sido una de las experiencias a las cuales nunca terminarían de acostumbrarse, y no porque fuera malo o irritante, todo lo contrario. Vivir juntos era una aventura a la cual se embarcaban con cada despertar de cuerpos enredados en la misma cama, era un constante descubrimiento de nuevas experiencias al lado de los otros y si debían ser sinceros aquellos tres años habían sido, por mucho, los mejores de sus vidas a pesar de los pequeños obstáculos.
En ese lapso de tiempo Yoongi y Jimin habían podido concluir sus carreras, por lo que también habían conseguido empleos con mucha más facilidad.
Por un lado, Jimin se había convertido en profesor de Lenguas Extranjeras en un secundario cerca de su vecindario, donde impartía sus clases a mocosos hormonales de entre catorce y dieciséis años. Y a pesar de que aquellos adolescentes lograran sacarles de sus casillas en varias ocasiones, por no decir siempre, adoraba su trabajo.
Por otro lado estaba Yoongi, quién había logrado obtener su propio consultorio en uno de los centros psiquiátricos más importantes de Toronto, llegando a ser uno de los nuevos psicólogos más jóvenes en ganarse una reputación impecable en su profesión.
Oh, pero Hoseok no se quedó atrás, a pesar de que había iniciado trabajando en un bufete de abogados bastante prestigioso después de unos meses ingresó a una de las academias de danza más importantes del país, y con el tiempo logró graduarse y actualmente impartía clases en la misma Academia donde estudió.
Así que bien, su vida económica y laboral era bastante estable, por lo cual la fecha de la boda estaba cerca y los tres podían sentir sus piernas temblar ligeramente ante el solo pensamiento.
Aunque para empezar, lograr obtener información sobre el matrimonio trial había sido jodidamente difícil incluso allí en Canadá, por lo que Hoseok, Yoongi y Jimin terminaron decidiendo que su boda sería algo más simbólico que legal.
Ante aquello Jimin se había encargado de la organización de la boda después de insistirle mucho a sus novios y hasta el momento se estaba esforzando muchísimo, de hecho se le había facilitado demasiado todo el asunto hasta que llegó a una de las partes difíciles:
Los invitados.
Jimin no estaba muy seguro de a quienes invitar, pues a pesar de que tenían suficientes amistades allí en la ciudad, Corea seguía siendo sus lugares de origen y por consecuencia sus familias seguían allá.
"Oigan hyungs" el ahora rubio llamó la atención de sus novios, despegando su vista cansada de la pantalla de la laptop en sus muslos.
