Hoseok ha vivido toda su vida sumido en la monotonía de la rutina. Con solo un departamento de mala muerte, un empleo de mierda y muchas deudas qué pagar, siente que su vida es un desastre que solo se puede adormecer con alcohol y sexo.
Sin embargo...
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Yoongi se removió con pereza sobre la cama sintiendo el tacto de las sabanas acariciar suavemente su piel hasta deslizarse por debajo de su espalda, dejando la pálida piel al descubierto por completo. Suspiro entre sueños sintiendo un brazo rodear su cadera, justo a la altura de donde la sabana apenas le cubría por completo de la desnudez, gimió bajito al sentir su miembro desnudo restregarse contra la sabanas ante su intento por cambiar de posición así que optó por seguir acostado boca abajo.
Podía percibir dos presencias a cada lado de su cuerpo, por la derecha un brazo le rodeaba la cadera y por la izquierda sentía una pierna enredada entre las suyas. Podía apostar que de lejos parecían un lío interminable de brazos y piernas pero solo eran ellos tres dándose calor en la misma cama.
Se acurrucó mejor sobre la cama, tratando de cubrir sus hombros con la sabana pues el fresco mañanero se colaba por la ventana y chocaba contra su piel provocándole escalofríos. Gruño un poco cuando no pudo jalar la sabana más hacia arriba pues el cuerpo a su lado la aplastaba así que de mala gana obligó a Jimin a abrazarle por la espalda, sintiendo como el pecho cálido del menor se pegaba a su espalda brindándole calor. Sonrió complacido dispuesto a volver a conciliar el sueño pero no pudo pues el cuerpo de Hoseok se levantó de la cama y, por más tonto que pareciera, Yoongi no podía conciliar el sueño si no estaban sus dos novios con él.
"Mhm, ¿dónde vas, Hobi?" murmuro, su voz saliendo más ronca de lo normal gracias al sueño y sus ojos abriéndose apenas para observar como el menor se colocaba ropa interior.
"Al baño, ya vuelvo hyung" prometió Jung, acercándose para dejar un beso en la frente del mayor antes de entrar al baño.
Yoongi suspiro pesadamente y giró su cuerpo, quedando frente a frente con el rostro sereno de Jimin, quien aún dormía profundamente con los brazos envueltos en su cintura. Sonrió poquito al ver las mejillas abultadas del menor espolvoreadas de un suave rubor, además de los labios hinchados por los besos de la noche anterior y el cuello cubierto de manchitas rosas que él y Hoseok se habían encargado de pintar en la piel ajena.
Park Jimin era precioso, demasiado.
Se acercó despacio para dejar un beso sobre su frente, disfrutando de la sensación de posar sus belfos sobre aquella piel tan delicada como la seda. Escuchó el quejido que Jimin emitió entre sueños, su naricita de botón se arrugó y un puchero se posó en sus labios antes de abrir lentamente sus ojitos, mirándole confundido por un par de segundos antes de sonreírle dulcemente.
"Buenos días, Yoongi hyung" murmuro bajito, apretando el agarre sobre la cintura del pelimenta mientras le veía con adoración.
El mayor sintió su estómago llenarse de cosquillas al escuchar su nombre real salir de aquellos bonitos labios y sin poder evitarlo sus mejillas se ruborizaron ante la timidez que le embargó.
