Amaba el verano, pero mis días se habían vuelto un tormentoso invierno. De mi boca, que antes profería hermosos poemas, ahora escapan gritos de terror atroces. Mi piel ya no tenía color, solo mostraba el aspecto de un triste lienzo en blanco. Mi cabello había dejado de danzar libre con el vaivén del rebelde viento; para esconderse debajo de un gorro de lana, incapaz de volver a mostrar su verdadero ser. Y mi sonrisa... reflejaba la imagen rota de lo que alguna vez fui, deseosa de exponer mis heridas. Todos me comparaban con las rosas. Hermosas, pero peligrosas. Pero... ¿es que nadie es capaz de ver que las rosas tienen espinas porque necesitan protegerse?. Y es que, son ciegos, pues ni siquiera notan que solo soy una diminuta e indefensa margarita disfrazada de la dañina melancolía que marcó su existencia. Allison Campbell. Historia en EDICIÓN. (Todos los derechos reservados). Portada creada por: WandaHerra11.