No ha pasado nada. No ha pasado nada. Absolutamente nada. Solo le besé la mejilla, solo fue un pequeño roce de mis labios en su mejilla. Solo eso. Es simple.
Es mi amigo, al igual que Mark, pero a Mark no le beso las mejillas.
¿Por qué lo hice?.
-¿Ojitos?-. Parpadeo un par de veces, saliendo de mis pensamientos al escuchar la voz algo ronca de Nate-.
-¿Eh?. ¿Qué sucede?-. Rasco mi nuca, totalmente avergonzada-.
-Hemos llegado-. Su ceño se encuentra ligeramente fruncido, y entiendo que es culpa de mi viaje astral-. Llevo unos cinco minutos hablándote-. Me encojo en el asiento, apenada a no más poder-.
-Claro, lo siento-. Susurro, ajustando el gorro de lana-. Estaba pensando en algunas cosas-. Una risita nerviosa se escurre de entre mis labios-. ¿Vamos?-. Muerdo mi labio inferior, esperando que no pregunte nada-.
-Está bien, vamos-. Contesta sin más, ayudándome a bajar, luego de colocar mi silla en la acera-.
-Gracias-.
-No hay de que. Vamos, te acompaño...-. Se ofrece con su típica sonrisa-.
-No, no-. Niego rápidamente, interrumpiéndolo y borrando su sonrisa-. Mira, ahí están Alex y Mark, voy con ellos-. Señalo a lo lejos a mis amigos, quienes lo notan y me saludan con grandes sonrisas en sus rostros-.
-Bueno, entonces nos vemos por ahí-. Expresa con seriedad, desubicándome por completo. ¿Qué le ocurre?-.
-¿Ocurre algo?-. Pregunto preocupada-.
-No, yo solo...-. Se despeina el cabello, en un claro gesto de frustración-. ¿Estás segura de que debo coquetearle a tu amiga?. Tu tía...-. Arrugo las cejas-.
-¿Qué dijo mi tía?-. Enarco una ceja, esperando la respuesta que duda en dar-.
-Ella piensa que...-. Traga grueso-. Que somos pareja-. Abro los ojos como platos, incrédula-.
-¿Ella te ha dicho eso?-. Él asiente-. ¿No lo negaste?-. Se sonroja, y lo recibo como un NO-. ¿Por qué?-. Me cruzo de brazos, algo enojada, pero feliz al mismo tiempo. Eso sí que no lo comprendo-.
-Ella no me lo permitió, solo habló, y me dijo que la hacía muy feliz que al fin te enamoraras y que...-. Hace silencio de golpe-. Perdón, debí aclararle que solo somos amigos-. Manifiesta, provocando una rara sensación en mi pecho, los ojos me escuecen y solo puedo morderme los labios-.
Eso dolió. ¿Por qué dolió?. Solo somos amigos.
-Tienes razón, solo amigos-. Fuerzo una sonrisa-. Cuídate, nos vemos más tarde-. Me doy la vuelta, alejándome de él y los desvaríos que en mí provoca-.
-¡Ten un buen día!-. Exclama a mis espaldas, lo ignoro-.
-Hola, Allie-. Me saludan mis mejores amigos, al unísono. A veces dan miedo- .
-Hola, chicos-. Alex deposita un beso en mi frente, en cambio Mark me aprieta la nariz, haciéndola enrojecer-. ¡Deja de hacer eso, inútil!-. Chillo adolorida-.
-Alguien ha despertado más amargada de lo normal-. Se burla-. ¿Tiene eso algo que ver con un chico de rulos castaños?-. Lo fulmino con la mirada, su sonrisa socarrona se enzancha-. ¡Lo sabía!-. Ríe contento-.
-Idiota-. Mascullo enfurruñada-.
-¿Qué ha pasado?. Según tengo entendido comenzaban a llevarse bien, incluso vinieron juntos. ¿No?-. La cálida voz de la ojiverde se hace notar-.
-Sí, pero...-. Hago silencio-.
-Pero...-. Ella enarca una de sus delgadas cejas, aguardando una respuesta-.
-Beth ha creído que somos pareja, él no lo negó, pero se disculpó-. Explico, su rostro se contrae en asombro-. ¿Qué?-. Me exaspero-.
-¿Te molestó que se disculpara por no haber negado las ideas locas de Beth?-. Coloca sus manos en sus caderas, meneando el pie derecho, impaciente-.
-Sí-. Comienzo a analizar su pregunta, y entonces comprendo la trampa-. ¡NO!-. Objeto con rapidez-.
-¡Te gusta!-. Chilla emocionada, dando saltitos-. ¡Te gusta, Nate!-. Continúa con su cantaleta, ocasionando un leve sonrojo en mi cara-.
-Cálmate, Alexa, todos te están escuchando y estás incomodando a Allie-. Informa el pelinegro-.
-Cierto, perdón, Allie, sin embargo no puedes negarlo, él te gusta y eso es muy lindo-. Clavo mis ojos en las bancas a lo lejos, y ahí está él, charlando y riendo con unos chicos. Es apuesto-.
Oh, no, Allison, evita ese tipo de ideas. Es un chico cualquiera, tiene sus encantos, no obstante, es únicamente un chico.
Muy apuesto.
-¡No es cierto!-. Me ruborizo mucho más-.
-Yo pienso que es cierto-. Interviene Mark, recibiendo una mala cara de mi parte-. Eso no va a cambiar que te guste el nuevo-. Se encoge de hombros-.
-No me gusta, ¿verdad?-. Me pregunto a mí misma en voz alta, causando gracia a mis acompañantes-. ¡Eso es imposible, nos conocimos hace poco!-. Zanjo, avanzando hacia la entrada-. ¡No se queden atrás, tenemos clases con el Sr. Stanly!-. Ambos jadean horrorizados, al parecer lo habían olvidado, y eso me ayuda a evitar el tema anterior-.
-¡Espéranos, Allie!-. Exclama un Mark agitado, quien me alcanza enseguida-.
-¡Traición!-. Ruge Alex, acercándose a paso apresurado, haciéndonos reír-. ¡Malditos embusteros!-. Nos golpea con su cuaderno, para luego reír por nuestros rostros doloridos-. Dramáticos-. Murmura, negando con diversión-.
¿Tendrán razón?. ¿Me gusta el chico de los rulos de chocolate?.
Eso no es posible, ¿verdad?.
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Ha llegado la hora del almuerzo, y mientras los idiotas de mis amigos se besuquean en algún baño, yo leo bajo la sombra de un árbol, degustando un delicioso cupcake de vainilla.
El instituto del pueblo no es la gran cosa, es bastante pequeño y los estudiantes son pocos, ya que la mayoría de familias se mudan a las grandes ciudades en cuanto sus hijos llegan a la adolescencia.
A lo lejos, un grupo de chicos juegan footboll, por otro lado las animadoras practican su típica rutina, el resto se traslada de un lugar a otro, con libros, teléfonos y comida en manos.
Sí, definitivamente no es la gran cosa.
-Hola-. La voz chillona de una chica muy conocida, a mí pesar, irrumpe mi paz, taladrando mis oídos-.
-Hola, Ágata, ¿qué te trae a mi "aburrido" rincón?-. Ruedo los ojos al verla sentarse a mi lado. Genial-.
-He venido a traerte esto-. Indica con una sonrisita perversa, entregándome un trozo de papel-. ¡Adiós!-. Se despide, poniéndose en pie y alejándose dando saltitos-.
-Definitivamente no es normal-. Pongo los ojos en blanco al desdoblar el papel, encontrándome con una frase en letra cursiva, una diminuta margarita de color rosa y otra blanca-.
El amor debería ser el más inocente y juvenil de los sentimientos. ¿Amigos?. No lo creo. Voy a luchar para que eso cambie.
N.M.
¡Oh, mierda!. ¿Acaso es esto una confesión?.
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El diario de Allison Campbell: Besos de Primavera
RomansaAmaba el verano, pero mis días se habían vuelto un tormentoso invierno. De mi boca, que antes profería hermosos poemas, ahora escapan gritos de terror atroces. Mi piel ya no tenía color, solo mostraba el aspecto de un triste lienzo en blanco. Mi cab...