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Aquella noche, dos atrás de este día en el que nos encontramos hoy, fue la última en la que Kihyun volviendo a sentirse de esa forma, tan asustado y tenso. Le sentí tan vivamente, sus miedos, sus emociones, que no dudé en protegerle, dejándome llevar por mis propios sentimientos, por lo mucho que en poco tiempo le quiero, le amo, estoy sintiendo tan vivamente que tengo incluso miedo porque algo pueda salir mal.

Acostado en esta cama, aunque sea de día, no puedo dejar de mirarle, viéndole tan plácidamente dormido que no quisiera dormir nunca más si así puedo verle cada segundo que pase.

Acariciando cuidadosamente su rostro, apartando los mechones de sus ojos, aparto rápidamente mi mano, viéndole moverse, abrazarse mejor a esa almohada que parece que le da seguridad, cubriendo casi todo su cuerpo con ella, así como también su vientre, el cual no ha dejado de acariciar ni en sueños, seguro como yo lo estoy de lo que lentamente va creciendo por lo que hicimos esa misma noche.

Inclinándome, dejando un cuidadoso beso en su cabeza, bajo de la cama, dispuesto a ir a la cocina, a prepararle un desayuno lo más saludable posible, queriendo cuidarle en todo momento porque no es solo mi omega, en mi novio, mi todo. Los dos lo son y de eso no dudaré jamás si realmente está creciendo una vida en su interior, creada con nuestro amor real.

— Buenos días, papa —saludo a mi padre, sacando varias cosas de los armarios —¿mama ya ha ido a trabajar?

— Así es y ese omega que está ocupando nuestra casa debería irse también —miro a mi padre fijamente —hijo, no sabes donde te estás metiendo. Está bien si te enamoras, pero de todas las mujeres que hay, ¿por qué ese niñato huérfano que es mantenido por su tía?

— Papa no te metas con mi novio —dejo el cuenco con arroz en la bandeja —yo le quiero a él. No quiero ninguna mujer, porque no me gustan. Le quiero a él y te guste o no, no pienso dejarle ni cambiarle por una mujer solo porque no te guste ni asumas mis sentimientos y a quien amo.

— ¿Le has marcado? —niego —pues déjale. Estás a tiempo y no te conviene vivir con un omega hijo de un asesino.

Estoy dispuesto a responder a mi padre, a pedirle que no diga esas cosas y menos estando Kihyun presente, cuando me doy cuenta de que está en la puerta de la cocina, vestido con una camiseta mía que le queda enorme, así como también los pantalones que lleva puestos. Acercándome a él no dudo en abrazarle, en hacerle sentir seguro que es como no se siente por culpa de mi padre.

— Dejaré de venir a tu casa —le miro —no quiero que tu padre tenga que vivir mal por culpa del hijo de un asesino. O quizá porque soy omega.. puedes venir a casa de mi tía siempre que quieras Hyunwoo.. lo siento si le he molestado señor.

Kihyun se marcha, escuchando tan pronto la puerta de casa cerrarse.

Mirando mal a mi padre, no importándome ir en pijama ni cuanto me dice para evitar que vaya con mi novio, sigo los pasos dados por Kihyun, decidido a estar con él así tenga que pagar por un piso que los dos podamos hacer sentir como nuestro hogar con el tiempo.

Saliendo de casa, dispuesto a recorrer el espacio entre la casa de mis padre y la de su tía, no voy andando sino que salgo corriendo, más al verle tirado en el suelo, con los ojos cerrados, con su mano aferrándose a su vientre y la suficiente sangre que desde su cabeza mancha el suelo. Cogiéndole en brazos, sin dudarlo un solo segundo, corro hacia las escaleras, de ahí por la calle, esquivando personas, coches, todas la voces que hablan de lo que no saben a nuestro alrededor, dirigiéndome así hasta la clínica que por suerte conozco y no queda tan lejos.

— ¿Qué le ha ocurrido?

— Se... se ha desmayado —le explico sin creérmelo a la mujer a mi lado —¿despertará verdad?

— Deje que le atendamos y pronto yo misma le diré de su estado —señala una puerta —espere ahí y rellene esto. Si el joven tiene un familiar directo, debería comunicárselo.

La mujer se aleja tan pronto como me pide que espere en la sala de espera, que rellene estos datos sobre Kihyun además de llamar a alguien de su familia.

Es fácil hacer una de esas tres cosas, puesto que sentarse es lo único que puedo hacer en este momento. Entrando en la sala de espera, tomando asiendo justo frente a la puerta para estar en alerta de que aparezca esa enfermera, me dispongo en un momento a rellenar los datos de mi novio, arrepintiéndome por no tener mi móvil aquí para avisar aunque sea a su primo.


— Disculpe —paro frente al mostrador de la entrada —hace ya dos horas y varios minutos que he llegado aquí y nadie me dice nada de mi novio. ¿Podría llamar a un doctor o esa enfermera que le atendió en cuanto llegamos?

— Espere un momento y me pondré en contacto de inmediato.

Hago caso de lo que este hombre frente a mi dice, esperando sin moverme de donde me encuentro, sin dejar de mirarme mientras habla no se si con el doctor, una doctora o una enfermera.

Mirando en todas direcciones, cansado no por estar aquí sino por no saber nada de Kihyun después de tanto que llevo aquí, creo que el alivio vuelve a mi, pudiendo respirar medianamente normal en el momento en que esa enfermera se detiene frente a mi.

— Disculpe que le hayamos hecho esperar tanto —me dice principalmente —se ha complicado un poco el estado de su novio por el desmayo sufrido.

— ¿Qué quiere decir con que se ha complicado su estado?

— Será mejor que me acompañe y el doctor se lo contará a los dos cuando vaya a verle —asiento accediendo —pero vaya con calma. Acaba de despertar y le costará un poco asimilar donde se encuentra.

Tenso por estas palabras de la enfermera la sigo allá donde me guía, siendo una planta por encima de donde nos encontrábamos en este momento. Recorriendo un largo pasillo solo veo muchas puertas, todas cerradas y con un número grabado en ellas.

Cuando se detiene se que al fin podre estar con Kihyun y eso solo aumenta el nivel de mis nervios, así como mi propia temperatura corporal cuando cruzo la puerta en la que se encuentra su habitación, más al notar la sensación que él me transmite desde la distancia incluso.

— Kihyun amor.. —dejo un cuidadoso beso en su frente —¿te encuentras bien?

— No se que ha pasado.. me sentí mareado y me desmayé y aquí nadie quiere decirme la razón.. me han hecho muchas pruebas y también tomar una cosa que sabia horriblemente mal. Decían que eran vitaminas pero no para que las necesito.

— Hola chicos —ambos miramos hacia la puerta —no os asustéis. Soy el doctor que tratará vuestro caso desde hoy mismo. ¿Kihyun como te encuentras?

— Fatal —miro ahora a mi novio —¿por qué me he desmayado y esa enfermera me ha dicho que tomase esas vitaminas?

— La razón por la cual te ha desmayado es por un cambio en tu organismo —esas palabras me dejan confundido —te lo explicaré de otra forma más sencilla. La razón por la cual has sufrido ese desmayo es..

Ambos escuchamos atentos, siendo de pronto interrumpido el doctor por la reciente visita de mi padre, quien no se realmente como sabe que estamos aquí ni porque se ha molestado en venir si tanto detesta a Kihyun y que yo esté saliendo en calidad de novios con él.

Can do itDonde viven las historias. Descúbrelo ahora