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Incluso desde antes de esa llamada, a pesar de la distancia entre la casa de la señora Ki y la nuestra, habiendo tres casas entre ambas y un largo pasillo de distancia, podía sentir que algo estaba sucediendo.

Algo que no era del todo bueno para Yoo Kihyun, sobrino de la señora Ki, de quien no se tanto en realidad, más que el hecho de que es un omega.

Viéndole ahora, la forma en la que me mira, empiezo a creer que él no tenia ni idea de eso y no me gusta en absoluto porque estoy aquí ahora, a solas con un omega al que el celo se le nota demasiado, siendo demasiado peligroso para su bienestar físico y mental.

Otro alfa se lo que haría, aprovecharse de alguien tan inocente como lo parece ser él, quien abrazado a sus piernas se mece sobre esta silla sin hacer caso de mi consejo, sin irse a su habitación donde estaría desde luego más seguro, protegido.

— Entonces es mejor que te vayas —le miro, sorprendido por sus palabras —no se si es por mis nervios pero siento algo en ti que me hace sentir más mareado.

Mirándome a mi mismo escucho sus pies tocando el suelo, moviéndose tan apresurado que solo me doy cuenta del todo cuando escucho un portazo y la llave de paso de la ducha siendo girada, emitiendo esta un chirrido algo molesto.

— Si que debería irme —me pongo en pie —siento no poder ayudarte en más, pero es lo mejor.

Salgo de la casa, cerrando la puerta a mi espalda sin olvidarme las llaves que mi madre conserva de esta casa. Recorriendo el largo pasillo, lentamente aunque debería ir más rápido para contenerme en los impulsos que despiertan en mi interior, encerrarme en mi habitación y dejar que se me pase.

**

Froto con fuerza, con mis manos, cada parte de mi cuerpo y solo puedo sentir mas el calor y el mareo que ese alfa me ha obligado a notar.

Arrodillándome en la ducha trato de calmarme, de controlar esto tan extraño que me ataca el día de hoy de esta forma tan agresiva. Lágrimas llenan mis ojos volviendo mi vista borrosa.

No entiendo nada.

Omega.

Ha dicho que soy un omega y por eso estoy así.

Y él asegura que es un alfa y también debe de ser una razón para estar así.

Limpiándome bajo mis ojos me siento, pegando mi espalda a la baldosa de la ducha, cerrando los ojos, controlándome como bien puedo.

— ¿Kihyun mi pequeño?

¿Tía?

Gritando, aunque mi voz suena demasiado ronca, le digo que estoy en el cuarto de baño. Abrazándome a mis piernas contengo las ganas que tengo de derramar más lágrimas. No cierro el grifo, dejando que el agua caiga sobre mi cabeza y se lleve si es posible el calor que se ha adueñado de cada mínima parte de mi anatomía.

La cortina tras la cual estaba escondido se abre de pronto, pudiendo ver a mi tía ahora, mirándome con cierto miedo, tal vez angustia.

— Tía.. ¿de verdad soy un omega? —no puedo contener más mis lágrimas —me lo ha dicho el hijo de la señora Son.. huele muy fuerte y creo que algo en mi está fallando.. tengo miedo.

— Mi pequeño —me acoge entre sus brazos, cubriéndome con una toalla —no quería decírtelo porque se que no lo asimilarías fácilmente. Tenia la esperanza de que fueses como tu madre, más fuerte cuando pudiese darte la noticia pero no es así. Será mejor que te seques antes de hablar de ello.

Aceptando lo que mi tía me dice me pongo en pie, con su ayuda porque todavía estoy un poco mareado por todo lo ocurrido en los minutos que han transcurrido. Secándome yo mismo con la toalla que envuelve mi pequeño cuerpo, cubriéndome bien por unos segundos más con ella, cojo la ropa que mi tía me trae, siendo un pijama corto limpio que no tardo en vestirme, dejando la toalla a un lado, siguiendo ahora a mi tía hasta la pequeña salita de esta casa.

— Siéntate Kihyun.

Hago nuevamente lo que me pide. Sentándome en el sofá miro a mi tía, siguiendo cada uno de los pocos movimientos que hace. Antes de sentarse puedo ver como deja dos botes sobre la mesa, además de un sobre que no pasa desapercibido de mi atención aunque no pienso mucho en ello, centrándome en esos dos botes y en la curiosidad que despiertan en mi.

— Te preguntarás que hay en esos botes —asiento porque así es —son supresores.

— ¿Supresores? —mi tía dice que si con un movimiento de la cabeza —¿para que sirven?

— Sirven para mantener por así decirlo tu celo controlado —creo que lo entiendo —sobretodo ahora que sabes que hay un alfa cerca. También habrán más y cuidándote con esto no tendrás ningún problema. Por el momento, aunque los vas a tomar, te quedarás en casa hasta que pase el efecto.

— Eso me lo ha dicho él también —miro mis manos —¿qué pasa si un día un alfa me toca tía?

— ¿En que sentido?

Encogiéndome de hombros, no comprendiéndolo todo muy bien, miro a mi tía esperando a que ella me lo explique.

— Si un día sientes que te sientes cómodo ante la presencia de un alfa puede ser porque sea la persona destinada a ti —¿destinada a mi? —¿qué has sentido cuando estaba Hyunwoo aquí?

¿Qué he sentido?

— Era muy raro porque lo primero que he sentido era mucho calor —miro de nuevo mis manos —luego he sentido su olor. Huele muy bien pero también me ha mareado un poco y..

— ¿Y?

Avergonzado, sintiéndome un poco estúpido por tener que decirle esto a mi tía, señalo hacia abajo en mi cuerpo, creyendo sin necesidad de más que lo ha comprendido.

— Lo he comprendido —menos mal —no te preocupes por ello porque es algo normal.

Mi tía no dice más, sacando dos pastillas de color azul de uno de los botes que ahora deja en mi mano, junto con un vaso de agua en la otra, pidiéndome que me las tome.

Mirando las pastillas, viendo por un momento a mi tía salir de la habitación y de la casa, pienso en si realmente quiero tomarlas o simplemente hacer lo que Hyunwoo me ha dicho de quedarme en mi habitación por tres o cuatro días.

Llevándomelas a la boca, con cierta duda, me las tomo sin necesidad de beberme toda el agua, yendo ahora a mi habitación donde me ocupo de cambiar la ropa de mi cama por una limpia sobre la que me acuesto, sin dormirme, encontrándome poco a poco mejor, pensando en ese momento tan incomodo que he pasado en su compañía, al igual que en lo nuevo que he descubierto sobre mi mismo y mi condición de omega.


Es de noche ya y después de cenar me ha tocado sacar la basura. Mientras me preparaba para ello he agradecido para mi mismo que no me sintiese tan mal como esta mañana.

Acercándome hasta donde los contenedores se encuentran, tirando la bolsa que aún sostengo en mi mano, me doy ahora media vuelta para volver ya ha casa, miro por un momento el cielo, con pocas estrellas, la luna apenas viéndose. Si se habrán ido esas invasoras sensaciones de mi interior pero aún siento un poco de calor, como la temperatura en mi cuerpo vuelve a elevarse, así como también esa húmeda sensación que no se porque vuelve a mi.

Temblando un poco, nervioso, vuelvo lo más rápido al edificio, a casa, deteniéndome a los tres o cuatro pasos que doy en dirección a las escaleras, viendo a quien enfrente tengo.

— ¿Kihyun?

Temperatura alta en mi cuerpo, esa sensación, el alfa que creo que es el responsable aunque no me ha visto según iba entrando para volver a casa y quien me ha llamado parece que son la razón de que hoy el día sea eterno para mi y no vaya a llegar al fin nunca del mismo, aunque esta persona que aparece ahora mismo no es alguien que me haga sentir incomodo.

Can do itDonde viven las historias. Descúbrelo ahora