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Minhyuk está aquí y no me lo creo todavía.

Creo que no soy el único que no se lo cree, estando los dos ahora en casa de mi tía, de su madre, porque la misma mujer que le trajo al mundo ahora no le suelta, ignorando sus protestas por llevar casi diez minutos entre los brazos de su madre. La escena es tan graciosa que todo lo que sentía horas atrás se ha esfumado, junto a la confusión y el malestar que me ha hecho sentir saber que soy omega, que he estado a solas con un alfa que me ha hecho sentir cosas que no comprendo.

Tampoco puedo evitar sonreír, así como tampoco sentir algo de envidia por el amor madre e hijo que veo frente a mi.

— Estarás cansado hijo mio —mi tía le quita las cosas a Minhyuk —deberías darte un baño e ir a dormir directamente.

— Estoy bien mama y quiero hablar un rato contigo y mi primo —me mira con esa sonrisa tuya —me ha dicho que ha tenido un encuentro con un alfa y que gracias a él sabe que es un omega. ¿Quien es?

— Es el hijo mayor de la señora Son —miro a mi tía —pero no tienes que preocuparte. Ha sabido respetar a tu primo y eso le da mucho merito. Cualquier otro alfa le habría hecho lo indeseado y él no.

— Será porque no le gusto tía —me pongo en pie —no tiene importancia. Yo si voy a ir a dormir, buenas noches tía, buenas noches Minhyuk.

Deseándoles buenas noches a mi tía y a mi primo voy hasta mi habitación, dejándome caer en la cama, bajo la ropa de cama que ahora mismo no me incomoda, así como no siento el exceso de calor nuevamente, pudiendo dormirme en cuestión de segundos, cayendo en un profundo y tranquilo sueño.


— Pequeñajo, despierta pequeño hámster.

Moviéndome, cubriéndome mejor con la ropa de mi cama, intento girarme, darle la espalda a quien trata de despertarme, sin mucho éxito cuando empieza a atacarme a base de cosquillas, causando así que estalle en carcajadas y movimientos de mi cuerpo agitándome en la cama, intentando sin éxito librarme de las manos de mi primo.

— Venga pequeño hámster despiértate —niego, sacándole la lengua —¿y tu tienes veinte años?

— Los tengo y sueño también asique déjame dormir —tiro de las mantas —duérmete tu también. Anoche viniste desde otro país y estarás cansado.

— No lo estoy —pellizca mi trasero, provocando que suelte un quejido —quiero ir a renovar mi armario y vas a acompañarme. Además tu y yo tenemos mucho de lo que hablar. Como por ejemplo ese alfa al que dices que no le gustas y es capaz de hacer que tu lado omega sienta hasta lo inexistente.

— No quiero hablar de ese alfa —me siento —no le gusto y es la verdad. Solo hay que ver como se marchó, dejándome solo cuando más necesitaba a alguien. Y me hizo sentir demasiado raro incluso después.

— Eso es normal siendo él alfa y tu omega —miro nuevamente a mi primero —yo no soy bueno para explicártelo porque Jooheon y yo no tuvimos ese problema cuando nos conocimos. Y seguro que esa idea solo está en tu cabeza porque a lo mejor es tan inexperto como tu.

— ¿Un alfa virgen? —asiente con seguridad —¿tu le has visto? Es imposible que lo sea.. es guapísimo y está.. está.. no quiero ni decirlo. Venga vámonos a esas compras que quieres hacer pero no vuelvas a sacar el tema ¿queda claro?

— Clarísimo pequeño hámster.

Ahora mismo no me paro ni a pensar en ese apodo que nuevamente está usando, yendo rápidamente al cuarto de baño donde cepillo y mis dientes y me doy una ducha que apenas dura diez minutos, saliendo de aquí con una toalla en mi cintura de vuelta a mi habitación donde termino de vestirme.

— Mama —Minhyuk llama a su madre, escuchándole cuando entro en la cocina —Kihyun y yo iremos de tiendas. Cuidaré de él bien lo prometo.

— Ya se que cuidarás de tu primo bien —miro a mi tía —no dejes que ningún alfa se le acerque. Aunque se tome los supresores pueden sentirle y si algo va mal volver a casa de inmediato.

¿Si algo va mal?

Sin tiempo de poder preguntar soy arrastrado por Minhyuk a la calle, no tardando en salir del edificio siendo obligado a bajar todas y cada una de las escaleras. Min camina demasiado rápido, costándome hasta cierto punto seguir su ritmo hasta que se detiene en la parada donde tomamos una linea que no se ni cual es, pagando por el viaje de los dos que no dura demasiado, dejándonos donde más gente ahí, donde todas estas tiendas se encuentran y pienso ahora mismo que me sentiré incomodo si sucede lo que mi tía ha dicho.

— ¿Crees que alguien se atrevería ha hacerme algo? —pregunto en voz baja —no quiero que nos hagan daño solo por ser.. eso.

— No te preocupes porque no estaremos solos pequeño hámster.

¿Qué no estaremos solos?

Sosteniendo mi mano como lleva haciéndolo ya un rato, Minhyuk me obliga a volver a caminar, recorriendo así casi todo el centro comercial hasta que se detiene de pronto en una cafetería, donde todo huele tan delicioso que despierta mi apetito por no haber desayunado cuando estábamos en casa.

— ¿Qué hacemos aquí?

— Vamos a desayunar en lo que esperamos —nos lleva hasta una mesa, sentándose —siéntate y tranquilizate Kihyun por favor. Todo ira bien, solo confía en mi y estarás a salvo e intacto para tu alfa, al cual por cierto tienes que presentarme algún día.

— No puedo presentarte a alguien a quien no conozco —me siento tan bien —solo se su nombre porque tu madre me lo ha dicho.. y si, dudo que alguien como yo pueda gustarle. Solo mírame Min. Soy pequeño para mi edad, estoy muy delgado y soy huérfano de madre e hijo de un asesino. ¿Cómo crees que alguien me va a querer así Min? Si se entera de eso huira como todos. No tengo ni amigos por esa misma razón. Solo me aguantas tu porque eres mi primo.. nada más.

— Kihyun se que ha sido difícil todo esto para ti —toma mi barbilla con una de sus manos —pero deja eso ya en el pasado. Tu madre no se merecía lo que le pasó y ese monstruo nunca saldrá de prisión porque es un asesino. No eres como él y nunca lo serás y confía en mi que nunca nadie te va a rechazar por ello. No conozco al hijo de la señora Son pero si le das una oportunidad y te sinceras seguro que no se asustará, que se quedará a tu lado como te mereces.

Minhyuk, además de ser tres años mayor que yo, es más inteligente y sabio a la hora de decir las cosas. Siempre le he admirado por eso y hablar de estas cosas con mi primo me reconforta bastante, haciéndome sentir tan bien que lo malo queda a un lado apartado, lo suficiente como para no amargarme ni ser un infeliz.

— Iré a pedir dos desayunos —asiento viéndole ponerse en pie —no tardaré mucho lo prometo.

Se que no lo hará y en realidad estoy bastante tranquilo. Sentándome bien, estando del lado que da en dirección a la puerta, me acomodo mejor sobre la silla que ya no me parece tan incomoda.

Esta cafetería, para las horas que son, no está tan llena de gente, siendo más que nada alguna que otra pareja las que hay compartiendo desayunos al igual que Min y yo, con la diferencia de que nosotros somos primos y no una pareja.

Cruzándome de piernas, apoyando mis brazos sobre la mesa, de pronto siento como mi cuerpo reacciona de una forma un poco rara, volviendo a mi una leve sensación de calor que no es tan excesiva, al mismo tiempo que ese olor invade mis fosas nasales.

Rápidamente me dispongo a mirar a mi alrededor, a buscarle seguro de que se encuentra aquí, intentando hacer caso del consejo de Min y estar tranquilo, aunque es demasiado difícil dado que no solo es que se encuentre cerca, sino que también me está mirando fijamente.

Can do itDonde viven las historias. Descúbrelo ahora