Me giré al notar que alguien nos estaba observando. Bueno no nos miraba una persona sino que nos miraban como 70 personas.
Absolutamente todo el comedor estaba pendiente de nuestra conversación, pero solamente una mesa nos miraba con especial curiosidad.
No es muy difícil adivinar qué mesa es, ¿verdad? Corine miraba a Tom con picardía, Matthew me miraba con curiosidad y Jacob...
Jacob es un caso a parte. Sinceramente, no me esperaba nada en absoluto quien era el chico borde con quien me choqué el día en el que me matriculé. Empezó siendo todo un poco de curiosidad, haciendo preguntas de aquí por allá a personas que nadie prestaba atención. Fue en ese momento, en el que me enteré que Jacob era el sobrino del director. En esos milisegundos en los que a mi cuerpo no le dio la gana de pasarle sangre a mi cerebro para que pensase como una persona normal, me asusté. Después simplemente me reí.
Tenía que estar demente como para no darme cuenta de que sería casi imposible que el director le dijese algo a su hijo. En la mayoría de relaciones parentales, ningún padre le cuenta sucesos traumáticos o simplemente sucesos de su vida pasada a menos que sean insignificantes o graciosos. Así que no hay peligro alguno.
Salí de mi pequeño trance de analizar cada mesa del comedor y miré con furia a Tom.
Con la mayor delicadeza que pude, le agarré del brazo y lo llevé arrastras fuera del comedor.
- Me haces daño- se quejó- ¿No podrías afloj-
- ¡¿Pero qué haces imbécil?! - le interrumpí.- No ves que por tu culpa ahora puede que sepan donde me escondo.
- No seas paranoica. Siempre haces lo mismo. Te pones como una energúmena cuando las cosas no salen como tu quieres. Vive un poco, joder.
Le miré con especial rencor.
- ¿Que viva un poco, dices? - farfullé- Eso trataba de hacer y por tu culpa seguramente ya no podré porque se te ha ocurrido la maravillosa idea de venir aquí.
- Oye, oye, ahora no te pongas en modo amargada. Solo quería verte. Te fuiste sin avisar y al verte el otro día en el gimnasio hizo que mis ganas de hablar contigo para hablar lo sucedido aumentasen.
- Pues bien podrías haber guardado esas ganas- mascullé.
- Te he oído, enana. ¿No te alegras de verme?
- Por supuesto que lo hago- le dije- ¿pero no ves que viniendo aquí has sentenciado mi muerte?
- Si me hubieras dejado explicarme antes de soltar todo el veneno por esa boquita tuya no me estarías odiando en este preciso momento.
- ¿Y a qué esperas?- le pregunté.
- No traigo ningún móvil conmigo y me he cambiado de ropa por una que compré en una tienda de aquí al lado para que no me rastrearan por medio de los chips que tienen los trajes. Estoy totalmente limpio.
- ¿Y no podrías haber empezado por ahí?- me quejé.
- No me has dado la oportunidad.
- En ese caso ven aquí y dame un abrazo, estúpido.- le dije abriendo mis brazos, los cuales recibió gustoso.- Te pido perdón por haber reaccionado así, me asusté y-
El timbre del móvil me interrumpió.
Con cuidado aparté a Tom y cogí el móvil de mi bolsillo trasero.
-¿Si?
- Mmmm. El la carta que me has dejado en la mesilla decía que te llamara nada más me despertase. ¿Quién eres?
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Demasiados Secretos
ActionEl pasado de Ashley es como su sombra. Una sombra dolorosa. Aunque se intente deshacer de ella, esconderla, olvidarla, le será imposible. El dolor siempre la acompañará. Pero, a veces, hay que recordar que una sombra requiere luz. Una historia donde...