Capítulo 3 El instituto parte 1

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Cuando entré al instituto estuve unos 10 minutos caminando por todos lados, intentando encontrar el despacho del director. 

Justo cuando creía que el despacho había desaparecido de la faz de la tierra, vi una puerta con un gran letrero que ponía ''Despacho del Director''. 

Que original.

Llamé con decisión. Si iba con la idea de poder matricularme a estas fechas tenía que empezar con buen pie. Y con buen pie me refiero a que no quiero dar mala impresión. Sobre todo cuando voy a tener que amenazar al director para que me admita y para eso tengo que parecer segura de mi misma.

No me malinterpretéis. No estoy nerviosa. Nada de eso. Solo quiero mentalizarme de que todo sale tal y como lo he planeado porque, sinceramente, odio cuando las cosas no salen como yo quiero. Me gusta que esté todo organizado, con sus pros y sus contras. Con los riesgos que puedo correr. Es por eso que yo nunca fallo.

 El caso es... Es un dichoso instituto, se supone que no voy a juntarme con nadie, así que podía quitarme de encima el horrible pensamiento de que tenía que hacer amigos. También Odio juntarme con las personas. Son tan desagradables. Y lo otro es que ya me he matriculado tres veces en el instituto, así que por los exámenes no tengo que preocuparme. Era lo único bueno que tenían las misiones de este tipo

Una voz grave y decidida me sacó de mis pensamientos.

- Pase, por favor.

Abrí la puerta y me encontré con algo que no me esperaba. En frente mío se encontraba un señor con aspecto serio, no había ninguna sonrisa en su cara y tenía el ceño ligeramente fruncido. Su cara era de pocos amigos pero nada más entrar su expresión cambió totalmente por uno agradable y cariñoso.

Honestamente, me esperaba al típico director gordo que no hace nada. Pero este parecía decidido y serio. Como si no le importara nada. En cierta parte se parecía a mi padre. Y tengo que decir que gordo no estaba, lo prometo.

- Hola, señorita. ¿Qué quiere?- dijo volviendo a sacarme de mis cavilaciones. 

- Vine a matricularme. ¿Podría ser eso posible?

- No creo que sea posible. No hay plazas ya que es un poco tarde y de todos modos una niña no puede firmar la matrícula.

- ¿No la podría firmar yo?

- No, lo siento pequeña. Solo pueden firmarlo tus padres.

Bueno no quería llegar a esto. Tan solo le iba a dar una pequeña advertencia con sus trapos sucios que descubrí el otro día en la biblioteca, pero supongo que improvisaré con mi plan b. 

Flashback

Odio cuando me mandan a una misión sin avisarme con por lo menos dos días de antelación. Ahora me tendré que ir a Berlín con una miserable mochila. Lo peor de todo es que no podré elegir mi equipo... ¡qué divertido! Seguramente me toquen unos patanes

-Mañana por la mañana tendremos que salir del hotel antes del alba. Cuando lleguemos a La Casa Central de Berlín,- les dije a mi equipo ya reunidos-  Sophie tu te encargarás de hackear todas las cámaras y cortar la electricidad. Mike, Scott y Swayer, vosotros os encargaréis de los guardaespaldas del Senador.   Thomas tu irás conmigo a por el Senador y el resto os encargáis de que no nos pillen, ¿os ha quedado claro? Si no os habéis enterado de algo, preguntárselo a algunos de vuestros compañeros, porque yo no voy a tratar con estúpidos que no saben hacer una misión para principiantes ¡¿entendido?!

- ¡Sí señora!- dijeron a la vez.

- Podéis retiraros.

 Ya en la Casa Central de Berlín todos nos colocamos en nuestros puestos. En cuanto Thomas y yo fuimos hacia La Casa Central, dos enormes, peludos y babosos bulldogs aparecieron delante nuestro. Esto pasa cuando no me avisan con dos días de antelación, ya que si lo hubieran hecho no hubiera llevado a Thomas el cual tenía fobia a los perros.  Y como había previsto segundos después de ver a los perros,  se puso a gritar y a pedir auxilio.  Sus gritos eran tan fuertes que en menos de 1 minuto teníamos a todos los guardaespaldas que protegían los exteriores de la casa, apuntándonos con una arma. No me quedó otra opción que coger en brazos a Thomas y salir corriendo de ahí.

Menudo idiota.

Fin del flashback

Saqué mi navaja del bolsillo y rápidamente se la puse en el cuello.

- Usted me va a dejar firmar los papeles ahora mismo, sino ya sabe lo que va a pasar,- dije apretando la navaja un poco más en su cuello.

- Está bien. Déjeme sacar los papeles y los firma, por favor.- dijo como pudo.

Salí del colegio con todo ya firmado y feliz de que nada hubiera salido mal. 

El colegio lo empezaría dentro de unos días.  

Era oficial. Vuelvo al instituto. 

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Thomas en multimedia. ¿Qué os a parecido este nuevo capítulo? Podéis dejarme ideas en los comentarios. Muchos besos.

Demasiados SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora