Capítulo 14 La bombilla

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ASHLEY'S POV

Me fui bastante decepcionada del gimnasio. Sé que mi reacción tampoco fue del todo justa, pero... Simplemente lo solté casi todo. Digo casi todo porque si le llego a decir que para poder salvarla tuve que unirme a la mafia más peligrosa y con unos antecedentes de asesinatos tan altos que nos buscan en todos los países por condenas de más de... Digamos que casi todas las condenas serían de muchos años. 

Estaba cansada. Había estado casi 4 horas seguidas entrenando con Eli y había ido a mi casa para ducharme y coger mi móvil el cual se me había olvidado en mi casa el día anterior cuando me fui con Matt. 

Cuando logré encender del todo el teléfono, me empezó a estallar con pequeños ruidos agudos pero estridentes. Uno tras de otro, sin parar. Me metí en llamadas ya que me salía como que me habían llamado 20 veces, pero era imposible. Nadie tenía mi teléfono móvil, así que ¿cómo es que tengo tantas llamadas perdidas? Y lo más extraño y escalofriante era que solo un número me había llamado. Las 20 llamadas perdidas eran de un mismo número. Una misma persona.

Le di al número con cierto temor. Todos los sonidos de mi alrededor desaparecieron, dejando paso a los pitidos constantes procedentes de la cacharra del diablo.

- Por fin me coges el teléfono, Dal.- dijo una voz ronca.

- ¿Tom?

- ¿Dónde estás? Escóndete bien. Están aquí.

- ¿Cómo es que están aquí?- sabiendo inmediatamente a lo que se refería con ''están aquí''- Está fuera de las redes de la mafia.- dije refiriéndome a Seattle.

- Pues están aquí, y lo más seguro es que vengan por un solo motivo. tú.

- P-pero no entiendo...- mi cabeza estaba dando una y dos y tres vueltas. No veía cómo es que la habían podido encontrar. Había sido precavida con todo.- ¿Cómo sabes que están aquí?

- Han matado a Kiera.

¿Qué? Nonono. No puede ser. Otra vez no. 

 El teléfono cayó al suelo. simplemente se cayó. Resbalándose de mi mano tan fácilmente como las lágrimas escapaban de mis ojos.

Me dejé caer de rodillas contra el suelo. Grité. Un grito lleno de dolor y pérdida. 

Mi cuerpo se sacudía con pequeños sollozos. 

No quiero vivir...- susurré como pude entre el mar de lágrimas- no sin ella. No sin Melissa.

- Ashley- fuertes brazos me levantaron del suelo.- Ashley, mírame.

No respondí. Su voz sonaba tan lejana...

- Mírame, por favor.- pidió suavemente cogiendo con delicadeza mi mentón, girando mi cabeza hacia él.

- ¿Qué?- dije.

- ¿Qué te pasa?- preguntó Marco.

- Nada.

- ¿Qué ha pasado?- insistió otra vez.

- Nada- volví a decir.

- Si no me dices que ha pasado te largas de esta casa.

Un flashback vino a mi mente nada más salir esas palabras de la boca de Marco

- Lárgate de mi casa.

- ¿Cómo puedes ser tan frío?- dije mirándole con reproche- ¿Cómo puede importarte tan poco los sentimientos de los demás?

- Sólo me comporto así contigo. ¿Crees que no sé lo que has hecho? Estuve preguntándome el por qué sabías tantas cosas sobre mi familia y me di cuenta de que fuiste tú. Siempre fuiste tu.

Demasiados SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora