Capítulo 6 El gimnasio

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ASHLEY'S POV.

Llegué a un callejón oscuro. Fue lo más seguro que encontré en el que me pudiera sentir totalmente o parcialmente cómoda abriendo la mochila. Todos los billetes eran de 100 € y habría como diez paquetes de 100 billetes cada uno. ¡Ahí tenía suficiente dinero para vivir un año entero! Creo que no entendió bien el concepto de dinero para tres días. 

Me imagino que con ese dinero ya podía comprarme la casa que quería.

(...)

Odiaba ir de compras. Hay demasiada gente en los centros comerciales ya a mi la gente me agobia y me da asco. Y sumémosle el hecho de que era un sitio perfecto para coger cualquier  enfermedad. Uj, cada día odio más a la gente y  a todo en general.

En fin, me compré un Iphone, contraté a una compañía y me compré una targetita para poder tener número móvil. Aborrezco estos cacharros, son como detectores de humanos, te puedes rastrear sin ninguna dificultad. Me imagino que estando en un instituto eso no será un problema, aún así no dejo de detestarlos. 

Una vez comprado todo lo necesario, fui a ver si conseguí alguna casa en venta.

Horas de caminatas valieron a pena al encontrarme con una hermosa casa. Era enorme, de color blanco, con unos grandes ventanales y el porche era muy bonito, a la derecha del porche había un mini columpio/banco y a la izquierda de este había una mesa pequeña redonda de madera con dos sillas a cada lado suyo. Miré rápidamente el cartel de ''se vende'' donde ponía el número de teléfono y llamé.

Al final el señor y yo llegamos al acuerdo de que primero quedaríamos esta tarde para revisar los papeles y después la casa era mía.

intentando matar el tiempo, mientras esperaba al dueño fui paseando por los alrededores del barrio para conocerlo un poco mejor. 

Estaba pasando por una bocacalle cuando alguien o mejor dicho, algo, al otro lado de la calle llamó mi atención. Un gran cartel con el nombre de  Gold's Gym y al lado había dibujado un señor cachas. Un gimnasio. Me iría bien apuntarme para no perder el físico. Crucé corriendo la carretera para llegar a el gimnasio. El gimnasio tenía muy buena pinta quitando el pequeño dato de que el exterior estaba echo mierda, pero lo que vi en el interior bastó para convencerme de que le diera una segunda oportunidad.

- ¿Hola? ¿Hay alguien?

- ¡Ya voy!- gritó de vuelta una voz desde el fondo de la habitación.

 10 minutos. 10 minutos desde me habían dicho que ''iban''. Normalmente a los clientes, cuando se les dices que ''van'' no tardan tanto en ir, ¿no? Pues al parecer este negocio no entiende lo que es el buen trato de los clientes.

Normal que no puedan ni pagar una simple reforma del exterior.

- ¿Qué quiere señorita? ¿Aquí no vendemos comida para obesos?- dijo poniéndose detrás del mostrador.

Ups, olvidaba que no me había quitado el corsé. Aunque eso no quita el hecho de que me acaba de llamar obesa. ¿Qué e pasa a la gente que ya juzga a las personas por como se ve el exterior? Si hubiera seguido los pasos de este tipejo, no hubiera entrado en este local ni de lejos.

- ¿Me está llamando obesa señor...- rápidamente vi uno de los cuadros detrás del mostrador een el que se veía al señor con un gran cinturón dorado y justo al lado una pequeña placa con una fecha y el nombre del que supongo que será el suyo.- ¿O'Connor?- tiene que ser una simple coincidencia. No puede ser posible que ni ahora el karma se apiade de mi-  ¿No cree que no está en la situación de rechazar ningún cliente? Esa actitud de mierda no le va a llevar a ningún lado. Sigue así y acabará arruinando este mohoso gimnasio. Aunque, pensándolo mejor, no creo que pueda arruinar más el negocio de lo que ya está.

Demasiados SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora