Capítulo 1

44 4 0
                                    

-¡Mason!-

Levante la cabeza de golpe y me acomodo los lentes para ver quien había gritado mi nombre, resulto ser que el profesor me pidió responder una pregunta, pero me había quedado dormido a mitad de su explicación. Pedí disculpas y el continuo con su clase mientras que yo batallaba para no quedarme dormido otra vez, cuando termino la clase, agarré un libro y salí a receso. Estaba caminando por los pasillos mientras leía mi libro antes de que alguien me pusiera una mano en el hombro para llamar mi atención.

-Henry- saludo-¿Tienes los apuntes de la clase de historia?-

-Si- le contesto sin despegar ojo de mi libro

-¿Me los pasas?-

-No- le digo

Siento como me quita la mano del hombro, lo cual tomo como señal para poder seguir caminando, pero no alcance a dar ni cinco pasos cuando él me tomo del cuello de mi chamarra desgastada y me estampo de espalda contra el casillero.

-¿Por qué no?- me pregunta de una manera amenazante

-Te he estado ayudando estos últimos años, creo que ya va siendo tiempo de que lo hagas tú, ¿no? - le respondo con algo de miedo por su reacción

Esa respuesta no le gusto ya que recibí un golpe en la cara que me tumbo los lentes y después fui lanzado hacia las escaleras que estaban a un costado, rodé escaleras abajo antes de ser detenido por una pared.

-¿Sigues pensando lo mismo, Henry?-

-¡¿Qué está ocurriendo aquí?!-

Levante la vista para ver a una mujer pelinegra de ojos azules que justo venía subiendo las escaleras, la reconocí al instante como la representante del consejo estudiantil, Alice Youkemaller. Me volteo a ver y yo desvié la mira rápidamente con cierta vergüenza, para luego ver que el sujeto que mi pidió los apuntes ya se había ido. Me levanté del suelo, le agradecí a Alice y fui a recoger mis lentes.

-¿Cuánto tiempo vas a seguir así?- me pregunta la representante

-He llevado este caso a los maestros en más de una ocasión y nada ha cambiado- le respondo un tanto apenado mientras recordaba todas las veces que había levantado una queja con él- Además solo tengo que aguantar dos semestres más-

Sonreí tristemente ante mi propia declaración ya que sabía que podría hacerlo, aunque eso significara dañarme a mí mismo. Me hubiera ido de no haber sido detenido por Alice que me quito los lentes para seguidamente limpiarlos con su camisa. Al terminar me volvió a colocar mí anteojos y se despidió de mí con una sonrisa.

Su sonrisa me tranquilizo lo suficiente como para que me olvidara del dolor de la caída, volví a subir las escaleras antes de encaminarme al despacho del psicólogo de la institución, siempre suelo ir cuando quiero hablar con alguien y como siempre soy bien recibido, no dudo en presentarme en el lugar.

Al llegar toque la puerta y espere el pase. Poco tiempo paso antes de que entrara al salón donde ya se encontraba el psicólogo tomando una taza de café. Nos saludamos para seguidamente comenzar a contarle lo que acaba de pasar, el escucho atentamente cada una de mis palabras, cuando termine de hablar escuche el mismo consejo que me había dado Alice ya que tarde o temprano, el dejarme pisotear terminaría dañándome de una manera irreparable. Tras terminar nuestra platique simplemente le agradecí su tiempo y me dispuse a irme.

Como todavía había tiempo de receso subí a la azotea para poder relajarme. Una vez estando ahí me recosté y observé las nubes hasta que se acabó la hora del receso. El resto de las clases fueron aburridas, afortunadamente termine de leer el libro que había comenzado hace un par de días. Cuando terminaron las clases, tome mis cosas y salí del salón para poder ir a casa, durante el camino a la salida me tope de nuevo con Alice, pero esta vez ella estaba con un grupo de amigas así que yo solo me limite a mirar de lejos, a pesar de haberla conocido desde que entre en la universidad casi no hablaba con ella, iba a seguir caminando cuando de repente me toman del hombro y me golpean haciéndome perder el equilibrio y caer al suelo.

-Esto no se termina todavía Henry-

Esa frase fue suficiente para llamar la curiosidad del resto de estudiantes que estaban afuera del colegio, los cuales se congregaron alrededor de nosotros mientras hacían apuestas en mi contra porque sabían que esto iba a terminar en pelea. Desafortunadamente esta vez nadie podría intervenir por mí ya que no tenía amigos y que ahora toda la autoridad del personal de la universidad era inútil a esta hora, en otras palabras estaba perdido.

-¡Levántate Mason!- grito un estudiante

Una persona se metió me levanto y me empujó hacia mi agresor antes de volver al círculo de estudiantes que nos rodeaba. En cuanto estuve cerca de él recibí otro golpe lo suficientemente fuerte para romperme los lentes y hacerme caer. Estando en el suelo tome un poco de tierra y se la arroje a la cara cegándolo por un corto periodo de tiempo, pero lo suficiente para que pudiera tomar mi mochila y correr.

Mientras corría podía escuchar cómo la gente decía cosas, pero no las entendía, en ese momento lo único que me importaba era llegar a casa. Estando lejos de la universidad desacelere él paso ya que nadie me estaba persiguiendo, camine a paso lento al lado de una cafetería con la mirada baja sin prestar mucha atención a mí entorno, pues conocía esta avenida muy bien. Note una pequeña corriente de viento que me hizo levantar la mirada, al hacerlo pude presenciar a un hombre de mi misma edad de cabello plateado con las puntas en rojo, ojos negros con el iris en rojo, este portaba un abrigo, un pantalón y unos zapatos completamente negros. Me le quede viendo durante un rato ya que me parecía curiosa su apariencia, sin embargo, no me incumbía como se viera así que simplemente pase de largo después de volver a bajar la mirada.

Cuando llegue a la casa entre sin que mis padres y mi hermano me vieran ya que tenía que limpiarme la cara de los golpes, mi cabello negro tenía tierra en todos lados y ya sin los lentes podía ver mejor mis ojos verdes manchados de igual manera. Me limpie la cara y tome un baño antes de salir para poder celebrar el cumpleaños de mi hermano menor, coloque todas las cosas para la fiesta y toque la puerta de mis padres para avisar de que las cosas estaban listas. Mis padres salieron y fueron a buscar a mi hermano a su cuarto, de paso me preguntaron por mis lentes, pero les dije que los había guardado en mi cuarto ya que no necesitaba usarlos todo el tiempo. Espere en el comedor hasta que llegaron mis padres con mi hermano.

-¡Feliz cumpleaños!- gritamos todos

Mi hermanito se emocionó y nos abrazó a todos, luego comenzamos a comer el pastel.

-¿Cómo te fue en la universidad Henry?- pregunto mi mamá

No podía contarle sobre la paliza que recibí o la que casi recibo, no quería preocupar a mis padres con ese tipo de problemas.

-Bien- le respondí con una sonrisa

Terminamos de comer el pastel, ayudé a lavar los trastes y me fui a mi habitación a leer libros hasta que me dormí.

Al día siguiente me levanté y me vestí para ir al colegio, salí de mi cuarto con un pantalón de mezclilla, unos tennis negros, una camisa roja y mi chamarra desgastada. En cuanto pase por la cocina para agarrar una manzana, mi mamá me hablo.

-Ya te dije que botes esa chamarra- me dijo

-Pero es mi favorita- le contesto

-Tu papá y yo te conseguiremos otra dentro de poco así que bótala, ¿está bien? –

-Lo prometo-

Después de eso salí de la casa y me encaminé al colegio. Antes de llegar recordé lo que paso ayer, tenía que ser precavido o terminaría peor que el día anterior. Cuando llegue me tape la cara con la capucha de la chamarra y entre de lo más normal por la puerta principal, pero había olvidado que mi chamarra en si delataba quien era la persona que la usaba, mientras caminaba hacia mi salón empezaba a escuchar murmuros que iban dirigidos hacia mi sobre lo que paso ayer.

Llegue a mi salón, me dirigí hacia la parte de atrás y tome el asiento con vista a la ventana antes de ponerme a leer un libro mientras escuchaba música, pero había algo que me estaba comenzando a poner nervioso y era que sentía como alguien me quemaba con la mirada, lo raro era que esa sensación provenía de afuera del colegio. Gire mi cabeza en dirección a la ventana para ver que no había nada, pero esa sensación de ser observado no se iba.

El profesor llego y comenzó a dar su clase mientras que yo pensaba en que,si ayer me lleve unos buenos golpes, ¿Qué pasaría hoy que no he visto a esetipo y que siento que estoy siendo observado?

Humanidad demoniaca (primer presagio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora