Los jovenes de una futura fortuna extensa de las grandes ciudades obtendrían un reconocimiento mayor.
El delgado chico de rostro agraciado se ubicaba embebido en sus libros recolectados de su ancho librero de madera pulída, hasta la llegada inesperada de su madre con una expresión de gozo apretando con sus dedos un papel bañado en un color pastel llamativo, cual era una invitación de distinción.
-Tienes que ir con Zabdiel- dice lo primero al ver a su hijo, sentandose en la agradable cama acariciando los cabellos azabaches de su pequeño-yo fuí una de las chicas más codiciadas en esa fiesta, mi amor, tu abuelo pidió que asista con mi prometido...tu padre-cuenta meditabunda con una sonrisa sincera
-Mamá, no quiero asistir-implora bufando pasando la nueva página de su libro como si fuera más importante.
-Hijo tienes que ir, que hablarían nuestros amigos si no asistes, quedaríamos muy mal...aparte tus primas van a ir también-insiste desamparando la invitación a su costado inclinandose para estar en pie retirandose- es el 28, mi amor
La inquietud que sentía luego de aquella charla con su madre es presente colocandose sus zapatos son rapidez correteando al cuarto del chico de ojos marrones con el papel de la invitación entre su dedos.
El cansancio de apoco se hacía presente, sin la importancia de crear una sonrisa empañadora al hombre que se entrelazaría en un futuro para el beneficio de los Colón, sus nudillos dan pequeños golpes a la madera con cautela sin que sea visto rondar por los pasillos de los cuartos de los empleados.
Sus padres sin mantener una charla extensa solo lo citan para entregarle invitaciones de eventos y indicaciones de su comportamiento, aparte de aquellas reglas cansadoras de como actuar con los sirvientes luego ser descubierto ayudando a uno de ellos, y es que todo era absurdo a su punto de vista.
-¿Joel?-se atreve a preguntar luego del duradero tiempo estando esperando- voy a entrar-avisa girando la manija bañada de plata que lo hace acceder a la habitación en perfecta condición casi asombrando al de ojos verdosos por lo ordenada que se encontraba
Aunque permanecía en soledad el cuarto, cierra la puerta con prudencia dando pasos largos hasta los campos observando a los alrededores buscando a una silueta conocida que indicara que sea el sirviente.
-Joven Erick, no debe estar acá- la pecosa muchacha se alarma asustada buscando a sus patrones sin obtener alguna pisca de presencia de los señores Colón-¿busca a alguien?-pregunta sin más curiosa
-Mi sirviente-habla con dureza tensandose-¿sabes de él?
-Sí, fue al mercado principal con la mano derecha de la señora Colón para poder comprar artículos de necesidad en la mansión-cuenta recordando lo que vió mientras ordenaba los pasillos cercanos a la salida
-Él no tiene que ir, tiene la orden estricta de solo servirme a mí, no entiendo la necesidad de mandarlo con la mano derecha de mi madre-aclara con disgusto confundido por la orden reciente de su madre-gracias por el dato, Taira-alarga un poco sus labios a los lados expresando simpatía despidiendose de la mucama
Se acomoda en la silla tocando con sus pies los verdosos pastos verificando la limpieza a la piscina que daban los sirvientes generales con delicadeza e miedo a cometer un error.
Los delgados dedos del heredero aprietan la invitación apreciando los notables diseños costosos de un color dorado, a la vez podía sentir la dureza del papel grueso destacando la calidad que contenía.
-"Fiesta de selección de millonarios juveniles"-lee con una velocidad escasa apretando con sus pulgares el teclado de su teléfono buscando el significado de aquel acontecimiento que carcomía su curiosidad
La notable presencia de aquel joven de pelo ondulado hace formular una sonrisa ignorando por lo que estaba apunto de hacer, sus ojos comenzaron agrandarse mostrando diminutas chispas en sus ojos avergonzándose por aquella reacción.
-Amo, lo solicitan en el patio trasero-el ojiverde presiona un poco sus ojos confundido analizando lo dicho para luego entender el mensaje oculto casi corriendo al lugar-escuché de la fiesta
-¿De verdad, Joel?, lo primero que me vas a decir es esa tonta fiesta-sus brazos delgados se entrelazan moviendo su cabeza en negación con un gesto en sus labios de disgusto
-Es lo que hablan todos los sirvientes, joven Erick, aparte me fuí con la mano derecha de la señora Colón, su madre nos pidió ir a recoger su traje que va a usar para esa ocasión, nunca fuimos al mercado
-¿Qué? Yo no quiero ir a esa tonta fiesta, le dije a mi mamá pero ella ya suponía lo que diría-saca un suspiro por los actos de su madre sobando con frustración su rostro repetidas veces-odio esto
-Joven Erick, tiene que ir con su prometido-recalca sin alguna diminuta reacción en su rostro-me dieron la orden de acompañarlo con su prometido a la fiesta de multimillonarios como defensor
-Genial una buena noticia...es el 28 tengo dos días para crear un gran plan y decir que me encuentro enfermo-se le escapa una risita como método de broma
-No me vas a dejar solo con su prometido, ¿verdad, joven Erick?-cuestiona alzando una ceja mirando con sospecha a su amo esperando una respuesta negativa
-Si me das algo no te dejo solo con mi prometido-lanza derrepente el futuro heredero de los Colón extendiendo una sonrisa de complice dando un leve golpe en el brazo del joven de piel clara
-¿Que quiere, joven Erick?-pregunta acercando su rostro de manera amenazante con duda esperando con ansias lo que le ocurriría a su amo
-Te acuerdas que te conté hace tiempo sobre una fiesta de la familia Vélez-el muchacho asiente apoyandose alguna plataforma recta escuchando con atención-sí la que no asistí por tu culpa, van hacer de nuevo una fiesta, vamos a ir
-Claro que no, joven Erick le dije que no pertenezco ahí, puede ir con su prometido, aparte no tengo nada presentable le voy a causar ser la burla de la fiesta-lamenta negando con su dedo apretando sus cejas y entre abriendo sus labios confundido sin aceptar aquella propuesta
-No, en una parte me parezco a mi madre y ya te mandé hacer un traje, así que todo está listo desde ahora vas hacer el millonario hijo de los Schot, aunque por mí puedes ir como Joel Pimentel-levanta la mirada enseñando sus ojos de color como si con ellos lo amenazaran jugando con su pie-por favor
-Lo siento, Joven Erick, pero no puedo hacer semejante cosa-el azabache crea un puchero con sus labios haciendo que en una parte el empleado sienta culpa-está bien...acepto
El chillido del más bajo llama la atención de Joel haciendo que por reacción propia apriete su mano entre los labios del escandaloso ojiverde callandolo sin aviso previo.
-Silencio, Joven Erick, su padre puede castigarlo-regaña colocando su dedo entre sus labios como signo que no haga bulla, su respectivo amo asiente celebrando en silencio curvando su boca achinando sus ojos como gesto de una sonrisa
Está apunto de salir con su mejor amigo y era un milagro que se cumpliera, estaba seguro que aunque esa acción es referida por su familiares como algo denegado, grotesco e vergüenza para los Colón, él se arriesgaría una y mil veces por Joel Pimentel, el sirviente de aspecto apacible.
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𝑪𝒖𝒆𝒏𝒕𝒐 ¦¦ ᴊᴏᴇʀɪᴄᴋ ¦¦
Fanfiction"𝑬𝒓𝒊𝒄𝒌 𝒄𝒖𝒆𝒏𝒕𝒂 𝒄𝒖𝒆𝒏𝒕𝒐𝒔 𝒂 𝒔𝒖 𝒉𝒊𝒋𝒂 𝒄𝒂𝒅𝒂 𝒅í𝒂 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒅𝒖𝒆𝒓𝒎𝒂, 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒆𝒏𝒕𝒓𝒆 𝒆𝒔𝒐𝒔 𝒄𝒖𝒆𝒏𝒕𝒐𝒔 𝒆𝒔𝒕á 𝒖𝒏𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏𝒂𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒂𝒄𝒂𝒃𝒂 𝒔𝒖𝒔𝒑𝒊𝒓𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝒔𝒖𝒔 𝒍𝒂𝒃𝒊𝒐...