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Era algo ridículo que no se disperse la noticia de el divorcio cual fue llamada como la perdición en pocas palabras; las llamadas de los señores Colón fueron tan persistentes casi malogrando el celular del azabache, los murmuros de la sociedad cada vez se elevaban con solo su presencia incomodandolo.
Su comienzo fue mínimo, el conseguir una casa propia dejandole con un dinero my excaso a lo que se encontraba acostumbrado lo hacía pensar en las futuras cuentas, es normal siendo de un Colón ser mantenido por la pareja e obtener un trabajo ejemplar para ser buen visto pero él no esperaba eso, anhelaba conseguir lo que sus padres no querian darle; la empresa.
Los zapatos de cuero ennegrecido lustrados del menor resuenan en los pasillos del negocio familiar alientandose así mismo que podía lograrlo, sus nervios invandían su cuerpo repasando mentalmente sus propuestas, esta era su oportunidad posteriormente de que su padre se retiraba dejando a los dos candidatos para el puesto.
Estudió por tantos años con la ambición de ser acto para ser presidente de la compañía que suspiros largos salían de sus labios volviendo sus recuerdos de cada empeño para obtener una calificación alta lograndolo; pasa saliva tomando asiento en recepción esperando ser llamado por la directiva e socios con años de transcurso trabajando para su padre.
-Puede ir a la sala de juntas, joven Erick-habla la mujer esbelta colgando el teléfono de recepción emocionada por encontrarse por primera vez al famoso hijo de su ex presidente-suerte
El de cuerpo delgado asiente sonriendo caminando hasta el elevador apretando el botón de último piso hallando a su contricante en él; este asiente como saludo intercambiando miradas enemigas deseandose la guerra mutua.
Su primo de una altura promedia vestía con un traje grisáceo acomodando sus lentes ignorandolo, el no recordar la última vez que se vieron para luego "matarse" por una empresa extendía la tensión del encogido lugar.
El elevador se queda intacto abriendo las puertas al número del piso indicado causando de los dos parientes avancen hasta la puerta de la sala de junta; los nudillos del chico con un tatuaje en el cuello tocan despacio avisando su llegada a los hombres.
-Erick Colón y Josué Colón ingresen-los dos nombrados intercambian miradas nuevamente declarandose que ganaría uno de ellos; se adentran a la habitación llena de ventanas cristalizadas enseñando la altura de los edificios de su entorno cautivando a los recién llegados-tomen asiento, tenemos sus propuestas muy claras y entre los socios hablamos de quien sería señalado como el presidente de la compañía
Los hombres de terno aclaran sus gargantas separando los papel designados por las ideas de su elección de cada candidato preparandose a comunicar verificando a quien colocar en un puesto mayor e entrega de la empresa.
-Vamos a votar por cada uno sin un despreciable soborno, aquí es una compañía seria, cada uno de los socios nombrará su respectivo nombre, antes de ustedes encontrarse acá ya lo decidimos pero ahora es con su presencia diciendo la misma respuesta-el hombre de edad coloca los nombres en la pizarra señalando al primer socio dandole la palabra
