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Actualidad

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Los dedos del adulto de ojos verdes hacen piojito al sedoso cabello de su hija enterneciendose por la respiración apacible al dormir; la niña de aspecto angelical aprieta sus párpados abrazando con fuerza su osito con el nombre "Ian" dependiendo de aquel muñeco de felpa.

Pequeños mechones descienden al rostro de la menor tapando a este, para luego ser acomodados por el heredero de los Colón que mantenía su mirada a su pequeña encantado de sus diminutos gestos adormilados sacando suspiros de sus labios por lo adorable que es.

El azabache se despide dejando un casto beso en su frente impulsandose para estar de pie adecuando la manta de franjas verdosas, pasando a retirarse de la habitación de su primogénita permaneciendo en la sala aguantando como su intriga carcomía su interior apeteciendo saber la nueva excusa que su esposo dispondría. 

"Tenía reunión" "Mi socio pidió festejar" " Me quedaron trabajos pendientes" "No molestes, quiero dormir" "No te importa"-las excusas constantes de su conyúge se dispersan en su cabeza recordando sus usos cuando la hora era avanzada frustrandolo.

El no saber donde pertenecer agobiandolo en pocas palabras era usual; sus parientes con deshonra recalcandole el poder que permanecía al estar casado con un De Jesús le aburría, mientras tanto su corazón enloquecía anhelando el regreso del amor que en algún momento adoró.

Las manecillas del reloj de pared apuntaban a las cinco de la madrugada resonando los diminutos sonidos de avance por el aposento; el de ojos de color se recuesta en el sillón sin deducir su acción de esperarlo sintiendose plantado como cada día que transcurría a su lado.

La amplia puerta con detalles encantadores se abre con cautela hallando al de cabellera teñida depositando su maletín prieto de trabajo en la plataforma plana, para posteriormente cerrar la entrada despacio desajustando su corbata pensando en retirarla.

-Otra vez plantaste a tu hija-se digna hablar Colón dando un pequeño susto al mayor, sus pies avanzan a su lado encarandolo con ese fuerte dolor en su pecho decepcionado por su comportamiento tan grotesco

-Le voy a recompensar en otro día, no es para tanto, Erick-responde el empresario rodando sus ojos aburrido en las palabras de su pareja dando pasos directo a su dormitorio deshaciendo sus zapatos con cansancio

-No se trata de recompensar Zabdiel, no es la primera vez que le haces esto, yo siempre le tengo que decir excusas por tí-explica con negación representada en su rostro al volver el infausto recuerdo de su nena cambiar sus gestos a uno decaído repitiendo la ausencia de su otro padre

-Erick, ella tiene que comprender que llego cansado de trabajar a estas horas-se escapa un bufido del boricua que rebusca entre los cajones su ropa de dormir sin una prenda en su cuerpo que le impida taparse a solo su ropa interior 

𝑪𝒖𝒆𝒏𝒕𝒐 ¦¦ ᴊᴏᴇʀɪᴄᴋ ¦¦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora