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La pareja entrecruzan sus dedos al compás de la tonalidad sedante que desasía aquellos instrumentistas identificados por ser sobresalientes en su ocupación laboral

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La pareja entrecruzan sus dedos al compás de la tonalidad sedante que desasía aquellos instrumentistas identificados por ser sobresalientes en su ocupación laboral.

El deleitable tono efectuando que te recreabas permaneciendo como aquellas cinematografías de siglos que bailaban el vals en años vetustos.

La excepcional desemejanza era que los comprometidos que se situaban al centro para bailar evidenciaban a lenguas el amor que se contenían.

-Ya nos va a tocar-musita el prometido sujetando el esbelto talle de su venidero esposo-¿estas listo, Erick?-cuestiona colocando erguido su cuerpo

-No lo se-lanza con inquietud cerrando sus ojos ensoñando que se hallaba apunto de dirigirse a la pista de baile con el sujeto que veneraba

El individuo de sexo masculino expresa facialmente un sentimiento de alegría aclarando su voz para luego levantarla nombrando a los siguientes comprometidos e parejas que permanecían en la fiesta de gala.

-De Jesús y Colón-las palmas del público chocan creando un sonido conjunto finalizando al momento de escuchar el melodioso sonido del violín dejando que solo sea el centro de atención 

El enjuto ojiverde levanta su mirada con detenimiento al rostro del hombre que mantendría un matrimonio de conveniencia por el bien de los Colón hasta el final de su desdichada vida.

Anhelaba abandonarlo en la soledad mientras él corría a los brazos de su amado, así como veía en las películas infantiles o románticas cuando apenas era un niño y se quedaba al cuidado de su nana.

Los largos dedos del nacido en Puerto Rico se unden en la sutil curva de su cintura dejando sus pasos fluir adecuandose a las notas musicales de los instrumentos seleccionados para la ocasión.

Al finalizar para la reincorporación de pareja, el de ojos verdosos acelera los pasos a un sanitario cercano adentrandose para poder liberar la melancolía que estaba carcomiendole sin consideración.

Sus ojos algo achinados desprendían tristeza que contenía tomando la imagen de gotas saladas y es que el dolor era incomparable, repugnaba de lo que eran capaz sus padres para su beneficio sabiendo que nunca cambiarían.

El rostro delicado del millonario se encontraba mojado por las lágrimas desesperantes que brotaban sin control alguno, maldiciendo por la causa única que no quería asistir a una maldita fiesta manipulada.

Su mano se aferra a la toalla compuesta de una tela agradable secandose las rutas que dejaron al llorar, dando un bocado de aire para mantenerse tranquilo mirandose al espejo mas cercano observando con detenimiento su reflejo mientras arregla los mechones rebeldes que caían en su frente.

Deja la toalla como lo encontró estando listo para volver a fingir el estar enamorado como lo estaba logrando con los individuos que se paraban a su al frente para intercambiar palabras, se encontraba tan metido a su personaje que parecía que fuera verdad.

Con delicadeza toma asiento en la mesa designada curvando sus labios enseñandole a su pareja una simple sonrisa como si se encontrara en perfecto estado.

Al terminar el distinguido acontecimiento los juveniles acaudalados se mantenían preparados para apoderarse de sus respectivos autos, retirandose despidiendose de sus posibles amistades con una estrechón de manos o chocando sus mejillas simulando un beso en ella.

Los labios de los "enamorados" se unen por un diminuto segundo como una despedida acompañado de embarazosas ñoñerías románticas como espectáculo para las gentío que los miraban con alguna sospecha.

El cenceño cuerpo del ojiverde imploraba las acaricias del arreglado joven que conservaba una relación amorosa a escondidas, cual este le abre la puerta del automóvil sin mostrarle su resentido rostro.

Se producía un entorno rígido al instante del encuentro entre los dos amantes sin liberar una palabra hasta escuchar el vehículo arrancar con la finalidad de ir a la vasta mansión de los Colón.

-Joel...-musita el sucesor recostandose en el asiento del copiloto de modo que aprecia las facciones del perfecto rostro de su sirviente con adoración

-Joven Erick, yo entiendo...no tiene que explicarme-expresa con un nudo en la garganta incrustando sus dedos al volante repitiendo lo ridículo que se sentía relamiendo sus labios resecos

El nombrado asiente con la cabeza detenidamente acercandose con calma a la mejilla del sirviente depositando un casto beso tensando por completo al de cabello ondulado.

-¿Puedo dormir contigo?-interroga agarrando la cálida mano de su empleado que se encontraba en la palanca de cambio

-No puede, sus padres podrían descubrirlo-pasa saliva prestando atención a la pista-me gustaría despertar con usted pero sabe perfectamente que pasaría si empezaramos alzar sospechas

-Claro, Joel-su voz intercortada hace inquietar al de ojos marrones que ahora solo observaba de reojo al que es su primer amor

La fosca ruta cada vez se hacía breve a la llegada del acaudalado hogar de la familia Colón, causando un desespero al de piel clara que detiene el carro de golpe atemorizando al descendiente de la fortuna.

El mancebo de rostro agotado desabrocha su citurón de seguridad extendiendo su mano al blando cuello del chico de contextura de delgada atrayendolo al suyo restregandole su respiración intranquila.

-¿Por qué me hace sentir tan mal que tu prometido te de un beso?-se pregunta a si mismo en voz alta frustrado tocando con su dedo los dulces labios de su acompañante impresionado por la forma de estos

El de estatura baja forma un puchero inocente en su boca con las ansías que contenía por largas horas, un beso del rizado que tanto apreciaba.

Las repiraciones se hacían pesadas entre aquellos tortolos que escapaban de su realidad sumergidos en el suyo aclamando que sea eterno el encuentro, sus labios se juntan probandose con lujuria cerrando sus ojos profundizando el beso, necesitandose entre ellos.

Aquel joven de familia desdichada acaricia con su dedo pulgar el cuello de su amado refutando la intención de tomar trecho.

Un jadeo se cola entre los labios del ojiverde ocasionando el seguimiento de la batalla de quien toma el control hasta separarse por la necesidad del aire para luego no ser detenimiento de volver a juntarlos.

Era una noche especial aunque no se celebraba algo en particular para los que tenían un romance prohibido, el soltarse hace abrir levemente los labios del azabache ante aquel atrevido que lo poseía.

-Wow-suelta derrepente colocando sus delgados dedos en sus labios asombrado por el reciente beso lleno de lujuria que lo hizo transportar a una dimensión desconocida que anhelaba nunca salir de allí

Su órgano muscular palpitaba sin control observando como su pareja no se encontraba localizado sin responder sumergido en sus pensamientos resplandeciendo un brillo muy particular...uno desconocido. 

-¿Perdón?-se disculpa pesaroso exhalando el aire a la vez que enciende el carro con sus mejilla de un tono rojizo ardiendole por la vergüenza que experimentaba

-¿Perdón?-se disculpa pesaroso exhalando el aire a la vez que enciende el carro con sus mejilla de un tono rojizo ardiendole por la vergüenza que experimentaba

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𝑪𝒖𝒆𝒏𝒕𝒐 ¦¦ ᴊᴏᴇʀɪᴄᴋ ¦¦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora