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Los años avanzaban en tan solo un pestañar, los climas cambiaban de costumbre enseñando las maravillas que nos obsequia el mundo; los brazos del ojimarrón se concentran en su amado que lo mantenía agarrado plantando diminutos besos en sus labios.
Era el grado de la adoración que le tenía a su pareja acumulada por aquellos días insoportables que se encontraban, los espacios que se daban a escondidas se reducían incomodando a los tortolos, pero todo eso es debido al esperado compromiso del joven de ojos verdes.
La agenda del delgado chico se llenaba a grandes cantidades por la unión de las familias exitosas convirtiendose en las noticias más populares en la sociedad, en pocas palabras el disturbio de los periodistas era frecuente.
Las cámara enfocandose a el esperado esposo de Jesús colocandose entre las rejas aclamandolo para que salga y así solicitarlo para que responda las dudas del próximo compromiso.
Esos minutos de paz ya no existían en su vida apartir de que su madre fuera a la prensa comunicando a lo grande, el riquillo requería escapar dejando de ser el centro de atención anhelando huir a los brazos de su joey, dejando de lado las preguntas basadas de su futuro unión matrimonial.
Aunque lo que más partía su corazón que cada individuo que charlaba intercambiando palabras se refieren a él por ser futuro esposo de Zabdiel de Jesús, hijo de la familia reconocida por sus donaciones a nivel mundial, cual se cuestionaba el porque no usar por un momento su nombre.
No quería ser reconocido por una persona, era obvio que el descendiente de los Colón sentía incomodidad queriendo aclarar que él se llama Erick y no el prometido de Zabdiel, pero era todo inútil si decía una cosa así.
-¿Cuando se van a casar?-la de traje grisáceo coloca el micrófono a centímetros de los labios algo delgados del azabache inclinando su cabeza esperando la respuesta con cuidado de cometer un error en cámara
El de rostro agraciado sin engañar respondería con firmeza el que le importaba aunque estaba amenazado por sus padres; crea un sonido en su garganta como signo de aclararla recordando la fecha de su destino fatal.
-Dentro de pocos meses, señorita-responde curvando su boca arriba como si fuera a reír sin emitir ningún ruido invadiendo en su cabeza recuerdos de los bellos momentos con su amante entre esas cuatro paredes que lo ocultaban de lo malo
El de una familia de poder ya es mayor para afrontar cada situación de no sea de agrado aunque lamentablemente seguía sintiendose como un corderito entre las garras de sus casadores; cual él les llamaba padres.
-Me encanta tu cabello, me dan tantas ganas de enrrollar mi dedo en el-la risa inocente del heredero se escapa siendo bajado en la superficie intercambiando miradas de complicidad detallando sus rasgos encantado
-A mí me gustan tus labios, son hermosos y tan tiernos que me dan ganas de darte un besito-el dedo del alto se dirige a sus labios rosáceos acaricandolo con su yema mascullando con cercanía a ellos
