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Capítulo 26

Mientras se golpeaba la espalda, Robert suspiró y le dio una mirada aburrida al montón de papeles que aún lo esperaban. Había estado jugando con su pluma durante minutos y no pensaba que recuperaría energía para empezar a trabajar de nuevo. El reloj de su escritorio le dio una mirada de desaprobación, pero se mantuvo en silencio, probablemente debido al hecho de que ayer había estrellado la cosa contra la pared cuando no dejaba de recordarle que volviera al trabajo. Merlín, ¿por qué nunca sucedió nada entretenido aquí? Se levantó y paseó un poco por su oficina, mirando con nostalgia la ventana, detrás de la cual brillaba la luz del sol. O bueno, sol ... considerando el hecho de que estaba bajo el nivel del suelo, dudaba que pudiera llamarlo 'luz del sol'. 'luz mágica' era más apropiada.

No es que le gustaría estar en el nivel del suelo en este momento… Los campos que rodeaban el estadio estaban abarrotados con la mayoría de la población mágica de Gran Bretaña, esperando que llegara la mañana, junto con el Señor Oscuro. El mismo Robert no estaba tan emocionado por eso. Después de años de tener el trabajo más aburrido en uno de los lugares supuestamente más entretenidos del país, su entusiasmo por ... todo en general también se había apagado. Lo único que quería hacer ahora después de trabajar toda una noche, llenando formularios, era dormir, Señor Oscuro o no.

Murmullos de voces llegaban a sus oídos, pero había algo extraño en ellos… No se oía la habitual voz ronca de su jefe, pero en cambio, una bastante fría y un quejido infantil flotaba por las rendijas de la puerta. Realmente debería reparar esa puerta algún día ... Decidiendo que no tenía nada mejor que hacer, la abrió y asomó la cabeza por la puerta, listo para finalmente obtener algo de alivio hoy gritándole a la gente. Sin embargo, sus palabras se atascaron en su garganta, cuando una pareja muy ... inusual se cruzó en su camino. Y en su opinión, también estaban demasiado cerca de él.

"Cállate Harry."

"Pero Marvolo ... ¡esta no es forma de llegar a esto! ¿Qué hay de la gran entrada que les prometiste?"

"¿Pensé que no apreciabas la atención de los medios y las masas?"

"Bueno, yo no, pero que está supone que es el momento voy a conseguir 'reveló'.

"Palo de golf. El 'gran entrada' como usted lo llama, vendrá cuando la gente está realmente despierto . Ya es bastante malo que me tenía que levantar a estas horas. Ah, por fin, alguien está aquí." Robert tardó unos momentos en procesar que le hablaban y cerró lentamente la boca, que estaba boquiabierta.

Volvió los ojos hacia el joven con incredulidad y dijo alegremente: "¡Inclínate y promete tu lealtad!" y estalló en risitas, ignorando una mirada bastante horrible en nombre de Quien-tú-sabes.

"¿Cuál es su nombre?"

"Ro ... Robert." Se las arregló para tartamudear, esperando no hacer pis en sus pantalones. El olor a orina que llegó a su nariz y otras molestias le dijeron que había fallado. "Robert Crow, señor." chilló.

"¿Es usted administrador?"

"Si." Susurró suavemente y tosió para intentar recuperar su discurso.

"Quiero saber los nombres de todos los que entrarán al estadio, y si no todos encajan, también de las personas que se quedan en los campings".

"Ya tengo todos los nombres de las personas presentes en los campamentos aquí, señor…" murmuró, señalando las pilas altas que amenazaban con caer, aliviado de tener buenas noticias que dar. "A todos los que aparecieron en los lugares de las apariciones se les preguntó sus nombres, y me los enviaron para que pudiera arreglar el lío".

"Sigan con el trabajo entonces. Vendré a recogerlo todo en unas horas".

Robert asintió en silencio y tomó algunos papeles en sus brazos sin ningún motivo real más que estar ocupado con las manos para evitar retorcerse nerviosamente. Sólo cuando los demás se dieron la vuelta y salieron de su oficina, él se dejó caer en una silla y se secó la frente con la manga de su bata. Por Merlín ... esta no había sido la mejor manera de comenzar el día.