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Capítulo 30

"Sé que tradicionalmente, tendría que darte tu regalo esta noche, pero viendo cómo vamos al Baile de Navidad esta noche, pensé que quizás ya querrías tenerlo." Dijo Harry, moviendo los pies torpemente.

Marvolo miró a su joven amante, que ya había estado inquieto todo el día. No es que 'todo el día' hubiera sido tan largo, ya que solo se habían levantado a las doce, y eran las dos en punto en ese momento. Le había encantado la expresión de Harry al bajar las escaleras y encontrar todo el comedor decorado con pino y hielo mágico. Marvolo incluso había ido tan lejos como para ignorar el mal tiempo inglés y se había asegurado de que nevaba mucho en el jardín. Lo habría expandido para que no fuera solo dentro de las salas de su propia casa, sino que seguramente se notaría una nevada tan fuerte local. Iría lejos para asegurarse de que Harry tuviera una feliz celebración de Yule, pero no planeaba revelar su dirección a sus enemigos.

Para ser honesto, aunque nunca se había preocupado mucho por Yule, y ciertamente no por la 'Navidad' medio muggle en la que se había convertido, hoy lo hacía sentir ... contento. No iría tan lejos como para llamarlo "feliz", pero sin duda estaba complacido . La sensación solo aumentaba cada vez que veía la sonrisa de alegría y los ojos de Harry.

"Claro amor." él respondió. "Déjame darte mi regalo también."

Harry se sentó en el borde de la cama, nerviosamente dando vueltas al pequeño paquete en sus manos. El papel verde musgo se arrugó aún más, pero en realidad no le importó. El niño se humedeció los labios con nerviosismo, preguntándose qué pensaría su amante del objeto. Aunque había pensado que era perfecto cuando lo vio por primera vez, ahora lo dudaba. Después de todo, aunque era un recordatorio, no era exactamente el recuerdo más feliz de la vida de Marvolo. Por otro lado, era un simbolismo agradable para el propósito para el que lo había comprado, y también ... era un recordatorio de la primera vez que se conocieron cara a cara, si no contaba el tiempo que Harry todavía había sido un bebé.

"Por favor, acepta mi regalo". Marvolo dijo suavemente, entregándole a Harry un paquete cuadrado.

"¿Un libro?" Preguntó Harry, después de sentir su gran peso en su mano. Una ceja enarcada fue su única respuesta, así que rasgó con cuidado el papel. Sus ojos se agrandaron y una mirada emocionada apareció en su rostro. "¿ De Queerditch Marsher al mundo ?"

"Sé que las páginas de tu Quidditch a través de las edades están gastadas y manchadas por todas las veces que lo lees. Este es un libro menos popular, pero mucho más profesional. Pensé que, si realmente quieres seguir una carrera en ese maldito deportes peligrosos, al menos deberías saberlo todo ".

Marvolo apenas había terminado su oración cuando se encontró con los brazos llenos de Harry, quien se arrojó sobre el hombre, abrazándolo con fuerza. "¡Quidditch!" El exclamó. "¡Gracias, gracias! He estado buscando otro libro de Quidditch durante tanto tiempo, ¡pero la biblioteca de Hogwarts no tenía otro!"

"Estoy muy contento de que te guste". Marvolo sonrió y besó a Harry suavemente.

"¡Y ahora el tuyo!" el chico sonrió, presionando el pequeño regalo en las manos de Marvolo.

Abrió el envoltorio con un movimiento de su dedo índice, después de lo cual lo abrió. Con ojos incrédulos, miró el objeto en sus manos, acariciando cuidadosamente las formas metálicas con las yemas de los dedos. El anillo rojo sangre en el medio lo hizo respirar temblorosamente. "¿Pensé que estaba destruido?"

"Aparentemente, Flamel no estaba del todo de acuerdo. Era el trabajo de su vida, y no quería verlo destruido. Sin embargo, cambió un poco sus propiedades, por lo que ya no funciona, pero no pudo convertirlo en polvo. . Pensé que querrías un recordatorio ".