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Capítulo 18

Al mirar hacia la mesa principal, Harry aún no había visto caras preocupadas, pero, de nuevo, no todos los profesores desayunaron aquí. Aún así, la silla vacía lo llenó de un júbilo sádico. Las lecciones continuaron como de costumbre, pero cuando llegó el primer descanso, ya había rumores sobre la ausencia del sapo. Cuando Hermione lo comentó, Harry se encogió de hombros y desayunó en silencio, ignorando las preguntas que surgían a su alrededor.

No fue hasta la noche que los otros profesores se enteraron de los rumores, y McGonagall, Flitwick y Dumbledore estaban teniendo una acalorada discusión. Luego, a mitad de la cena, las puertas del salón se abrieron y cinco centauros de aspecto salvaje irrumpieron a través de las puertas del Gran Salón. Se veían lívidos y Harry admiraba sus habilidades de actuación. Sus músculos temblaban de ira y cada rostro estaba contorsionado en una mueca. Un centauro gris se adelantó y arrojó un bulto al suelo de piedra, que produjo un extraño sonido sordo y sordo.

"Nosotros toleramos cerca de salir del bosque, dentro de nuestro territorio, respetamos sus leyes y llevamos a cabo ningún rencor hacia su clase, pero deje que esto sea un ejemplo de lo que sucede cuando la falta de respeto a nosotros !" tronó, y su voz resonó en la silenciosa habitación, cada uno de sus ocupantes estaba demasiado conmocionado para hablar.

Dumbledore se levantó, su rostro pálido y sus ojos llenos de incomprensión. Levantó las manos en un gesto de rendición y se dirigió a los centauros. "Por favor, cálmate y explícame. ¿Qué te enfureció tanto?"

"Uno de los suyos entró en nuestro bosque, gritando insultos y cuando nos mostramos, ¡solo empeoró! Nuestra forma de vida, nuestra especie, nuestros antepasados ​​y nuestras habilidades fueron masacrados verbalmente. ¡Se utilizó magia, magia ofensiva contra nosotros!" dijo, haciendo cabriolas. Sus cascos aterrizaron en la piedra con un fuerte sonido metálico, y Harry pensó que el centauro incluso podría empezar a resoplar. "¡Que esta sea una lección de la que no se burlen de nosotros, criaturas inferiores!" después de eso, se volvió y atravesó las puertas todavía abiertas, seguido de los otros cuatro jinetes.

Inmediatamente, se desató el tumulto y Snape, siendo el primero en recomponerse, se levantó y caminó alrededor de la mesa principal para acercarse al bulto. Abrió la tela y palideció, pero no mostró ninguna otra reacción. Rápidamente, cubrió el cuerpo de nuevo y articuló algo a Dumbledore, quien se agarró al borde de la mesa hasta que sus nudillos se pusieron blancos.

"Todos, regresen a sus dormitorios". Dijo finalmente con voz temblorosa.

Harry sabía que por una vez, podía usar su estatus, porque siendo el Niño-Que-Vivió y el 'favorito' de Dumbledore, podía salirse con la suya quedándose y preguntando qué estaba pasando. A pesar de que había perdido por completo su confianza en Dumbledore, el hombre aún confiaba en él para ser leal. O quizás ya no tanto, pero esta bien podría ser la oportunidad perfecta para recuperar esa confianza… Se quedó atrás y, cuando la mayoría se había ido, caminó hacia el director. La boca de Snape se convirtió en una línea delgada que le dijo a Harry que el hombre podría necesitar otra 'buena charla' con él y Marvolo, pero al menos el hombre no habló ni trató de detenerlo.

"Profesor ... ¿qué pasó?" preguntó con fingida preocupación, que sonaba tan real que en secreto se aplaudió a sí mismo, mientras hacía todo lo posible por no reír.

"Harry ... muchacho, nos enfrentamos a una situación grave ... nunca pensé que serían capaces de algo como esto, pero ... asesinaron a la profesora Umbridge. Parece que no la única amenaza proviene de Voldemort ..." dijo Dumbledore, obviamente asustado.

"¿El Ministerio no hará algo al respecto?"

"Si lo saben, probablemente ejecutarán a todos los centauros. Si no, no pasará nada, pero no sé si puedo justificarme eso. Según sus propias leyes, los centauros estaban en su derecho, pero ..."