22. ¿Será amor?

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-Rubén, realmente el edificio principal ha quedado precioso. -Miro a mi alrededor y me estremezco de emoción. -¿Falta mucho para que esté terminado?

-Unos pocos meses más y podría vivir aquí si lo desea. -Los ojos verdes chispean de orgullo por el trabajo que está realizando su equipo. -Falta la decoración específica, la luz, agua, etc. 

Hace año y medio que fue contratado, aún sin tener los cuarenta es el mejor jefe de obra, lo demuestra solo viendo los distintos edificios que ha levantado siguiendo los planos del arquitecto, así como enormes muros que evitan que los próximos inquilinos escapen, también hay zonas delimitadas para evitar la cercanía de animales carnívoros y herbívoros.

Ahora está centrado en la entrada y el edificio principal del parque. Cuando termine, construirá otro edificio donde se hospedaran los trabajadores que prefieran vivir gratuitamente aquí. Estamos en el proceso de estudiar los veterinarios, cuidadores, recepcionistas, limpiadores, informáticos y todo aquel personal que podamos necesitar contratar.

El año que viene vendrán a vivir Aitor y Gotzon, ambos se harán cargo de un pequeño hotel que está en medio del espacio destinado para los animales herbívoros, así aseguramos la seguridad de los clientes. Son dormitorios alejados unos de otros, con grandes ventanales. En el centro de los ocho dormitorios está la recepción del hotel, el restaurante y la piscina. Ellos serán los directores.

-Rubén todo es maravilloso, como aún tenemos que hablar sobre los planos del museo natural, ¿te parece si almorzamos juntos? -Espero mientras él revisa su agenda unos segundos.

-Gabriel, almorzar contigo es un placer, puedo hacerlo. -Sus ojos brillan de felicidad. -¿Harás tú la comida?

-Por supuesto, ya la hice, la tengo en el coche. -No puedo evitarlo y suelto una carcajada al ver la cara de felicidad de Rubén, realmente le gusta mucho como cocino. -Voy a buscar a Sebas y decidimos donde comer.

-Estoy aquí. -Me sorprende, está apoyado en una columna y parece molesto, no entiendo por que está apartado y no participó en la conversación. -Tengo que regresar a casa, no puedo almorzar con ustedes.

-No seas así, hice las albóndigas que tanto te gustan. -Le digo mientras me acerco a él, no sé que le pasa, pero lleva unos meses algo irritable. -Además necesito que veas los planos conmigo para asegurarnos que tienen todo lo que necesitamos.

-Ve con Rubén y diviértete. -Me dice algo enfadado. -Nos vemos en casa más tarde.

Le veo alejarse y salir al aparcamiento, lo miré sorprendido, no entiendo a que se debe su estado de ánimo.

-¿Va todo bien Gabriel? -Rubén se aproxima curioso. -Parece que no le agrado mucho.

-No creo que sea eso. -Le digo seguro y sonrío para quitarle importancia. -Eres un increíble jefe de obra y estás trabajando muy bien, voy por la comida, espera aquí un momento.

Cuando salgo veo a Sebas que está hablando por el móvil, me acerco pero no me da tiempo a decir nada cuando lo escucho quejarse malhumorado.

-Sé que debería estar contento. -Gruñe en respuesta a algo que le dijeron. -Pero se ríe por cualquier mierda que le dice ese Rubén, lleva un año aquí y le ha hecho reír mil veces, conmigo no se ríe nada. Además el tipo ese está cañón es alto, con el pelo castaño oscuro ondulado, ojos verde, sonrisa de infarto y cuerpo de modelo.

-¿Con quién hablas? -Le pregunto curioso, dándole un susto. 

-Con los chicos. -Me indica que espere un momento. -Entonces les vemos la semana que viene. Dile a Aitor que deje de gritar, adiós. ¿Qué haces aquí?

En busca del placerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora