8. El profesor

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Salimos juntos y nos dirigimos con lentitud hasta la calle principal por donde sería más fácil encontrar algún taxi libre, los dos vamos en silencio, mi cuerpo sigue sensible por este rato de sexo y con ganas de más. De reojo miro al profesor, fue interesante y lo pasé bien hace unos momentos, sigo pensando y decido tirarme a la piscina.

-Profesor. -Le digo haciendo que me miré. - ¿Puedo hacerle unas preguntas?

-Sí. 

- ¿Tiene pareja?

-No, estoy soltero. Si lo dices por el chico de esta mañana, es un conocido.

- ¿Tiene planes para hoy? -Continúo interesado.

-No, hoy no tengo. Mañana por la noche sí que tengo. ¿Por? -Ahora está interesado en la conversación.

-Resulta que ese rapidito que acabo de tener, no fue suficiente.

-Lo llamas rapidito, pero llevabas una hora con él cuando les encontré. -Me dijo con una media sonrisa.

-Pues no fue suficiente, sigo caliente y más tras saborearte, tienes una polla muy bonita. -Me mira sorprendido. - ¿Me invitas a follar a tu casa? Podemos estar juntos hasta mañana cuando te vayas con la gente que tienes planes.

-Lo siento Gabriel. Pero no estoy interesado en relacionarme con mis alumnos, por mucho que en unas semanas finalices tus estudios en el instituto.

-Escúchame atentamente. Solo me interesas para estas horas. Mañana cuando regrese a mi casa ya no estaré interesado en tu polla, iré en busca de otra. No me interesa el amor ni esas mierdas, solo disfrutar y gozar. Por lo que, para no complicar las cosas no repito con el mismo hombre, una vez nos separamos.

- ¿Lo dices en serio? -Le veo muy sorprendido.

-Totalmente en serio. -Le sonrío tranquilizadoramente. -Me despedí del estudiante sin saber su nombre y sin intercambiar ni los números de teléfono.

-Cierto. -Me hace un repaso mientras piensa. - ¿Puedo follarte tanto como quiera, de la forma que quiera?

-Mientras no me hagas daño.

-Lo siento, estaba bromeando realmente no estoy inte... 

Quedó en silencio mientras su rostro se volvía de un horrible blanco a un rojo furioso, preocupado seguí su mirada hasta que encontré al joven con el que le vi en la mañana. Su rostro se ve furioso mientras el chico está besándose al otro lado de la calle. Cuando se separa y gira se encuentra con Julián y ahora es él quien palidece. Julián le sonríe con crueldad mientras le mira con furia y me habla con serenidad.

-Pensándolo mejor, sí que quiero que vengas para follar, no te preocupes no te haré daño, no me va el sado. -Entonces me mira y tras tomar mi mano acelera el paso hasta llegar a un taxi que pasa libre y nos subimos para ir a su casa.

Durante el viaje a su casa yo mandé a mis padres mensajes para informarles que volvía mañana en la noche, que me quedaba con unos amigos, no pusieron ninguna queja, el móvil de Julián no paraba de sonar recibiendo cientos de mensajes y llamadas, él simplemente los ignoró quitando el sonido, pero de todas formas no dejaba de oírse la vibración.



Estoy desnudo acostado en el gran sillón del salón, Julián entre impaciente y furioso se desnudó poniéndose el condón tan rápido como puede, intenté pedirle que me dejara dar una ducha, estoy sucio del revolcón de hace unos momentos, pero impaciente me pidió que me dejara hacer y me excité aún más con la impaciencia del hermoso hombre.

Un grito se me escapa, cuando me llena de una fuerte estocada, furioso como se encuentra, la saca y la mete a lo bruto una y otra vez, es cierto que siento un poco de dolor, pero como choca de forma precisa con mi próstata el placer es más intenso. Cuando causa mi primer orgasmo con la fuerza de sus duras estocadas, termina cayendo sobre mí mientras mi culo se cierra sobre su polla apretándola en mi interior, sus dientes recorren mi ardiente piel, marcando con fuertes mordidas y húmedos besos, para conseguir que me relaje y por fin permitirle que vuelva a embestirme.

En busca del placerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora