En busca del placer

27. Mi amante

-Vamos amor, despierta, tengo que limpiarte de mí o te pondrás enfermo. -El suave susurro de Sebas se cuela en mis sueños despertándome.

-Aún no hemos abierto los regalos. -Le recuerdo y al ver su delicioso pezón frente a mis ojos, le doy un suave mordisco. -¿Los abrimos antes de subir?

-Lo que prefieras. -Se gira para avivar el fuego de la chimenea y cuando me siento, aturdido noto algo salir de mi interior y jadeo. -Mejor subamos a bañarte, supongo está chorreando mi semen, no es agradable.

-No es tan desagradable, lo que me preocupa es manchar todo. -Admito guiñando un ojo. -Voy subiendo.

-Ya subo contigo. -Al final, después de ducharnos nos fuimos a la cama, decidimos abrir los regalos al día siguiente, agotados como estamos no podremos disfrutar de las sorpresas.

Cuando entro al cuarto, Sebas continúa profundamente dormido.  Preparé para desayunar tortitas y chocolate caliente , dejo la enorme bandeja en la mesita por mi lado de la cama y me acerco a las ventanas. Abro las persianas que nos protegían de la luz exterior, un hermoso y blanco paisaje embellece el exterior. Coloque todos los regalos sobre la cama.

Subo un poco los grados del radiador y me quito el calentito pijama que usaba, saco de mi cajón un delicado tanga, es una lencería muy delicada en tonos rosas de raso y lazos negros así como algunas transparencias, el conjunto se completa con una especie de sujetador con forma triangular, no sujeta ni tapa nada, enmarca los pezones y hace que resalten más. Me miro en el gran espejo sin estar muy seguro si dejarme la parte de arriba, me parece excesivo y en verdad me da vergüenza. Tras pensarlo un poco decido dejarlo, pero para resultar más deseable me pongo la parte de arriba del pijama de Sebas que está sobre una butaca.

-Buenos días amor. -Le susurro y acaricio su oreja con la lengua. -Es hora de desayunar.

-¿Qué es todo esto? -Abre los ojos y mira a su alrededor asombrado, rodeado de regalos y con una gran bandeja con el desayuno. -Que novio tan maravilloso e increíble eres, gracias por todo esto.

-Desayunemos primero, antes de que se enfríe. -Los dos acabamos con todo lo que traje en la enorme bandeja y Sebas la bajó a la cocina mientras yo me cepillaba los dientes y me ocultaba en la cama para evitar que viera como iba "no vestido".

-Amor me cepillo los dientes y abrimos los regalos. -Me comenta metiendo la cabeza en el dormitorio y le oigo cerrar la puerta del baño para arreglarse.

-Muchas gracias por el libro, llevo buscando esta edición siglos. -Me dice ilusionado al abrir el regalo principal, aparte le compre unas camisas y un jersey y dos pantalones.

-También estoy muy ilusionado con tus regalos. -También me regaló camisas, pantalones y el regalo principal es un curso de alta cocina que se hará durante dos días, también reservó el hotel y compró los billetes. Por supuesto me acompañará a la ciudad donde se hace, aunque al curso asisto solo. -Tendré que esperar a mayo, pero me hace mucha ilusión, desde que cenamos en aquel restaurante tan maravilloso me llama la atención ese tipo de cocina.

-Lo sé muy bien. -Me dice divertido mientras quita todos los regalos y sus empaquetados de la cama. -Llevas tiempo mirando recetas de esas en internet. Sabía que te gustaría hacerlo.

-¿Qué crees que estás haciendo? -Le digo entre risas, le empujo con suavidad para hacer que se aleje de mí, trata de tirar de la manta que me tapa.

-Me parece que dejé las cosas algo inconclusas anoche. -Su mirada hace que me tiemblen las piernas. -Cariño hoy voy a demostrarte lo que puedo hacerte disfrutar.