7. El estudiante

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Mi vida ha seguido más o menos igual. Estoy en el último año de instituto, sigo junto a Sonia, nuestra amistad perdura y nos ayudamos el uno al otro, ella está un poco cansada del instituto y es que día sí y día también, hay algún chico que le pide una cita.

Por mi parte sigo teniendo encuentros casuales con chicos en las app, siempre son personas ajenas a mi entorno y nunca vuelvo a verlas tras ese encuentro.  Aún con mi edad sigo teniendo problemas para ausentarme de casa todo lo que desearía, así que no tengo tantos encuentros como realmente desearía.

He crecido, ahora mido metro setenta y tres, sigo siendo delgado y mi rostro es más afilado. Pero aún sé usar mi cuerpo para atraer a los hombre que me interesan. La verdad que menos mal que lo sigo teniendo muy fácil para ligar, pensé que según fuera creciendo perderían interés pero para nada, tengo una gran lista de espera para poder divertirme durante años.


-Venga Gabriel, corre es tarde. -Sonia tira de mi brazo para que la siga corriendo.

-Mierda Sonia, no tires de mi. -Trato de soltarme. -Necesito ir al baño, suelta.

-Tenemos que salir del metro y aún recorrer dos calles, llegamos tarde.

-Ve por delante, yo necesito ir al baño.

-No me hagas esto, llegaremos tarde, tengo muchas ganas de ver al profesor.

Tenemos una salida a la universidad de aquí, para informarnos como es todo este rollo y también saber donde tendremos que acudir para hacer el examen de acceso. Por otra parte, uno de los profesores que nos guiarán, es el que tiene locas a todas las mujeres del instituto. Es cierto que es guapo a rabiar, un gran cuerpo y muy sexy. Pero no me siento atraído por él. Me parece algo soso, no creo que sepa divertirse en la cama. De todas formas a Sonia le pone mucho.

-Voy al baño un momento, enseguida te alcanzo. -Cierro la discusión y me dirijo a los baños.

Se escuchan ruidos raros y apresurados, que parecen intentar silenciarse al escucharme entrar. Comienzo a orinar y puedo escuchar más ruidos extraños que vienen de los pequeños habitáculos que están en otro pasillo. Tras lavarme las manos, curioso me acerco y me meto en el de al lado de donde se escuchan ruidos, al asomarme me quedo sorprendido. Rápidamente me bajo, me coloco frente a la puerta y la abro asustando a los dos ocupantes.

-Profesor, se nos hace tarde, ya deben estar esperándolo. Saque la polla de la boca de ese chico y vámonos.

Tengo ganas de morir de risa. El profesor que tanto gusta a todas las féminas está con la ropa por los tobillos dejándose devorar por un veinteañero que me mira frustrado y enfadado en estos momentos.

Los dos salimos corriendo de los baños poco después, con el señor Julián tratando de no mirarme, muy colorado y preocupado por lo que vi. Cuando llegamos juntos donde todos nos esperaban, Sonia me tiró del brazo celosa de que hubiera llegado con él.

- ¿Cómo es posible que vengas con él? -Me pregunta muy molesta.

-Nos encontramos en los baños. -Le dije, quitando importancia al tema mientras notaba que la espalda de Julián se tensaba.

-Comencemos la visita, traten de no separarse ni alejarse. -Otro de los profesores nos hizo comenzar con la visita.



Llevamos como veinte minutos dando vueltas por allí y estoy de lo más aburrido. Lo único que me entretiene es Julián. El pobre no puede dejar de mirarme asustado. Estoy seguro que está muy preocupado de que lance rumores sobre él. Pero la verdad que me da igual con quien folle y cuan joven sea su novio, es su vida.

En busca del placerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora