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– Y.. cuántos días estarán ellos en Seúl? –pregunte mientras él se subía a mi regazo. No espero el día en que ese alfa se vaya de la casa de Taehyung.

Piensa durante unos segundos– No lo sé, creo que durarán un par de semanas más –responde el castaño con una sonrisa–. Así que tendré que quedarme aquí contigo, un tiempo más –ríe levemente y rodea mi cuello con sus brazos.

– No me molesta que te quedes conmigo, todo lo contrario, quisiera tenerte por siempre entre mis brazos –besé su frente–. Lo que no me agrada es que ese alfa se quede en tu apartamento.

– Kookie, recuerda que de la persona que estás hablando es mi amigo, y lo quiero mucho, así que él se quedará el tiempo que quiera –habla decidido, se cruzó de brazos con seriedad en sus ojos.

– Bebé, lo entiendo –rodeó su cintura con mis brazos y suspiró–. Es solo que me da celos la gran relación que tienen y temo que te alejes de mi –hago un puchero y bajo un poco la mirada. Logré conseguir una sonrisa de su parte.

– Kookie, el es solo mi amigo –toma mi mentón y sube mi mirada–. En una ocasión me dijiste que siempre estarías conmigo, y que cuidarás de mí, ahora yo te digo lo mismo; nunca me iré de tu lado kookie –sonríe–. Porque y-yo... –balbucea. Estaba nervioso, y sus feromonas lo delataban, sus mejillas estaban pintadas de un leve rosa, gracias a su notorio sonrojó– Kookie, yo te amo –hablo casi en un murmullo, con voz suave y poco audible, pero yo lo escuché.

  Una gran felicidad se apoderó de mí, y mi alfa lo único que hacía era retorcerse de alegría al escuchar las palabras del pequeño Omega. Sonreí y uní nuestros labios, besándolo con lentitud y suavidad. El correspondió al instante.

– Yo también te amo taetae –susurre contra sus labios, aún sin separarme de ellos. Luego de cortar el beso, escondí mi rostro en su cuello, llenándome de su exquisito aroma, y pasaba una de mis manos por su cabello, mientras él se aferraba a mi pecho, ocultando su rostro.

  Y nos quedamos así, disfrutando del momento, unos minutos después, pude sentir como su respiración se iba volviendo pesada, lo que me indicaba que mi hermoso Omega se había quedado dormido. Simplemente sonreí y cerré mis ojos, en espera de que el sueño se apoderará de mí.
 

[•••]

  Al despertar, la ausencia del castaño entre mis brazos, hizo que me alarmara, estaba acostado en el sillón, y tenía una manta encima que me cubría del frío. Me senté rápidamente al recordar que Taehyung no estaba conmigo, pase una de mis manos por mi cabello, y me puse de pié.

  Observe la sala, y no lo encontré, hasta que camine a la cocina, donde mi lindo Omega estaba de espaldas a mí. Sonreí y me acerque a él, rodeando su cintura con mis brazos, y apoyando mi mentón en su hombro. El al sentir mi tacto, se sobresaltó pero al percatarse que se trataba de mi, solo siguió con lo que hacía.

– Que haces taetae?

– Tienes hambre? –pregunta mirando mi rostro por sobre su hombro. Asentí– Hice panqueques –mostró su linda sonrisa rectangular.

  Después de comer, recogimos todo, y Taehyung fue a alistarse para ir a su trabajo, y obviamente yo iría con él. Aproximadamente una hora después, ya estábamos de camino a la cafetería. Lleve a Taehyung en mi motocicleta, ya que sus amigos no irían, porque saldrían a conocer Seúl, lo que para mí era una gran idea.

  Llegamos y en la cafetería no había casi nadie, ya que acababan de abrir. Me senté en una de las butacas de la barra, y espere a que Taehyung volviera de los vestidores con su respectivo informe. Sonreí al verlo salir del pasillo, con ese uniforme que le quedaba tan bien, atravesó el mostrador, y se paró frente a mi, con solamente la barra entre nosotros.

ᴇʟ ᴀʀᴏᴍᴀ ǫᴜᴇ ᴍᴇ ᴅᴇsᴄᴏɴᴛʀᴏʟᴀ |ᴋᴏᴏᴋᴠ•ᴏᴍᴇɢᴀᴠᴇʀs|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora