Capítulo 02

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Horas antes.

Caminaba elegantemente, sonriendo a todo aquél que se detuviera a examinar su impecable apariencia.

Sabía que estaba bien, que a la gente le gustaba, y lo disfrutaba.

También sabía que había más de una persona que, más que por su forma de verse, se acercaban a él por su éxito y fortuna, y eso tampoco le molestaba para nada.

Así era su vida y la amaba.

Entró al estadio y mostró su boleto al guardia, quién lo guió al área exclusiva, y se sentó al frente de todos.

Hizo un par de anotaciones en su libreta y sonrió discretamente cada vez que alguna de sus jugadas predictivas eran realizadas con exactitud en la cancha.

Salió a un par de minutos de que el juego se terminara y se dirigió nuevamente al centro de la ciudad, sintiendo su humor mejorar por el frío que amenazaba con aparecer.

Planeaba mentalmente el resto de su noche cuando su teléfono sonó.

Respondió sin mirar el contacto.

- Aquí Jeno –

- Que nombre tan estúpido – rió a través de la línea - ¿qué vas a hacer hoy? –

- Quiero ir a un bar, emborracharme y tener sexo toda la noche – sinceró - ¿quieres ir? -

- Suena genial, pero tengo algo que hacer antes ¿puedes acompañarme a hacer un par de diligencias? –

- Todo depende de qué estemos hablando –

- Necesito deshacerme de un idiota que ha estado siguiéndome por dos días. Era divertido al principio, pero está interrumpiendo mi trabajo –

- ¿Qué trabajo? Tú apenas y te apareces – se burló.

- ¿Y qué haces tú? ¿Ganar apuestas que arreglaste? Debe ser agotador –

- Bien, nos vemos más tarde y te ayudaré con tu problema – acordó – ¿llamaremos a...? -

Ya lo hice, dice que está aburrido como la mierda y que nos seguirá a cualquier lugar –

- Con él en la mesa, tendremos al club entero a nuestra disposición –

- No puedo esperar – silencio – mierda, mi dolor de cabeza acaba de llegar –

- Puedes acostarte con él para matar el tiempo –

- Amigo, este idiota no quiere tener sexo, quiere más – bufó – no para de decir "Sicheng te amo", "Sicheng, casémonos", voy a volverme loco –

- ¿Por qué dejaste que eso pasara? –

- Fue un accidente. Quería tener sexo con él y duró un poco más de lo que debía. Ya sabes –

- Hiciste tu magia –

- Y planeo arreglarlo solo – dijo en tono de advertencia.

- Entiendo – asintió – bien, te veré en un rato –

- Recoge a Afrodita en el camino. Los veré ahí –

- Claro -

Colgó la llamada y condujo a su departamento ante su cambio de planes.

Se duchó y perfumó deliciosamente, vistió elegantemente, y peinó su cabello haciéndole ver muy atractivo.

Salió en su bonito auto y se dirigió a la casa de su amigo.

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