Capítulo 07

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Sicheng los esperaba en la puerta del hotel con brazos cruzados.

- Llegaste temprano – señaló Jaemin.

- Hice que el idiota me trajera –

- Trátalo mejor, ¿quieres? – defendió Jeno – no es su culpa lo que pasó –

El mayor lo miró extrañado y les extendió una mano para cederles el paso.

Entraron a la recepción y se dirigieron al gran escritorio.

- Al pent house – dijo Jaemin a la recepcionista.

- ¿Perdón? – rió – no sé si esperan que... -

El menor se apoyó en la superficie para acercarse a ella, haciendo contacto visual.

De pronto, la pupila de sus ojos se volvió un rosa brillante y asintió torpemente.

- Aquí tiene – dijo extendiéndole una llave – llámame –

El dios bufó y tomó la tarjeta para alejarse de ella.

- Eso fue pan comido – murmuró Jeno - ¿siempre la tienes tan fácil? –

- ¿Tú no? –

- Nadie lo hace – se quejó Sicheng.

- Supongo que soy sólo yo – oprimió el botón del elevador – toma – dijo extendiéndole la tarjeta a Jeno.

- ¿Qué? –

- No quiero ser yo quien irrumpa en su hogar. No quiero ni siquiera hablar con él –

- Entonces que lo haga Sicheng –

El mayor rodó los ojos y le arrebató el objeto de la mano.

- No es como que vaya a hacernos daño –

- Pero nadie quiere lidiar con él – aclaró Jeno – sólo pídele que nos lleve donde... -

- Hades, ya lo sé –

Subieron en silencio hasta el piso principal y bajaron justo delante de su puerta.

Sicheng avanzó decidido y deslizó la llave para tener acceso.

Abrió la puerta con cuidado y la primer palabra que encontraron para describir lo que veían, era "lujo".

La habitación que los recibía era espaciosa, decorada con colores cálidos, un gran ventanal a un costado que mostraba lo más bonito de la ciudad, y otro al final que daba entrada a una terraza privada con jardín.

Se adentraron un poco más, encontrando una pequeña cocina y un comedor, también vacíos, así como lo poco que lograban divisar del baño.

- Veo que llamar no es lo suyo – dijo su objetivo saliendo de la habitación principal, abrochándose la camisa.

- ¿Qué hay? – saludó el mayor.

- No mucho – peino su cabello húmedo con los dedos - ¿qué los trae por aquí? Escuché lo que les sucedió –

- No nos culpes –

- No lo hago. Son errores que ocurren todo el tiempo – asintió – ¿qué necesitan que haga por ustedes? –

- Sólo llévanos donde Hades – pidió Jeno – él sabrá que hacer –

- Honestamente, no sé qué es lo que les hace pensar que Renjun va a ayudarles –

- Sólo hazlo. Nosotros vamos a tratar de convencerlo – insistió.

El mensajero pareció considerarlo, luego se encogió de hombros.

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