Jungwoo tamborileaba los dedos sobre la mesa de madera cuando el otro se acercó a él.
- ¿Qué hacemos en un club campestre? –
El menor alzó la vista y lo miró por encima de sus lentes oscuros.
- ¡Eros! Pensé que no vendrías – señaló la silla junto a él – toma asiento, ponte cómodo, ¿te ofrezco algo de beber? –
El mayor se sentó, mirándolo con desconfianza.
- ¿Qué es lo que quieres? –
Zeus suspiró pesado.
- Verás – aclaró su garganta - ¿ves al chico caliente que nada en la piscina? –
El otro asintió.
- Bien, él es John, el chico al que salvé que conociste el otro día –
- No creo una mierda de eso –
- Yo en serio lo salvé – lloriqueó – el imbécil había tenido un accidente de auto por conducir en estado de ebriedad cuando lo encontré. Estaba moribundo, tan sólo le quedaban un par de minutos de vida –
- ¿Y? –
- Es tan joven – tocó su pecho – y tan malditamente guapo –
- No veo el punto –
- La cosa es que el chico estaba agradecido por eso, aún lo está – lo miró – pero ahora es un maldito abstemio –
- ¿Eso es malo? –
- Quiero divertirme, Eros – aclaró - ¿de qué me sirve un chico ardiente si el imbécil se rehúsa a salir conmigo por ahí? –
- ¿Qué quieres que yo haga? –
El azabache juntó sus palmas en un aplauso.
- Nada que no sepas hacer – endureció su mirada – sólo fléchalo por mí y para mí –
El castaño negó.
- No, lo siento –
- ¿Por qué? –
- ¿El chico te ama? –
- Y lo amo a él – asintió.
- Si yo lo flecho eso va a arruinarse. Te lo aseguro –
Zeus silbó encantado.
- ¿Mala experiencia? –
- Pésima –
- Bien – miró al mortal que nadaba – no lo flecharé si me aseguras una relación real, pero esto se tornará aburrido y terminaré por abandonarlo yo –
- Entonces te flecharé a ti – apretó su hombro, levantándose.
- Lo que sea que le de algún toque interesante a mi vida – bromeó.
- Me voy –
- Espera – pidió girando hacia él – habrá una fiesta en un bar la próxima semana. No tengo idea de que es, pero si esta belleza no quiere ir, sería bueno tenerlos por ahí –
- ¿Ahora eres fiel? –
- Como nunca –
El querubín rodó los ojos.
- Llevaré algunos encantos, de todos modos –
- Contaba con ellos – guiñó el ojo – adiós, guapo –
- Adiós –
Una fiesta no le caería tan mal, pensó.
Conocería a un par de chicos guapos con quien divertirse, tal vez bailar, o acostarse.
ESTÁS LEYENDO
The month
FanfictionEl amor de las flechas de Cupido (Eros, en los peores casos) duraba solamente un mes en el tiempo humano. Si te quieres deshacer de una persona, eso está perfecto. El problema es cuando no quieres hacerlo. A causa de la gracia accidental de Sichen...