Capítulo 12: la curiosidad mató al gato

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Nota de Autor: Este es el último capítulo del año!, no llegaré a subir nada antes del 31 de diciembre, así que brindo con ustedes por este extraño año que se va y esperemos que el siguiente sea mejor, ¡A SU SALUD!

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Como era una costumbre, Akali y Crimson habían ido a entrenar, pero desde el concierto de Pentakill esto casi no era tan así.

            La pileta, como siempre, estaba vacía y esto les había dado la impunidad para que, en estos momentos, el guardaespaldas estuviera disfrutando del sabor del sexo de la rapera en el borde la misma. Ella estaba apoyada con sus codos pudiendo observar como este la degustaba y como esos ojos observaban sus expresiones para saber cuándo su orgasmo estaba próximo.

            -Ah... Ah...- Akali estaba completamente roja de la excitación, había algo en hacerlo en lugares públicos que había empezado a gustarle: la adrenalina de ser descubiertos.

            El guardaespaldas sabía que la menor se había vuelto casi adicta a estas atenciones y que, cuando estaban solos, había una tensión en el aire que solo se quitaba cuando rompían el espacio personal del otro. El cuerpo de Akali era muy sensual y el haberse dado cuenta que él era el primero que despertaba estos deseos en ella le daba un aumento al morbo que podía sentir por ella.

            - ¿Te gusta así...? – indagó mientras uno de sus dedos no permitía que la estimulación se detuviera.

            -Idiota...- reprochó toda sonrojada- no me hables... ah...

            -Je, je...- sonrió de satisfacción al saber que la rapera estaba avergonzada pero excitada al sentir como sus caderas se movían inconscientemente contra sus dedos.

            -Eres tan dulce...- afirmó antes de volver a su labor oral que tanto empeño le estaba poniendo, tenía un sabor tan adictivo.

            -Ya... te... ah... dije... que... ¡ah...! ¡Ah...! – Akali arqueó la espalda al momento que las succiones y los movimientos de los dedos de Crimson hacían que su orgasmo estuviera próximo.

            Las ultimas contracciones siempre eran las más violentas y las más deliciosas, sintió como la entrepierna de la chica se contraía alrededor de sus dedos, mientras ellos no dejaban en paz ese punto que la volvía loca. Se relamió los labios y se dedicó a limpiar por completo el sexo de la rapera de cualquier gota de néctar que hubiera quedado. Y apoyó su mentón suavemente sobre el vientre de ella observando como recuperaba el aire y se relajaba completamente.

            -Idiota...- dijo sonrojada con unas pequeñas lágrimas en los ojos- te dije que no me hables...

            El guardaespaldas sonrió de costado- no puedo evitarlo me encanta ver cómo te pones cuando lo hago...

            -Pervertido... - le contestó, sabiendo que le gustaba verla avergonzada ante sus atenciones.

            Lo besó sintiendo su sabor en su boca, había algo tan placentero en hacer esto.

            Si bien venían haciendo estas cosas desde el concierto de Pentakill nunca habían llegado a tener sexo. Y no era porque Crimson no estuviera dispuesto a hacerlo sino porque estaba dándole tiempo a que la misma Akali se lo sugiriera en un lugar privado donde no los interrumpieran.

            Cuando volvieron al penthouse, hablaban como si nada hubiera pasado. Se secaban agua que caída de sus pelos mojados debido a la ducha que habían tomado en los vestuarios y sonreían mientras Crimson le contaba anécdotas de cuando no era guardaespaldas que resultaban graciosas.

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