Capítulo 39: Juré protegerte

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-¡Mi señor!- se acercó un espectro vestido con una armadura completamente negra y una mascara de hierro.

-¿Qué sucede, general? - le preguntó Thanatos con los ojos cerrados hastiado ya de toda la situación de su sobrina, su hermano, el emparejamiento, la vida y todo lo demás.

-Hati a regresado, señor! - le dijo haciendo una reverencia. -se encuentra en la entrada del castillo.

Su mascota había vuelto luego de años de no saber de él, sin duda la mejor noticia que había recibido en los últimos días o semanas o lo que fuera el tiempo que hacía que su hermano estaba refunfuñando porque su hija se había casado con un semi demonio, que según su insoportable hermano, como padrino de la chica debía de importarle. No, claro que no lo hacia, por él Seraphine podía elegir a quien más le complaciera. En el fondo solo deseaba que este conflicto se resolviera y el podría mandar a su hermano al lugar de donde había salido.

-y déjalo pasar, mi buen general...- le suspiró al general pesadamente.

-Señor trae consigo un regalo...- le comunicó el espectro.

- ¿A que te refieres?

-trae consigo al marido de la señorita...

-¡Ni se te ocurra llamarlo su marido! ¡A ESE SUCIO DEMONIO JAMÁS LO ACEPTARÉ! - espetó furioso Hypnos al general.

-Aoi...- murmuró asustada Seraphine. Tenía miedo que algo le pasara. Ella nunca quiso esto, de verdad que ella la hacia feliz, ojalá pudieran verlo.

***

El puente cayó en frente de ellos. Crimson poseído tenía a Aoi en brazos. mientras que detrás de el se encontraban las chicas tocando los lazos de Evelynn para ser envueltas en su invisibilidad.

-Bueno recuerden el plan al entrar, síganme hasta entrar al castillo, con suerte no nos atacarán los soldado, una vez dentro encontremos a Seraphine y luego nos hacemos nuestro camino de salida.

-Adelante, cariño...- le correspondió Evelynn y luego se dirigió a las chicas- Pase lo que pase no se suelten de mis lazos o salen de mi invisibilidad, ¿esta bien?

Todas asintieron y empezaron a caminar detrás de Crimson poseído.

Se había abierto un camino que comunicaba al salón, rodeado por los soldados de Thanatos, quienes se movían erráticos y olisqueaban como perros.

-Esto me da mala espina- murmuró Aoi.

-Cállate o harás que nos descubran...- le dijo Hati a la guardiana.

Antes de entrar al castillo un perro enorme que superaba la altura de Crimson con creces, los esperaba. Estaba hecho de sombras, tenia seis ojos de color rojo y su boca se abría de manera vertical, tenía un enorme collar de metal en el cuello con una cadena atada a una pared.
Olisqueó al recién llegado y luego olisqueó atrás de este a donde Evelynn iba adelante.

-no te muevas Eve... - le pidió Ahri en silencio.

La diva ni respiró teniendo el hocico del bicho gigantesco a nada de su rostro, lo miraba directo a los seis ojos. El bicho expulsó aire por su nariz y mostró sus colmillos. Evelynn sabía que el bicho no la estaba viendo pero sí suponía que las olía, si llegaba a decir algo era muy probable que la bestia atacara.

Desvió la mirada a donde el Hati estaba y este solo caminó como si ellas no estuvieran atrás, pero el bicho le puso la pata adelante de su avance y le gruñó como dando a entender que había algo sospechoso.

-¡Abajo! - ordenó el general al ver la forma en que el perro infernal se comportaba. -Lo siento mucho, Hati. Suele desconfiar del olor humano...- le explicó este.

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