Capítulo 22: Las cincuenta sombras de Evelynn

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 N.T. del autor: yo que ustedes este capitulo lo leo antes de irme a dormir o en un lugar privado, porque acá realmente que me fui al pasto. ¡Disfrutenlo! nos leemos abajo.

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Evelynn había conducido hasta el departamento que le había regalado a Crimson el día de su cumpleaños, en donde ellos habían tenido su primer verdadero acercamiento sexual.

-Evelynn, no tengo la llave del...- Crimson se calló al ver que la diva le mostraba un manojo de llaves. – no dije nada.

Entraron al departamento, ella dejó las llaves en la mesa, se sacó el sobretodo y lo dejó en una silla. Fue a uno de los sillones y se sentó cruzando las piernas mirando fijamente al guardaespaldas.

La escena era hermosa, la luz que solo entraba por la ventana era la que iluminaba el comedor, y los ojos de la diva que brillaban en la oscuridad, como un depredador que observa a su presa desde las sombras antes de atacar.

Se sacó la camisa y se dirigió a donde la diva estaba, tomó la pierna que estaba encima de la otra y la descruzó para arrodillarse y ocupar el lugar entre ellas, no dio tiempo a ninguna interacción que ya había tomado por asalto la boca de la diva con un beso tan hambriento que no podía contenerse. La tomó en brazos y la levantó del sillón, cargándola hasta el sofá donde aprovechó para besar su cuello.

-Luego de esta noche... Siento esto una bendición...- susurró contra la base del cuello. - el poder probarte...- lamía la piel del pecho mientras que sus manos acariciaban con fuerza los muslos dirigiéndose, por la espalda a desatar el corpiño de cuero, que lo separaba de su deseo.

Evelynn se sentía complacida de sentir como él tomaba su cuerpo por asalto, el hambre que podía percibir era delicioso. – Hum...- suspiró cuando este comenzó a jugar con sus pechos mientras los lamía, chupaba y succionaba. Acariciaba el cabello de este con sus manos llevándolo de uno a otro. - hazlo más fuerte, me gusta violento...

Esa frase caló dentro de su subconsciente que le hizo recordar cuando le dijo lo que otros hacían con ella. Y el fuego de la boca de su estómago volvió a encenderse y se intensificaba al imaginarla en "La cripta de los deseos" usando a alguien más como su juguete. Sentía celos e ira de pensar que hubo otros haciéndole lo mismo. Clavó las yemas de los dedos en la espalda de la diva arañando la piel, logrando que esta tirara la cabeza para atrás extasiada del placer.

-Hum... otra vez... celos...- jadeó al sentir como el cuerpo del guardaespaldas se volvía cada vez más intranquilo, acarició la espalda con sus garras sin la intención de lastimarlo. - hum... sí... más... cachorrito... más...

El guardaespaldas volvió a la base del cuello y esta vez la mordió queriendo marcarla, deseaba que fuera solo suya. Solo de él. Que solo él pudiera satisfacerla.

-Ah...hum... que ricas emociones, mi cachorrito...- jadeó agarrando fuertemente la cabeza del pelirrojo teñido. – más... hazme sentir más...

-Evelynn...- la volvió a cargar en sus brazos y se la llevó contra un modular que estaba cerca tirando los adornos que tenía para dejar más espacio, mientras besaba a la diva con tanta urgencia y desesperación que no podía ni controlar lo que sentía por ella. Descendió por su cuerpo pasando de sus pechos bajando por su abdomen.

La súcubo se tiró hacia atrás para dejarle más espacio a su descenso, cerró los ojos al sentir como la lengua y los labios dejaban marcas por donde pasaban. Sentía el deseo tan marcado en su piel y en su interior. – hum... cachorrito...- se relamió los labios con placer.

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